Micro despertares asfixiantes

Las apneas del sueño se manifiestan mediante micro despertares consecuencia de que el durmiente ha perdido la respiración, aunque el paciente no lo percibe y cree que ha dormido toda la noche / La interrupción del ciclo del sueño provoca grave somnolencia diurna y puede acarrear complicaciones o riesgo de padecer enfermedades cardíacas con episodios que pueden culminar con la muerte

¿Sufre usted apneas del sueño? Probablemente en sus estadíos iniciales sea el último en enterarse, o aunque comience a sospechar que le pasa algo, que no duerme bien aunque aparentemente duerme suficiente y de un tirón, no se le ocurrirá pensar que el origen del problema es que por las noches se queda sin respirar y el ahogo lo despierta unos instantes.

Un despertar que dura muy poco, tan poco que el durmiente no recupera la consciencia, pero el ciclo del sueño se interrumpe y vuelve a comenzar, de modo que aunque se pasen las ocho horas de rigor en la cama y aunque no se recuerde haber estado en vela, la persona no ha dormido bien, es más, tiene sueño todo el día, incluso se duerme en cualquier sitio.

Las personas que sufren esos micro ahogos y micro despertares contraen varios riesgos en caso de no tratar el problema. El primero, ya se ha dicho, derivado de no haber dormido bien: se duermen en cualquier sitio: atándose los zapatos, comiendo… o conduciendo.

Los accidentes graves de personas que se duermen conduciendo suelen tener esa causa como origen. Pero el problema no solo es el de dormirse en cualquier parte, el de tener sueño todo el día.

Las personas con apneas del sueño forman parte del grupo de riesgo de quienes pueden desarrollar graves enfermedades cardiovasculares. La buena noticia es que las apneas, si se diagnostican y se tratan a tiempo, se pueden curar. Pero no hay que dejar pasar el tiempo.

¿OYÓ HABLAR DEL SAHS?

El sindrome apneas-hipopneas del sueño (SAHS) es el más frecuente de los trastornos respiratorios que se producen durante el sueño, afectando según estiman los epidemiólogos a alrededor del 4% de los adultos. Se ha llamado también síndrome de hipersomnia y respiración periódica (SHRP), y síndrome de Pickwick asociado con obesidad.

Actualmente se denomina síndrome de apnea obstructiva del sueño (Obstructive Sleep Apnea Syndrome, OSAS, en literatura anglosajona), síndrome de apneas obstructivas del sueño (SAOS) o, simplemente, síndrome de apnea del sueño (SAS), que incluía a todas las otras enfermedades derivadas de este tipo de trastorno. Se aconseja el uso del término SAHS.

Tal como explican los expertos, la apnea del sueño es un trastorno común en el que la persona hace una o más pausas en la respiración o tiene respiraciones superficiales durante el sueño. Las pausas pueden durar entre unos pocos segundos y varios minutos. Suelen ocurrir 30 veces o más por hora. La respiración vuelve a la normalidad y el paciente suele no enterarse de nada.

Quienes duermen junto a los que sufren este problema suelen detectar tanto los micro despertares, en los que la persona parece que se ahoga, que se queda sin respirar –como así sucede en realidad –a los retornos a la normalidad, que en ocasiones se producen con un ronquido fuerte o con un sonido parecido al que una persona hace cuando se atraganta.

INFRADIAGNÓSTICO

Los especialistas señalan que con frecuencia la apnea del sueño se queda sin diagnosticar ya que el médico de cabecera no normales ni a través de un análisis: el médico de familia debe sospechar que algo pasa –al hacer la historia clínica –y derivar el caso a unidades especiales de los servicios de neumología de los hospitales.

El tipo más común de apnea del sueño es la apnea obstructiva del sueño, afección en la cual las vías respiratorias se estrechan o bloquean mientras se duerme. Cuando el durmiente trata de respirar, el aire que logra pasar por la parte obstruida puede causar ronquidos fuertes. La apnea obstructiva del sueño es más frecuente en personas con sobrepeso.

Sin embargo, también puede afectar a cualquier persona. Por ejemplo, los niños pequeños que tienen las amígdalas inflamadas pueden tener apnea obstructiva del sueño. La apnea central del sueño es un tipo menos frecuente y que se da cuando la parte del cerebro que controla la respiración no envía las señales correctas a los músculos respiratorios.

