El pasado viernes 19 de mayo se conmemoró un año más el Día Europeo de las Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII). Se trata de un tipo de patología como la Colitis Ulcerosa o la Enfermedad de Crohn. Esta última es la más prevalente de ellas, con más de 100.000 casos diagnosticados en España, según datos de la Sociedad Española de Patología Digestiva.
La Enfermedad de Crohn es una enfermedad derivada de la inflamación de una o varias partes del tubo digestivo.
Aunque suele producirse en el extremo inferior del intestino delgado y el comienzo del intestino grueso, en teoría puede aparecer en cualquier punto entre la boca y el ano.
La Enfermedad de Crohn es una forma de enfermedad intestinal inflamatoria (EII) de causas desconocidas, aunque se supone relacionada con una disfunción del sistema autoinmune y se estima que los afectados arrastran una predisposición genética determinante.
La Colitis Ulcerosa es una afección diferente que suele aparece con conectada al Crohn.
La Enfermedad de Crohn es de las denominadas ‘autoinmunes’: aparece cuando el sistema inmunitario del propio cuerpo ataca por error y destruye el tejido corporal sano (trastorno autoinmunitario), en este caso los tejidos que forman los intestinos y el tubo digestivo en general. En este sentido tiene ciertos puntos en común con el reuma o la alergia.
A consecuencia de la enfermedad las partes del tubo digestivo afectadas se hinchan o inflaman y con ello se ven engrosadas.
Eso genera una serie de trastornos y síntomas que puede sufrir el paciente y que dependerán de la parte del tubo digestivo afectada. La sintomatología puede ser de leve a grave, y pueden desaparecer y volver en forma de brotes recurrentes.
Los principales síntomas que pueden avisar de esta enfermedad –aunque siempre será el médico quien lo conforme – pueden ser el dolor abdominal (zona del vientre) cólicos, fiebre, fatiga, inapetencia, necesidad de defecar aun cuando los intestinos ya estén vacíos, eventual aparición de diarrea acuosa con posible presencia de sangre y pérdida de peso.
Puede ser que el paciente sufra además episodios de estreñimiento, úlceras o inflamación de los ojos, pus, moco o heces de la zona alrededor del recto o el ano, hinchazón y dolor articular, úlceras bucales, sangrado rectal y sangre en las heces y pueden producirse encías sangrantes.
Algunos de esos síntomas tal vez no parecerán relacionados con un problema intestinal.
También pueden aparecer protuberancias rojas y sensibles bajo la piel que pueden convertirse en úlceras cutáneas.
Otro de los síntomas que pueden asociarse a esta enfermedad es la aparición de las fístulas anorrectales, aunque esta afección, como las hemorroides o el sangrado en las heces, puede aparecer por sí misma y tener múltiples significados y orígenes.
Para el diagnóstico de la Enfermedad de Crohn el médico realizará un examen físico que puede revelar sensibilidad especial en las zonas afectadas o una masa abdominal, sarpullido, articulaciones inflamadas o úlceras bucales. Los exámenes para diagnosticar la Enfermedad de Crohn incluyen el enema opaco o tránsito esofagogastroduodenal.
Otras pruebas son la colonoscopia o sigmoidoscopia, el examen de las zonas potencialmente afectadas mediante la realización de un TAC, la endoscopia por cápsula, un examen por resonancia magnética (RM) del abdomen o la enteroscopia.
En algunos tal vez se opte por realizar un coprocultivo para descartar otras causas posibles de los síntomas.
“Es importante llevar una dieta equilibrada para evitar la desnutrición o el empeoramiento de los síntomas digestivos, si bien actualmente no existe una relación directa entre los alimentos y la Enfermedad de Crohn. El tabaco empeora la respuesta al tratamiento”, señala un especialista al respecto, y añade: “También dificulta mantener la remisión de los síntomas, además de que aumenta el riesgo de recaídas y de necesidad de cirugía”, son palabras del doctor González Zorzano, experto del Departamento Médico de Cinfa, quien añade que “aunque la Enfermedad de Crohn no tiene cura”, se puede mejorar la calidad de vida mediante una serie de acciones: Entre estas acciones se cuenta “cuidar la alimentación y evitar algunos hábitos nocivos como fumar puede ayudar al paciente de Enfermedad de Crohn a controlar los brotes y, por tanto, a mejorar su calidad de vida”, concluye el experto de Cinfa en alusión a las normas para sobrellevar esta patología desde que se manifiesta.
