Como todos los tontos tienen suerte, recordaremos desde aquí el tiro de gracia perdido por parte del PP no denunciando directamente lo ocurrido en un juzgado de instrucción y permitiendo que fuera la propia fiscalía la que abriera diligencias informativas. Ha permitido así que no existan unas diligencias judiciales, con la intermediación del juez predeterminado por la ley, y con la posibilidad de personarse en el mismo para darle el impulso y solicitar las pruebas que pudieran considerarse.
Mientras esperamos plácidamente a que ocurra, mientras los independentistas de Noguera se acuchillan para llegar a ser cosa dentro de la mísera situación en la que se encuentra la sustitución del cadáver político de su líder, Biel Barceló -un cadáver realquilado turísticamente- nos da por leer el discurso del nuevo alcalde para poder decir que hacía tiempo que no veía a nadie hacer tanto ni tan bien el ridículo. Hacía tiempo que una voz no le pegaba tanto a una cara, que una enfermedad no anidaba tanto en un espíritu.
Por empezar por ese sex appeal conquistado a pulso, ha dicho de sí mismo que su “estilo es hiperactivo y ejecutivo” que es para descojonarse y no terminar. ¿Ejecutivo, Noguera? Pero si no has pegao palo ni en el Plan general, ni en el alquiler de viviendas, ni en el edificio de GESA, ni en la venta ambulante… El de la ciudad más sucia de los Països sigue en nuestra pesadilla con el sueño perpetuo y obsesivo del Franquismo y la Feixina que no has tenido cojones a tirar prometiéndolo. Todavía queda alguno que sin el Franquismo no es nada.
Vivo y bebo oyéndole en su discurso la reiteración del sueño a lo Luther King Jr, como saca frases de los guerrilleros Tupamaros, como confunde humanidad con Humanismo, como aspira a que Palma se convierta en la mejor “botiga del mon” o como aspira a que seamos una ciudad “resilente”. ¿Resilente, Noguera? Para mí que a este chico le robaron el carro anoche cuando dormía.
NO sé si ser tonto es mejor que tener suerte, pero como resilentes en Palma hay que preguntarse por qué se permite que un alcalde que no cree en el título segundo de una Constitución se le permita tomar posesión de la mitad de lo que no es. Confundir una forma de gobierno con una ideología política es grave.
Ser tonto a las tres, o la de dos, es un lujo enfermizo que no todo el mundo puede permitirse.