A consecuencia de esa disfunción el paciente no hace en determinados momentos esfuerzos por respirar, durante períodos cortos. La apnea central del sueño puede presentarse en cualquier persona. Sin embargo, es más frecuente en quienes sufren ciertas enfermedades o usan ciertas medicinas. Por lo general, en la apnea central del sueño no se producen ronquidos.

C0MPLICACIONES

Volviendo a las apneas como enfermedad general, los especialistas destacan que si esta patología no recibe tratamiento puede aumentar el riesgo de sufrir presión arterial alta, ataque cardíaco, accidente cerebrovascular (derrame cerebral), obesidad y diabetes. También, aumentar el riesgo de que ocurra insuficiencia cardíaca externa.

Otra de sus posibles complicaciones es aumentar las probabilidades de que haya arritmias o latidos irregulares del corazón, así como las las probabilidades de sufrir accidentes automovilísticos o de trabajo (por dormirse en circunstancias de riesgo sin poder evitarlo). La apnea del sueño es un problema crónico de salud que requiere un tratamiento a largo plazo.

El Diagnóstico del Síndrome de Apnea-hipopnea del Sueño precisa para su culminación de un estudio de sueño denominado polisomnografia o poligrafía y sin el cual no es posible confirmar la patología. El estudio polisomnográfico incluye tres estudios básicos: electroencefalografía (EEG), electrooculografía (EOG) y electromiografía (EMG).

Otros parámetros analizados en el proceso de diagnóstico de este tipo de paciente son la electrocardiografía, oximetría de pulso, el esfuerzo respiratorio, el CO2 trascutáneo, un registro de sonidos para evaluar los ronquidos, la realización de una prueba EMG de extremidades y una monitorización continua por video del paciente durante una noche de sueño.

LA POLISOMNOGRAFÍA

La polisomnografía (PSGN) es una prueba que se realiza durante la noche. Los expertos comentan que pese a estar los enfermos –en el caso de sospecha de apneas del sueño –llenos de sensores y sabiendo que los están monitorizando, no tardan en dormirse, tal es el cansancio y sueño acumulados por los enfermos que ‘creen’ que duermen, pero no lo hacen.

Esta prueba consiste en la colocación de sensores en puntos clave de la cabeza y el tórax para el registro de la actividad cerebral, de la respiración, del ritmo cardiaco, de la actividad muscular y de los niveles de oxígeno en la sangre mientras se duerme, todo lo cual varía significativamente si se padecen apneas del sueño (y otras enfermedades).

Antes del comienzo de la prueba se prepara al paciente para el estudio, colocándose unos electrodos (sensores) en el cuero cabelludo y en otras partes de la cara y cuerpo, así como distintos sensores para valorar la función cardiorrespiratoria. Pese a ello, los enfermos de apnea se duermen casi instantáneamente, tal como ya se ha señalado antes.

La prueba se prolonga a lo largo de unas 8 a 9 horas, es decir, la noche de sueño de una persona normal, aunque la preparación que es necesaria hace que el paciente deba estar un poco antes de dormir y marcharse un poco después de despertar. Tras la realización de la prueba se puede volver de inmediato a la actividad normal, o tan normal como un día cualquiera.

PRUEBA SIN PROBLEMAS

Respecto a la preparación se avisa que se puede tomar la medicación habitual, con la excepción de fármacos que puedan afectar al sueño. Sobre esas medicinas se aconseja consultar al médico. Se trata de una prueba diagnóstica, no terapéutica, cuyos riesgos suelen ser mínimos, sino inexistentes por la suavidad y sencillez del proceso en sí mismo.

Solo en pacientes con la piel sensible, el necesario raspado de la piel para la eliminación de pelo, necesaria para la colocación de los electrodos sensores puede producir pequeñas irritaciones, que mejoran espontáneamente con el paso del tiempo y sin ocasionar ningún problema más de ésta o de otra índole. Se trata de una prueba indolora y sin molestias La PSGN se realiza a pacientes ante sospecha de amneas del sueño (u otras enfermedades del sueño) de cualquier edad y en cualquier situación.

La única excepción sería en personas con alergia conocida a algunos de los materiales utilizados para la prueba, aunque existe la posibilidad de sustituirlos por otros no alergénicos, según explican los especialistas.

Es posible realizar la prueba en el domicilio del paciente (si tiene problemas de movilidad), con la supervisión sanitaria durante toda la noche para garantizar que se realiza correctamente. Sin embargo, lo normal es que se realice en un entorno hospitalario, en los centros sanitarios que poseen las instalaciones adecuadas y las llamadas Unidades de Trastornos del Sueño.

