P.- ¿Por qué era necesario esta nueva versión de estatutos?
R.- Tal como tuve ocasión de explicar a los colegiados que acudieron a la asamblea, el objetivo prioritario consistía en lograr que los estatutos del Comib se ajustaran por fin a las normativas que rigen el funcionamiento de este tipo de organizaciones. Hasta ahora, como es bien sabido, en el caso de que más de una candidatura optase a las elecciones, la junta de gobierno surgida de los comicios integraba a miembros de las diferentes listas. En su momento, sin duda, fue un sistema que aportó mayores dosis de unidad y consenso, pero los nuevos tiempos exigen una modalidad organizativa más moderna y funcional, que permita a la candidatura vencedora convertir en realidad el proyecto con el que se ha presentado a las elecciones, y hacerlo, además, en toda su extensión.
P.- En cierta manera, ¿puede decirse que el Comib se parece ahora más a la estructura de un parlamento, con su gobierno y su oposición?
R.- Podría utilizarse ese símil, aunque, como es natural, se trata de instituciones diferentes que responden a patrones diversos. Ahora bien, sí que es verdad que con la modificación estatutaria se ha primado la existencia de una responsabilidad ejecutiva, en manos de la junta de gobierno, y el mantenimiento del papel fiscalizador y supervisor que seguirá detentando la asamblea, en la que tanto quienes se identifiquen más con los proyectos que se desarrollen como aquellos colegiados más críticos con la gestión que se lleve a cabo, continuarán teniendo voz y voto.
P.- En cualquier caso, la modificación de los estatutos abarca también otros aspectos…
R.- En efecto, y no me gustaría que se dejasen en el tintero, porque resultan igualmente importantes y acercan al Comib a la realidad de los colegios profesionales adaptados al funcionamiento de las instituciones del siglo XXI. Por ejemplo, esta redacción de los estatutos contempla mayores cotas de seguridad jurídica y de calidad democrática, en tanto que recoge, sin ir más lejos, la fórmula del voto electrónico y la participación de los colegiados desde las sedes insulares mediante el procedimiento de videoconferencia.
P.- La reciente asamblea del Comib dio también luz verde al balance económico del 2016, que arroja incluso superávit…
R.- Así es, concretamente un saldo favorable algo superior a los 42.000 euros, un balance que nos satisface enormemente porque, al fin y al cabo, es el resultado de una gestión seria, rigurosa, responsable y que, por encima de todo, ha tenido en cuenta los intereses de los colegiados. En líneas generales, hay que destacar que los gastos reflejados en el informe contable se situaron un 1,39% por encima de la partida inicialmente presupuestada, si bien los ingresos fueron también superiores, concretamente en un 4,21%.
P.- Lástima que, a pesar de la anuencia general de los médicos presentes en la asamblea, se manifestaron también discrepancias con este balance contable…
R.- Es curioso, ¿verdad? Yo tampoco lo acabo de entender, porque creo que no solo en un colegio profesional, sino en cualquier tipo de organización, los miembros que forman parte de la misma reaccionan positivamente, e incluso con entusiasmo, cuando la gestión de las cuentas arroja un superávit en vez de números rojos. Y en nuestro caso, habiendo cumplido plenamente los objetivos que nos propusimos en el año ya finalizado. Sin embargo, ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos… En cualquier caso, respeto profundamente el posicionamiento de todos nuestros colegiados.
P.- En el transcurso de la Asamblea General, la secretaria general del Comib, la doctora Manuela García Romero, presentó un completo resumen de la memoria de gestión de la junta de gobierno, también referida a 2016. ¿Qué aspectos le gustaría resaltar?
R.- Fundamentalmente, diría que, a base de trabajo y de compromiso, hemos conseguido cumplir las metas y expectativas que nos propusimos, aunque es de justicia reconocer que para que ello haya sido posible ha sido necesario contar con la colaboración y la implicación de los colegiados, además de los excelentes profesionales que desarrollan su labor en el Comib. Ahora de lo que se trata, como también se hizo eco nuestra secretaria general en su extenso y bien documentado informe, es de mirar hacia el futuro, perfilando nuevos objetivos que consoliden todavía más el prestigio de la institución que representa a los médicos de Balears.
P.- Y es en este punto, el futuro por venir, en el que forzosamente hay que hablar de la reforma de la sede colegial….
R.- Estoy convencido de que ha llegado la hora de acometer este proyecto. La consolidación del Comib como institución así lo exige, porque únicamente de esta manera lograremos hacer realidad el doble objetivo de incrementar la calidad y la cantidad de los servicios y prestaciones que ponemos a disposición de los colegiados, y, también, al alcance de la sociedad balear en su conjunto. Es muy importante afrontar este ambicioso proyecto no con la mentalidad de que se trata de un gasto oneroso, sino contemplándolo como una inversión productiva que el Comib necesita para seguir creciendo.
