Sin ir más lejos, una de cada ocho mujeres recibirá a lo largo de su vida la noticia de que padece un cáncer de mama. Y no solo esa persona verá modificadas sustancialmente sus circunstancias personales a raíz de esa notificación médica. Tampoco quienes están a su lado podrán permanecer ajenos a la nueva situación. Por todo ello, es importante hacer oír la voz de la comunidad médica, de los pacientes, de las organizaciones sociales, con ocasión de acontecimientos tan importantes como el Día Mundial del Cáncer de Mama. Estas jornadas sirven para poner el acento en aquellos aspectos que resultan especialmente perentorios a la hora de combatir las enfermedades oncológicas, que en el caso del cáncer de mama se centran en la prevención y la investigación.
Hablando, precisamente, de prevención, todos debemos alegrarnos por el cada vez más creciente porcentaje de pacientes que logran sobrevivir al tumor mamario, muy superior al de otras dolencias cancerosas. Ahora bien, estas buenas noticias no se producen por casualidad o por azar, sino que constituyen el resultado directo de los esfuerzos realizados en materia de prevención y que, en el caso de Balears, se refleja en los excelentes frutos proporcionados por el programa de detección precoz.