TODO SOBRE EL SUEÑO

En resumen, la PSGN estudia los ciclos y etapas del sueño, el flujo de aire que entra y sale de los pulmones, los niveles de oxígeno en la sangre, la posición del cuerpo, las ondas cerebrales (EEG), el esfuerzo y la frecuencia respiratoria, la actividad eléctrica de los músculos, los movimientos oculares y la frecuencia cardíaca, todo ello afectado por las apneas si es que se producen.

Una vez diagnosticada la apnea del sueño los especialistas señalan, sin querer ser con ello alarmistas, que no tratarla puede suponer un desenlace mortal.

La somnolencia excesiva durante el día puede hacer que la gente se quede dormida en momentos inadecuados, como cuando están conduciendo un automóvil, como ya se ha mencionado antes.

Pero es que además parece ser que la apnea del sueño también lleva a un mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares (ACV) y ataques isquémicos transitorios (también conocidos como «mini-ACV»), y se asocia con enfermedad coronaria, insuficiencia cardiaca, latidos cardiacos irregulares, ataques cardiacos e hipertensión arterial.

Aunque no existe una cura propiamente dicha para la apnea del sueño, los estudios recientes indican que el éxito del tratamiento puede reducir el riesgo de problemas cardiacos y de la presión arterial. En la actualidad hay varios tratamientos para la apnea del sueño, dependiendo de la historia clínica y la gravedad. Casi todos los regímenes de tratamiento comienzan con cambios del estilo de vida.

VIDA SALUDABLE

Nuevamente el médico aconsejará evitar el alcohol y los medicamentos que relajan el sistema nervioso central (sedantes y relajantes musculares), perder peso (si hay exceso, que es lo frecuente en estos enfermos) y dejar de fumar.

Algunas personas mejoran con almohadas especiales o dispositivos que impiden que duerman bocarriba. Se utilizan también aparatos orales para mantener la vía aérea abierta durante el sueño.

Se trata de una máscara que se coloca con un diseño que garantiza la comodidad y no impide el sueño y que mediante una presión positiva de aire en las vías aéreas del paciente mantiene la respiración de un modo adecuado durante toda la noche e impide las apneas.

Es cuando los métodos conservadores –estilos de vida sana entre ellos –son insuficientes cuando se prescribe ese aparato de presión positiva continua de la vía aérea (CPAP, por sus siglas en inglés), que consiste en conectarse una máscara facial a un tubo y una máquina que sopla aire a presión dentro de la máscara y a través de la vía aérea para mantenerla abierta.

También hay procedimientos quirúrgicos que se pueden usar para extirpar tejidos y ampliar la vía aérea. Algunas personas pueden necesitar una combinación de las terapias para tratar con éxito su apnea del sueño. El médico especializado indicará la gravedad y/o complejidad del caso y determinará el tratamiento o combinación de terapias que haya que llevar a cabo.

ORINAR POR LA NOCHE

Entre los efectos secundarios de las apneas del sueño hay uno no tan grave pero que sí supone una pérdida de calidad de vida de las personas afectadas. Según un artículo reciente de Robert Preidt publicado en HealthDay, controlar las apneas del sueño podría reducir el número de veces que ciertos pacientes interrumpen su sueño cada noche para levantarse a orinar.

“Un experto de EEUU que revisó los nuevos descubrimientos dijo que la apnea y la vejiga hiperactiva de noche con frecuencia van de la mano. Nadie sabe con certeza por qué ocurre esta asociación, aunque hay teorías plausibles, dijo el Dr. Alan Mensch, jefe de medicina pulmonar en el Hospital de Plainview en Plainview, Nueva York” señala el articulista.

Y añade: “Los pacientes con apnea del sueño sin tratar producen un mayor volumen de orina por la noche, señaló Mensh. Además, la disminución del oxígeno que ocurre en los episodios de apnea del sueño estimula el flujo sanguíneo a los riñones y simplemente despertarse podría también hacer a las personas más conscientes de la necesidad de orinar.” Para tratar este problema y otros relacionados con el sueño, desde asociaciones científicas de gran peso específico como la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) se pone en valor el desarrollo de unidades del sueño en los centros hospitalarios. Así lo explica un artículo publicado en Archivos de Bronconeumología.

