Juan Riera Roca /
Después de la mortalidad masiva de la nacra (Pinna nobilis, especie de molusco bivalvo endémico del Mediterráneo) registrada en el Mediterráneo Occidental, los investigadores del IMEDEA (CSIC-UIB) buscan el apoyo de los ciudadanos ―es decir de aquellos que buceen ― para abordar el reto de encontrar ejemplares vivos.
A principios del otoño de 2016, la comunidad científica se hizo eco de un evento de mortalidad masiva del este molusco endémico del Mediterráneo. Aunque no se puede confirmar nada, dado que se desarrollan las primeras fases del estudio, todo parece indicar que el causante de esta catástrofe ecológica es un protozoo del género Haplosporidium.
Desde que fue detectado por primera vez en las Pitiusas, la costa andaluza y Murcia, el parásito se ha extendido y ha provocado una mortalidad cercana al cien por cien de los individuos. Se estima que en el Mediterráneo español sólo quedan grupos supervivientes en Cabrera, Menorca y norte de Cataluña.
Esta catastrófica situación ha llevado al Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, en octubre de 2017, a declarar el estado de emergencia por primera vez en la historia para una especie en el panorama nacional. La situación es tan grave, que se considera que ya es irreversible en la zona del Mediterráneo Oriental.
Los científicos buscan el apoyo ciudadano para la conservación de la especie. Pese a su esfuerzo en monitorear los diferentes puntos estratégicos en busca de ejemplares sanos, el grupo de científicos necesitan multiplicar sus ojos y expandir así sus posibilidades en busca de estos ejemplares resistentes.
El hallazgo de ejemplares resistentes al Haplosporidium supondría una esperanza para la conservación de este molusco. Tras detectarse el evento de mortalidad, se creó el Proyecto Nácaras dentro de la plataforma Observadores del Mar, promovido por los grupos de investigación.
Los grupos científicos implicados son de primer orden: el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA, UIB-CSIC)) y el Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (COB-IEO). Las observaciones han tenido resultados sorprendentes.
Se han dado ya 250 observaciones en todo el Mediterráneo por ciudadanos comprometidos, que permitirán ampliar las bases de datos de los científicos para intentar esclarecer fenómenos clave como la expansión del parásito, y poder desarrollar herramientas para la conservación del molusco.
Los científicos instan a todos los ciudadanos con posibilidad de sumergirse estos meses de invierno a intensificar la búsqueda de ejemplares supervivientes. El principal ecosistema de la nacra se encuentra en excelentes condiciones de identificación (hoja corta de Posidonia oceanica).
De hecho, recientemente se ha recibido la sorprendente noticia de un observador del mar que ha identificado en la costa de Portopetro (Mallorca) un superviviente de nacra (pendiente de confirmar por el equipo científico). Por lo tanto, se enfatiza desde la UIB y el IMEDEA a todas las personas que puedan hacerlo, «únete al #RetoNacra».