La Jornada la empezamos José Luís Bimbela y yo, hablando de lo emocional de la jornada de 2016, para avanzar en una línea de mejorar la salud física, psicológica, emocional y espiritual.
Carmen Morales, Carmen de Carmen empezó con música para la vida.
La Conferencia inaugural la hizo el filósofo Francesc Torralba. El profesor Torralba planteó razones para vivir, cómo buscarlas y dedicó tiempo a la necesidad de ayuda a los pacientes a darle un sentido a su vida. Todo ser humano desea vivir una vida con sentido y es importante hay que vincular inteligencia espiritual y salud espiritual. La inteligencia espiritual tiene efectos en la salud espiritual y hay que cultivarla.
Asimismo, Torralba comentó que reírse de uno mismo es tener mucha salud espiritual. Si una persona tiene una razón, está activa para conseguirlo. Después realizamos una conversación entre el anestesiólgo y experto en dolor, Ignacio Velázquez y yo mismo. Planteó que el dolor es el síntoma más democrático que hay. Para él, el respeto, la no sumisión y la pasión. Su pasado militar, su trabajo como jugador y entrenador de baloncesto y su paso por la política sirvieron de encuadre entre el trabajo clínico y la realidad. Para él, la satisfacción del deber cumplido es un aspecto esencial. El tratamiento clínico y espiritual deben ir, en su opinión, en paralelo, donde el sufrimiento antecede al dolor.
Olga Cebrián, planteó su pasión por saber, “cuanto más suelto más tengo poder transformador del alma”.
Carmen Baeza definió don y talento (aptitud, inteligencia), donde el don es algo que viene dado, el talento se desarrolla.
Salvador Casado habló de a que distancia debemos estar del paciente, “si muy lejos nos percibe fríos, si muy cerca nos abrasa. Habló de que la espiritualidad también importa y hay que tener el H-alma sana y fuerte. Y para ello, los pacientes, que se sienten solos buscan ser escuchados. Y comentó frases del tipo que «entro descalzo en el paciente que arde, poco a poco, para que lo sienta y no me queme a mi», “el sufrimiento está quemando el mundo” “hay hambruna de valores, de sentido…”, que “La palabra SANA el sufrimiento espiritual” y que “El sufrimiento espiritual hay que curarlo, siendo, a veces la solución, escuchar, más que medicar. Las personas buscan alternativas si no damos respuesta”.
Por último, Mariola Bernal, habló de investigación y espiritualidad con determinantes «espirituales» de salud: mejorar el sufrimiento.
Una jornada con h-alma, para abordar la salud con una dimensión demasiado olvidad normalmente.