La fecha de arriba es el anuncio de una marcha silenciosa y sin banderas, el día después de unos enamorados de la normalidad que no buscan otra contraprestación que poder seguir viviendo su lengua mientras viven, que únicamente quieren poder seguir sintiéndose útiles con aquellos que los quieren y los valoran por dedicarse a ellos sin tener que acreditar más requisito que hablar su propia lengua.
La fecha de arriba es el momento en que -como en el poema de Darío- las islas se responden, se escuchan y salen a decir “basta” moviéndose a través del suelo que las separa a través de sus lenguas de mar. El 18 salimos a la calle los desinteresados de lo nuestro porque nadie nos exige niveles de catalán, los que hacen zapatos y no tienen por qué gritar, los sanitarios que tienen todos los títulos de todas las lenguas posibles, tod@s los que sus sueldos no se ven afectados por la medida impositiva del catalán en la sanidad. Empiezan por ellos y terminarán con vosotros.
El 18 nos vemos y nos movemos viéndonos los desconocidos que lo único que perseguimos es que el mérito sea el paciente y el requisito obligado el médico y el personal que te cura; lo necesario para que la gentuza impositora dé marcha atrás al monstruo de lengua -sin pies ni cabeza- que han construido para justificar el sueldo que les pagamos.
Mientras nuestra consellera enamorada Patriciamiamor debiera o debiese encabezar esa manifestación apolítica, mientras debiera celebrar en los labios encendidos de su director general y amante Julielamoroso la negación de esa imposición que precisamente él termina imponiendo, haremos como que no oímos, haremos como que no hablamos, y simplemente reclamaremos caminando lo que la razón y el corazón piden para los que entienden que hablar y entenderse es de las pocas cosas que nos diferencian de los animales. Incluso de esa variedad de depredadores lingüísticos.
Nos engañan con poco. No es la economía, no son los impuestos, no es una idea vertebrada, ni la revolución de las grandes cosas. La España lingüística de la que abominan no empieza en la mascarilla de tu cirujano, ni pasa por el cielo de la boca de tu oncólogo, ni termina en la tenue voz de tu enfermera de noche. Empieza y termina en ti, en tu razón, estés donde estés y te dediques a lo que te dediques. El próximo eres tú.
NO es que no queramos lengua, es que queremos la misma y las mismas en los mismos, es que queremos que Armengol acredite su nivel oficial máximo de español y catalán para poder seguir siendo cómplice de su silencio, que hay algo peor que ser inquisidor, y es ser correa de transmisión del que lo es no siéndolo. O te mueves, o no sales en la foto.