P.- Con este tema de la reforma, ¿pueden removerse algunos fantasmas del pasado?
R.- Es cierto que hace ya bastante tiempo, unas dos décadas atrás, la junta de gobierno de ese momento trató de llevar a cabo un proyecto de reforma que, sin embargo, no salió adelante porque encontró más oposición que apoyo entre los colegiados. Los impulsores de esa actuación tenían en mente, exclusivamente, el interés del colegio, pero, tal vez, fallaron determinados protocolos, o quizás, simplemente, la coyuntura para obtener un consenso amplio, no era la más adecuada. No obstante, ha llovido mucho desde entonces, y lo que hace unos veinte años no fue factible, ahora debería serlo. Insisto en que no hay que considerar la reforma de la sede colegial como un gasto, o un dispendio, o un lujo. Nada de eso. Es una inversión y una oportunidad, que incluso redundará positivamente en los recursos económicos y las posibilidades financieras del colegio, como trataremos de demostrar cuando llegue la ocasión de hacerlo.
P.- Al margen de la asamblea, el Comib también ha sido noticia estas últimas semanas por un acto sin duda entrañable y muy esperado, como fue el descubrimiento de los retratos de cuatro de sus antecesores en el cargo…
R.- Fue una ceremonia muy emotiva que todos los asistentes compartimos con entusiasmo y alegría. De hecho, el objetivo no era otro que agradecer el trabajo, los desvelos, los esfuerzos, de cuatro anteriores presidentes del Colegio, los doctores Joan Gil Xamena, Miquel Triola, Enrique Sala O’Shea y Joan Gual. Todos ellos desempeñaron su labor con abnegación y dedicación, y trataron de ser fieles a la confianza que los colegiados habían depositado en ellos. Por todo ello, el Comib, como no podría ser de otra manera, les ha expresado su profunda gratitud, situando en la sede colegial sus respectivos retratos.
P.- Ya que hablamos de ex presidentes, como máximo responsable actual del Comib ¿escucha usted los consejos que le brindan?
R.- Por supuesto que sí. De todos ellos he aprendido cosas, y sus opiniones siempre son bienvenidas porque, cada uno en su momento, tuvieron en sus manos la inmensa responsabilidad de hallarse al frente de una institución como el Comib, de la que nadie puede ignorar que desempeña un papel relevante tanto a nivel social como sectorial. Valoro mucho la contribución de quienes ejercieron antes que yo la responsabilidad de presidir el Colegio de Médicos, y es por esta razón que la junta de gobierno decidió recuperar una tradición que no se había materializado desde hacía nada menos que 25 años.
P.- Muy pronto, los días 11 y 12 de mayo, Palma se vestirá de gala para acoger el VII Congreso Nacional del PAIME, a su vez primera edición del Encuentro Latinoamericano en torno a este mismo programa. ¿En qué consistirá este gran encuentro internacional?
R.- Como los colegiados y otra mucha gente saben, las siglas PAIME corresponden al Programa de Atención Integral al Médico Enfermo, destinado a prestar apoyo a profesionales de la medicina aquejados por problemas psíquicos o bien acuciados por conductas adictivas, ya sea el alcohol, otros tipos de drogas, o los psicofármacos. Pues bien, dentro de este contexto, la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial y el Comib organizan este evento, bajo el lema de ‘Cuidando de ti, cuidando de todos’. El objetivo principal es congregar a las juntas directivas de los colegios oficiales de médicos, responsables colegiales del PAIME, coordinadores, clínicos de la Red PAIME y otros estamentos intervinientes para reflexionar sobre cuál ha de ser el alcance y las expectativas futuras del programa.
P.- ¿Qué contenido formará parte de este Congreso?
R.- El abanico de actividades será amplio y diverso. A lo largo de dos días, se desarrollarán conferencias, talleres, mesas redondas, que abordarán cuestiones clave para la actualización del PAIME, como la deontología médica, la incorporación de la perspectiva de género, la atención integral, la divulgación eficaz o las herramientas para la consolidación del programa. Además, y por primera vez, el Congreso Nacional del PAIME se abrirá a la participación de invitados procedentes del entorno de países latinoamericanos interesados en las experiencias que se están llevando a cabo en España, y por supuesto también en Balears, para mejorar la asistencia al médico enfermo. No hace falta decir que desde el Comib no escatimaremos esfuerzos para que esta gran cita internacional obtenga el éxito y la repercusión que se merece.