Respecto al tratamiento de la Enfermedad de Crohn expertos en la materia, como los de la Clínica de la Universidad de Navarra señalan que cuando se producen brotes se pueden utilizar para paliarlos corticoides, 5-ASA, antibióticos o inmunosupresores. Existen tratamientos novedosos basados en la alteración del sistema inmunológico como anticuerpos monoclonales.
En la fase de remisión del brote, el médico optará por retirar, aunque no siempre se puede, la toma de corticoides dejando el 5-ASA de mantenimiento. La cirugía tiene su papel sobre todo como tratamiento de las complicaciones (megacolon tóxico, perforación, abscesos…) Sin embargo, el problema del Crohn si bien puede ser puntualmente resuelto con una intervención quirúrgica que elimine zonas especialmente dañadas o en fase (si es que se da esa complicación) de malignización, no acaba con el problema, que tiene su origen en un mal funcionamiento del sistema inmune que acabará por inflamar otras zonas del tubo digestivo.
A pesar de que aproximadamente un 61% de las personas con enfermedad de Crohn presenta alergias alimentarias y existen evidencias que apoyan la eficacia de las dietas de eliminación en estos pacientes, en la práctica no se suelen contemplar las intervenciones dietéticas como parte del tratamiento, aunque sí una dieta equilibrada es básica.
Se producen con frecuencia reacciones adversas por la caseína (presente en los lácteos), el gluten (presente en trigo, cebada, centeno, avena), el trigo, el maíz, la levadura, y algunas frutas y vegetales. Las dos dietas que han demostrado más eficacia en el control de los síntomas son la dieta sin gluten y la dieta baja en FODMAP.
Diez consejos para prevenir y cuidar la Enfermedad de Crohn:
1.- Siga fielmente el tratamiento establecido por tu médico. No lo deje aunque se sienta bien. Y si sospecha de una recaída, acuda al médico de inmediato.
2.- Consulte el uso de ciertos fármacos. Por ejemplo, antes de tomar un medicamento para la diarrea o contra las hemorroides.
3.- Cuidado con la toma de analgésicos. Medicamentos como el ibuprofeno y el naproxeno pueden desencadenar una reactivación de la enfermedad en algunos pacientes.
Por eso, si necesita analgésicos, opte por paracetamol, tras consultar a su médico.
4.- Lleve una dieta variada.
El aspecto nutricional es clave en esta dolencia. El objetivo debe ser prevenir y corregir la desnutrición, así como no empeorar los síntomas digestivos (dolor abdominal, diarrea…).
Para ello, es importante seguir una dieta rica, pero equilibrada en proteínas, calcio y hierro.
5.- No ‘culpe’ a ‘un’ alimento.
Actualmente no hay pruebas científicas suficientes que apunten a que un alimento concreto desencadene, perpetúe o empeore el proceso inflamatorio de la Enfermedad de Crohn. Por tanto, debe evitar únicamente aquellos que aumenten o empeoren síntomas de forma repetida y sistemática.
6.- Sí a los lácteos y la fibra… en algunos casos. La leche y los derivados lácteos son un gran aliado para prevenir la descalcificación de los huesos.
Aunque la lactosa de estos productos puede provocar diarrea en algunos casos, por lo que es mejor que la leche sea sin lactosa.
Además, puede tomar fibra, a través de fruta, por ejemplo, excepto cuando aparezcan brotes, y ten en cuenta que el membrillo y el plátano estriñen y que las cerezas y las ciruelas son laxantes.
7.- Deje de fumar. El riesgo de recaídas y de necesitar cirugía se duplica en fumadores comparado con los no fumadores.
Además, el tabaco empeora la respuesta al tratamiento y dificulta mantener la remisión de los síntomas.
8.- Controle el estrés. Los problemas intestinales pueden empeorar si no logra manejar el estrés en circunstancias y momentos problemáticos.
9.- Viaje preparado. Tampoco renuncie a los viajes, pero informa a su médico antes de partir, ya que le aconsejará qué medicamentos debes llevar y qué precauciones tomar.
10. Hable de su problema.
Muchas personas con enfermedad de Crohn se sienten a veces muy desanimadas.
Cuando le suceda, busca apoyo en tu familia o amigos. Las asociaciones de pacientes de pueden dar buena información y apoyo.