Me llama Calafat en la soledad agradable del expulsado y mi respuesta es decirle que me aburre el tema, que resulta un coñazo no ya ir buscando explicaciones a las enfermedades mentales de siempre, sino a los trastornos de los de siempre.
Le digo que la historia de IB3 -en defecto de una tele ágil, bella y consumible- es la historia de la miseria que somos, del “ytumasismo”, la demostración de que se puede ser un hortera y un deficiente con un Ferrari. La cerraremos y nos haremos unos alquileres turísticos con los sillones hemáticos de Manresa.
El problema no es que no la vean, Joan, es que no nos miramos, es que no nos reconocemos cuando nos miramos.
Cuando Calafat me dice que le han dado el pire de IB3 le digo que se lo merece. A quién se le ocurre hacer un programa sanitario, blanco, trabajado, sin mostrar ideología alguna y sin hacer las debidas felaciones a las altas jefaturas políticas de la cadena.
Con lo fácil que es programar sobre la guerra civil en Baleares a precio de oro, con lo sencillo que es hacer un debate sin debate para felar en la debida dirección los entreespacios Podemitosocialistas, con lo útil que es succionarles hasta decir basta todos sus complejos en la voluntad imperial de liquidar lo que huela a distinto.
No es fácil hacer un programa de toros en IB3 como el que hacía Joan Calafat en su programa sanitario.
No es fácil hablar de los trastornos urinarios mientras se te mean encima corneándote; hablar de la diarrea mientras te defecan encima los popes toritos bravos de la cadena. Es trágico invitar a un psiquiatra y que las llamadas en directo sean casi todas de los astifinos directores disfrazando la voz de Bibian Caoba. No hay quien pueda hacer un programa como Dios manda cuando convocas al Forense para hablar de discapacidades y todo Cristo se da por aludido, Joan. Entiéndelo.
Te lo tengo dicho. Cuando hables de la hipertensión, por poner un ejemplo, tienes que traer a cámara el concepto sanguíneo a la víscera rojez de mandamases como Jaume Perelló, por poner un ejemplo fácil y simple; debes retomar el unto vascular y hacer del concepto “chupar cámara” un concepto más amplio, mucho más amplio. A quién se le ocurre hablar de enfermedad mental sin cursar las debidas invitaciones para los muchos enfermos de pasado, a los muchos enfermos del pasado, a los que deben justificar su sueldo público liquidando al contrario.
Joan Calafat dice que le han echado de IB3. No sabe que al que han largado es a usted, radioescucha o televidente.
La puta calle vuelve a estar saturada de inquilino.
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Joder,duro,pero con glamour,acojonas médico.