Conocemos estos días como el director médico de Son Espases, Mr. Javier Murillas, opta a la plaza de jefatura de medicina interna desde el Olimpo del mismo órgano que decide sobre su adjudicación. Ole sus cojones. A ver si es el último paso para controlar la facultad de medicina definitivamente, que ya me estáis tardando.
Y como las casualidades que han hecho las delicias de la designaciones del director de Son Espases, Pep Pomar (un socialista condenado a la cadena perpetua de ser cargo público a nuestro cargo) nunca vienen sin dotar económicamente, recordábamos con ese descojono que siempre afecta a nuestros bolsillos el regreso del aroma de todos aquellos ilustres placistas, como el comunista Carbonero (ahora director médico en el Hospital General), sí el hermano del socialista que fue conceller de Obras Públicas, o aquel Santamaría en paliativos. Aquí las jubilaciones (como la de Fiol en el IdisBa) son de quita y pon. Pronto habrá que colocarlos (a sueldo, claro) en la residencia Bonanova.
Recordamos con lágrimas el principio de legislatura con el intento de colocación de Pau Thomás, hijo del exconseller sanitario y socialista Vicenç Thomás, que del departamento de atención al cliente del Quirón estuvo a punto de convertirse en asesor de la consellería de comercio. Perdón, que trabajó como comercial de la enciclopedia catalana durante unos meses.
O el extraño sortilegio de la elevación al olimpo de la jefatura de servicio de dependencia del IMAS de Ángeles Fernández, esposa impenitente del exalcalde, socialista, claro, José Hila. O incluso del asesor de la presidenta socialista Armengol llamado Xavier Villalonga, de grandes dotes reconocidos para la “venta minorista para el hogar” y por no hablar de su gran conocimiento para la “locución de partidos de basquet”.
Llegados a este punto podríamos preguntarnos sobre el puntacanero Biel Barceló, sí el sin-vergüenza que sigue en el Parlament de diputado, y su colocación en el centro base de la dirección general de dependencia, puesto que curiosamente fue eliminado en su momento por ser considerado innecesario. Lástima que no lo eliminaran a él del organigrama público aplicándole precisamente el mismo principio de innecesariedad. Sabiendo de su falta de principios nos conformaríamos con la existencia de sus finales.
Llega la hora de kolocar al jefe de medicina interna de Son Espases. No, la exigencia del nivel de catalán, no es aquí un requisito. Ni aquí, ni en el resto de todos los colocados durante nuestro repaso. Tócate los cojones.