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“Con un cribado que no sea oportunista, muchas mujeres eludirían el cáncer de cérvix”

El jefe de Ginecología del Hospital Infanta Leonor, Juan José Hernández, participó en la sesión científica organizada por AECC Balears en Palma

Macià Tomás, Javier Cortés, Maria Ramos, Juan José Hernéndez, Hernán Giossefi, el responsable de la Obra Social la Caixa y Jordi Reina.

La sesión informativa sobre la prevención secundaria del cáncer de cuello de útero, que tuvo lugar en CaixaFòrum Palma bajo la organización de la AECC Balears, acogió la intervención del doctor Juan José Hernández, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Infanta Leonor, de Madrid.

El objetivo de la ponencia pronunciada por el doctor Hernández fue trazar las principales líneas del modelo que este prestigioso especialista trata de impulsar en la Comunidad de Madrid para mejorar la efectividad en la prevención secundaria de una enfermedad oncológica especialmente frecuente en mujeres con edades comprendidas entre los 40 y los 55 años. De hecho, el cáncer de cuello de útero, o cáncer de cérvix, constituye hoy en día el sexto tipo de dolencia cancerosa más frecuente en España, según los datos aportados por la Sociedad Espanyola de Oncología Médica, mientras que, por otra parte, Mallorca ocupa el primer lugar de España en incidencia, con 13,6 casos por cada cien mil habitantes. En cualquier caso, las áreas con mayor mortalidad se sitúan lejos de Europa, y en concreto en Latinoamérica, África y el Sudeste Asiático.

Frente a estos datos, la palabra clave que la medicina y la investigación ponen sobre la mesa es la prevención. Por un lado, la prevención primaria, mediante los protocolos de vacunación de chicas adolescentes a partir de los catorce años, con la finalidad de neutralizar el contagio del virus del papiloma, que se halla detrás del 99% de diagnósticos de cáncer de cérvix; y, por otro, la secundaria, a la que se refirió Juan José Hernández durante su intervención en CaixaFòrum, a lo largo de un acto que registró también las ponencias de la directora general de Salut Pública i Participació, y del presidente de AECC Balears, el doctor Javier Cortés.

Plan

Desde su actual responsabilidad como jefe de Oncología del Hospital Infanta Leonor, el doctor Hernández está tratando de obtener el beneplácito de las instituciones para impulsar un plan estratégico de prevención secundaria del cáncer de cuello de útero que, por el momento, solo se ha podido implantar, en fase piloto, en dos centros hospitalarios de la capital del Estado, uno de ellos, por supuesto, el Infanta Leonor. Básicamente, como explica el especialista, “la idea es implantar un tipo de cribado que no sea meramente oportunista, como el que se aplica en la actualidad, y que consiste en detectar un posible caso de cáncer de cérvix cuando la paciente acude al centro de salud o al hospital por cualquier otro problema”. En el nuevo modelo, tal como expone el doctor Hernández, “se trata de reinvertir la situación, es decir, que sea el sistema de salud el que acude a la paciente, y no al revés. De hecho, es el mismo criterio de cribado que impera en otros tipos de cáncer con una gran tasa de incidencia en la población femenina, como el cáncer de mama. Y los resultados son óptimos, tanto a nivel de curación como de efectividad de los tratamientos”.

La importancia de llevar a cabo un buen protocolo de prevención secundaria en cáncer de cérvix cobra todavía más relevancia si se tiene en cuenta, siguiendo la exposición del jefe de Ginecología del Hospital Infanta Leonor, que “las expectativas de recuperación de la paciente son más que elevadas cuando se lleva a cabo un buen trabajo de detección precoz del virus del papiloma”, que, como ya se ha dicho, es el causante de la práctica totalidad de casos de cáncer de cuello de útero. No en vano, el virus puede hallarse presente en el organismo humano durante muchos años, en estado latente y asintomático, sin que los médicos ni tampoco la persona afectada sospechen de su existencia. En cambio, para el doctor Hernández, “un cribado que no sea oportunista, sino que se dirija a un perfil concreto de mujer en función de determinadas circunstancias, como el tramo de edad, permitiría acercar la detección del virus a pacientes que no manifiestan ningún tipo de síntoma, y que, además, no tienen ningún otro motivo para acudir al sistema de salud”.

Si esto fuera así, como recuerda Hernández, “las posibilidades de curación serían máximas, porque la medicina sería capaz de darse cuenta de que el virus está presente antes de que ataque y derive en un cuadro canceroso. Cuando esto sucede, la paciente lo tiene todo en su mano para eludir la enfermedad, y ahí es precisamente donde radica la importancia de la prevención secundaria, y la necesidad de adoptar nuevas filosofías de cribado que vayan más allá del contacto oportunista con la usuaria”.

Desde 2011, Juan José Hernández está luchando a brazo partido para que este modelo se instaure en la Comunidad de Madrid. Pero, como él mismo lamenta, “solo lo hemos logrado parcialmente, y es una pena porque se ha perdido un tiempo precioso y, en cierta manera, tengo la impresión de que ya llegamos tarde. Tenga en cuenta que este cribado es ya una realidad en otros muchos países, y en la sanidad pública española apenas hemos dado los primeros pasos cuando hubiéramos podido hacerlo antes”.

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