Yo de todo el follón catalán lo que no termino de ver muy claro es desde dónde puedo diagnosticar lo distintos que son, dónde puedo yo echarle un vistazo a esa nueva estirpe racial y cultural que tiende a ser tan distinta como pretenden. Miro su antropología, sus cráneos, su forma de andar o de coitear en las pelis, sus belenes y sus pasteles del sábado con el cordelito colgando del dedo y la botella de cava, y la verdad es que no termino de ver en qué cuyons fundamentan toda esa distinción.
Lo que no termino de entender es que algo tan degenerado y degenerable como una lengua sea el fundamento de la distinción de algo o de alguien, por muy catalana que sea. Lo que no termina de entenderse es que alguien tan independentista y con una visión tan clara de “lo diferente que son del resto” albergue tanto sentimiento imperialista para con estas islas. Ni nos corresponde esa historia, ni nos sentimos catalanes. A ver si un día nos independizamos de los independentistas.
Es viernes por la noche y en este momento los chicos catalanes, los cachorros amamantados con lengua, están acampados en no sé qué colegio o tribunal de las sombras en Barcelona. Quieren hablar, dicen, gritando y violentando. Es tan fácil y tan sencillo entender que no puede negociarse la Constitución como sencillo y fácil resulta entender que no puedes negociar el código penal o el código de comercio. O sí. Pillas los artículos 166 y 167, te quitas la barretina y te preguntas.
¿Tengo la mayoría para hacerlo? ¿No la tienes? Entonces te jodes y te quedas en España, que es tu casa.
Para entender el proceso catalán debe entenderse primero el proceso español. Si Rajoy hubiera convocado referéndum para expulsar a los catalanes de España sin que votaran los catalanes. ¿Sería soberano? Lo de la lengua sanitaria de aquí es ya otra cosa, es poder diagnosticar sin necesidad de muchas pruebas complementarias la miseria y lo sectario de los chicos y las chicas de Més. Se recuperaron anteayer de la amnesia independentista que omitieron durante la última campaña electoral (casualmente sus mejores resultados) y ahora, ya en 2030, todos dependeremos de su lengua. En la boca anda el mal.
El fundamento para cargarse la asistencia sanitaria en Baleares es tan sencillo como entender que para ellos lo importante no es lo que diagnostiques, no es con qué lo trates sino en qué lo dices, cómo putes lo dices. Es como si para su diagnóstico lo importante no fuera lo que siente el paciente sino cómo se siente, cuanto de español o de catalán.
Brotes de lengua roja invaden el govern balear escupiendo al matrimonio enamorado Gómez/Fuster.
A ver si al final cuando a estos de más (Més) haya que curarlos de sí mismos no quedará nadie para poder curarles en ninguna de las lenguas.