Juan Riera Roca /
Los responsables de las consellerias de Educación y Universidad, Martí March, y de Salud, Patricia Gómez, han presentado hoy los resultados del primer año del Protocolo de atención a niños y jóvenes con problemas de salud crónicos en los centros educativos. Los han acompañados el director general de Innovación y Comunidad Educativa, Jaume Ribas, y la directora de Enfermería de Atención Primaria, Maria Antònia Font.
En los centros educativos de las Islas Baleares hay escolarizados niños y jóvenes con problemas de salud, lo que hace posible ciertas intervenciones, como la administración de medicamentos u otras actuaciones, y, al mismo tiempo, que surjan dudas sobre la atención que se debe proporcionar a los niños y jóvenes durante el período escolar con el objeto de que sus necesidades esán cubiertas tanto a nivel de salud como social.
El número de alumnos con enfermedades crónicas en los centros educativos ha ido en aumento en los últimos años. Son niños y jóvenes con cardiopatía, asma, diabetes y otros desórdenes metabólicos, cáncer, pluridiscapacidad con problemas respiratorios o de alimentación, etc., que necesitan una atención conjunta sanitaria y educativa, por lo que desde el Govern se han puesto en emarcha protocolos de actuación y cuidados.
El conseller March explicó que «para nosotros la idea de escuela inclusiva es fundamental y la escuela actualmente es un espacio de educación y socialización que cada vez tiene más niños con problemas diferentes que debemos atender de manera adecuada. Con este protocolo garantizamos que están bien atendidos a través de la coordinación de salud y educación. Es primordial el hecho de dar tranquilidad a profesores y familias».
La consellera Gómez afirmó que la coordinación de Salud y Educación es un objetivo fundamental del Protocolo pero también el fomento de la autonomía de los alumnos y, especialmente, la formación de los profesores.
Los datos provisionales muestran 895 alumnos con enfermedad crónica. De estos niños, 164 (141 en Mallorca, 14 en Menorca y 9 en Ibiza y Formentera) han requerido tareas de coordinación específica.
Ello se ha debido a la complejidad que presentaban, mientras que el resto de casos han sido coordinados por los equipos sanitarios de los centros de salud de referencia. De acuerdo con la normativa vigente, la función sanitaria corresponde a la Conselleria de Salud y las tareas de control o vigilancia son propias del personal de los centros educativos que dependen de la Conselleria de Educación.
El Protocolo implantado este curso por primera vez en Baleares afecta a todas las enfermedades que requieren atención sanitaria mientras los alumnos están en la escuela. El objetivo de Educación y Salud es que sufrir alguna de estas enfermedades no suponga un obstáculo en la escolarización. Para ello se establecen estrategias que garanticen tanto la atención y los cuidados que necesitan estos alumnos.
Una de las posibles medidas es la escolarización en las condiciones que se consideren más adecuadas en cada caso. Para hacerlo posible es necesario coordinar profesionales sanitarios, profesionales del centro educativo y, por supuesto, la familia y el propio alumno. Actualmente, sólo la Comunidad Valenciana dispone de un protocolo de características similares al de las Baleares.
Las enfermedades crónicas más frecuentes en la infancia son el asma, la diabetes, el cáncer, las enfermedades cardíacas y los desórdenes de salud mental. Además de éstas, a los centros educativos de Baleares hay otras enfermedades poco frecuentes que también requieren atención especializada, lo cual ha hecho necesario la redacción y el desarrollo de un protocolo para la autonomía y la seguridad.
Para atender todo este abanico de necesidades, Educación publicó a principios del curso 2016-2017 unas orientaciones para el tratamiento de la salud en los centros educativos. Pronto se hizo patente que había una casuística muy diversa que obligaba a elaborar un protocolo más ambicioso para regular una acción coordinada entre Salud y Educación en las escuelas, a fin de dar tranquilidad a docentes, familias, alumnos y sanitarios.
En este sentido, las conselleries de Educación y de Salud han elaborado un protocolo de coordinación entre todas las personas implicadas, de forma que se pueda garantizar que todos los niños escolarizados en un centro educativo de las Islas Baleares recibirán la atención sanitaria que requieren para acceder a una escolarización adecuada, segura, inclusiva y en condiciones de equidad con el resto de sus compañeros.
Con este objetivo, el Protocolo prevé actuaciones coordinadas de todos los agentes educativos y sanitarios tanto desde un ámbito global, con acciones formativas para todos los integrantes de los centros educativos con alumnos con necesidades, como mediante acciones específicas para enfermedades concretas, pero sin dejar de lado un objetivo primordial: el fomento de la autonomía personal.
Se pretende, así, que los alumnos con enfermedades crónicas, según las circunstancias, tengan las herramientas necesarias para tratar sus necesidades de salud de manera autosuficiente y dispongan de la preparación necesaria para un futuro tan autónomo como sea posible. El Protocolo marca un itinerario de actuación claro y ordenado para todos los implicados: profesionales sanitarios, personal del centro y familias.
De entrada, la familia tiene que autorizar la inclusión del alumno en el Protocolo de acuerdo con la escuela y el centro de salud. Esto supone que se le incluya en la Aplicación para la Gestión Educativa de las Islas Baleares (GESTIB) y el registro del Centro Coordinador de Atención Temprana y Desarrollo Infantil (CAPD). Una vez hecho esto, se crea una comisión de seguimiento del caso.
Esta comisión está integrada por el equipo de salud, el equipo educativo, el alumno y la familia, para coordinar las actuaciones a realizar en el centro educativo, de acuerdo con un informe de valoración del profesional sanitario. Esto permite planificar la atención al alumno y programar la formación correspondiente para que los docentes e incluso los alumnos tengan en cada momento las herramientas adecuadas.
En caso de que sea necesario, se incluirá el alumno al Programa de Alerta Escolar. Este Programa facilita la atención inmediata y eficiente de los alumnos escolarizados que tienen una patología crónica que puede dar lugar a una urgencia vital mediante la formación sanitaria adecuada en materia de primeros auxilios, en caso de emergencia, de los profesores que los atienden.
Estas patologías crónicas son las siguientes: asma grave, alergias con riesgo de anafilaxia, epilepsia / crisis convulsiva, cardiopatías congénitas con riesgo de muerte súbita y diabetes / hipoglucemia. Los profesores reciben una formación que permite atender a estos alumnos mientras llega el personal del 061. El Protocolo establece que en todas las actuaciones deben implicarse los niños y sus familias.
Ls acciones derivadas se gestionan conjuntamente desde el Servicio de Atención a la Diversidad y los servicios de salud. Los primeros resultados provisionales indican que el Protocolo ha mejorado notablemente tanto la coordinación como la detección de los casos y la atención de los niños. Ya se han registrado más casos de alerta escolar, de los 146 del curso 2015-16 los 356 del curso actual.
Las acciones que se han llevado a cabo han sido actuaciones de acompañamiento, asesoramiento y formación de los profesores; intervenciones individuales con niños que tienen alguna enfermedad crónica con necesidades sobrevenidas, y participación en comisiones de salud o de seguimiento de casos de los centros educativos.
Más del 90% de los centros de salud de Baleares han impartido formación específica a un total de 260 docentes y 6 auxiliares técnicos educativos. Además, se debe tener en cuenta que desde el 2015 se han formado 777 docentes en el Programa de Alerta Escolar en 130 centros educativos.