Esperemos que este asunto no sea finalmente un master pagado para Patriciamiamor y su corte, que ya nos ha bastado con el desfile haraposo de trolas del alcalde Noguera -también llamado el listo- cuando anunció un sí o sí al desalojo, y todo “porque él lo vale”. El que es un master en sí mismo sólo sirve para no desalojarse a sí mismo.
Es curioso este infierno de prohibidores públicos que nos gobiernan, sorprendente la transformación de este govern en un poblado insidioso campando por los designios de la prohibición.
Como nuestro frontispicio de hoy es “líbrate de los que quieren salvarte”, y como lo nuestro es analizar la conducta humana, comparémosla para empezar a la de los canes a los que se ha prohibido cortar el rabo, o a los toros de los que ya no podemos ser espontáneos.
Han renunciado a un espectáculo sangriento y democrático, por ejemplo, por otro sangriento e inquisidor como el de los castellers catalanes, y en el que puedes imponerle a un menor sin el amparo de la fiscalía el ascenso a la altura exacta que le promocionará la ostia identitaria adecuada.
Prohibir los cruceros de cuatrocientos metros que todavía no existen (Armengol dixit), mientras prohíbes el alquiler turístico zonificando un ridículo regional a nivel nacional no es fácil. Previamente has tenido que prohibir usar los símbolos franquistas (sólo aquí, claro, puedes llevar lo que te salga del Franquismo en el resto de la Nación), y fomentar la exhumación de los asesinos de la guerra civil para condenarlos a cadena perpetua para el resto de sus inertes vidas.
No parece sencillo prohibir las cápsulas nesspreso en un lugar donde las sustancias estimulantes legales son lo único que te permite seguir el reguero de las prohibiciones, por eso lo nuevo de prohibir fumar en las terrazas frente al Consolat de Mar arreciando el coche oficial de la presidenta, prohibido y condenado por diésel dentro de veinticinco años.
No termina de ser fácil que te prohíban utilizar la lengua española para acreditar lo que sabes y lo que eres en tu ejercicio sanitario, no es suficiente.
Por eso prohíben Hospitales como Cas Serres, en Ibiza. La izquierda que cierra hospitales cierra los ojos mientras prohíbe informativamente que miremos. El nuevo cambio de uso es la última de sus perversiones terminológicas: te uso para cerrarte. La mejor forma de no necesitar siquiera imponerte una lengua que no es tuya.
Turismo sin turistas, toros sin corridas ciclismo sin ciclistas, franquismo sin franquistas y, sobre todo, Govern sin gobierno. En eso estamos.
A ver si prohíben la saturación turística, la destrucción del territorio y todo aquello de que habían venido a salvarnos de nosotros mismos. El prohibido prohibir ya no tiene quien le ladre. ¿Quién prohibirá las elecciones en el colegio de Médicos?