UNIDADES DEL SUEÑO

En el artículo firmado por los especialistas Nicolás González Mangado, Carlos Egea Santaolalla, Eusebi Chiner Vives, Alberto Capelastegui Saiz y Pilar de Lucas Ramos, la unidad de sueño se define como una entidad interdisciplinaria, formada por personal especializado y equipos médicos para diagnosticar y tratar trastornos del sueño, seguimiento y control.

Según este artículo, entre los 741 centros contactados en España, 217 evaluaban habitualmente a pacientes con SAHS.

El 88% disponía de poligrafía respiratoria o polisomnografía.

La demora media en consulta era de 61 días, y la demora media para PR, de 224 días.

La media de equipos de PR fue de 0,99/100.000 habitantes, cuando lo recomendable es 3/100.000.

La SEPAR promovió la acreditación de unidades de sueño, cuyo objetivo fundamental era asegurar y mejorar el cuidado de nuestros pacientes. Hasta el momento (hace ya unos años del estudio) 31 habían sido acreditadas como multidisciplinares y otras 35 como unidades respiratorias. Recientemente se ha promovido una nueva guía para la acreditación de unidades de sueño.

El artículo explica que el Área de Sueño de SEPAR ha liderado la acreditación de las unidades de sueño en España.

La mayoría están dirigidas por neumólogos, cubriendo un espectro organizativo, que va desde unidades de sueño con capacidad para resolver la mayoría de los problemas relacionados con las enfermedades del sueño, a unidades puramente respiratorias.

CUIDADO INTEGRAL

Sus objetivos son mejorar el nivel de cuidado a los pacientes, asegurando un marco de calidad asistencial; establecer los recursos y facilitar la gestión de los mismos; impulsar el desarrollo de planes formativos en trastornos del sueño y avanzar en el concepto de acreditación del conocimiento; favorecer la colaboración con profesionales de otras disciplinas clínicas.

Una unidad de sueño es una red (concepto básico) en donde intervienen diferentes eslabones sanitarios, desde la medicina de familia hasta los especialistas extrahospitalarios y los centros de referencia y no referencia.

El objetivo de los neumólogos debería ser evaluar y dirigir la denominada red asistencial de sueño. Para ello se debería implementar un modelo.

Ese modelo debería incluir, según los especialistas de la SEPAR un centro de sueño, escuelas de sueño, médico de atención primaria experto, paciente tutor…, asumiendo el control evolutivo, sustentado en enfermería experta y en incorporaciones telemáticas, todo ello bajo el liderazgo de la unidad de sueño, según se refleja en el mencionado artículo.

Jaume Orfila
Asesor Científico
de Salut i Força

ON-OFF


El dormir es una función fisiológica y vital. Tiene un objetivo regenerador. Produce una recuperación física y cognitiva básica para el aprendizaje, la memoria y la concentración. Su falta desequilibra la mente y la voluntad con suma facilidad. De hecho, se ha utilizado la privación inducida del sueño, desde la antigüedad, como una potente herramienta de tortura. El interruptor que controla el proceso del sueño y despertar, -ON-OFF-, es muy versátil. El aspecto cuantitativo del sueño es el menos importante. Las horas de sueño necesarias cambian con la edad y muestran una gran variabilidad interindividual. El aspecto más sustancial del sueño es su calidad, su efecto reparador. Responde al ritmo circadiano día-noche. Llegado el momento, el organismo desconecta, desde su centro cronobiológico del hipotálamo, sus actos voluntarios. El resto de funciones vitales continúan, de forma ralentizada; las contracciones cardiacas, la respiración espontánea y los efectos de depuración biológica. El organismo amanece vigoroso y recuperado. El insomnio y la somnolencia diurna lideran una larga lista de alteraciones fisiopatológicas del sueño entre los que destacan el síndrome de apnea del sueño (SAHS).

Se caracteriza por la asfixia repetida, los despertares recurrentes, la percepción del sueño como no reparador, el cansancio, la fatiga diurna y las dificultades de concentración. Comparten, en todos los casos, en distinta proporción, la roncopatía crónica y las apneas presenciadas. De esta letanía de síntomas generales e inespecíficos, las apneas son las más características.

El SAHS no responde a ningún tratamiento farmacológico, las terapéuticas quirúrgicas se indican en casos seleccionados. La verdadera respuesta cuasi universal, la encontramos en la administración de presión positiva continua en la vía aérea (CPAP). El objetivo del tratamiento del SAHS es doble. Corregir los síntomas, fundamentalmente la somnolencia, y por otro, minimizar los riesgos asociados. En especial, el riesgo cardiovascular y la accidentabilidad.

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