Denunciar la mierda de lo que se habla no es peor que denunciar lo que se habla de la mierda que inunda el negociado de recursos humanos de ese decurso llamado Gabriel Lladó, que hay que ir poniendo cara a los responsables que merecen la incompetencia de su consellera. Vino regalado además de colocado, y ha demostrado que está a la altura de los gritos francinos que provoca en el Consolat de Mar, donde no solo no ha cumplido con la promesa de activar la contratación y las oposiciones sanitarias sino que tiene colapsado su departamento, que no ha movido ficha desde noviembre del pasado año y que hay quien lo sitúa ya en el prohibido alquiler vacacional de su cargo.
Hablar de las idas y venidas de todo su personal al mando es hablar de que no está solo, es decir de la deficiencia intelectiva de los responsables, desde secretaria general, desde Pulidos, Palominos y Aguilós a toda la mamandurria de asesores jurídicos y de jefes y subjefes de servicio pasando por su mano izquierda, un tal José María Bautista. Nos hemos ganado el requisito de que los pongan a todos en la calle por sus méritos. Ni bolsa, ni oposiciones ni carrera profesional.
Leer los desmentidos publicados en el BOIB sobre las oposiciones del personal no sólo es la vergüenza administrativa de unos incompetentes, es la cara que debemos ponerle, que debe ponerle Armengol como última responsable, a toda la basura que han ido tapando con la lengua y sus infamias. Por recitar, recordemos que el Boib 52 para la contratación de celadores corregía al 49; el 53 sobre administrativos corregía al 49; el 53 sobre auxiliares administrativos corregía al 49, el de enfermería del Boib 46 de abril de este año corregía las inmundicias del 44, y así, sucesivamente.
Lástima que un corregido global no los ponga en la misma calle donde coincidirán con los pacientes cuando no haya quien les hable, ni sobre todo quien les cure.
Y como el colapso en la contratación no permite hablar de ella en presencia de Ella, Pep -técnico y amigo- me cuenta que a través de “Ib-Salut informa” han empezado los movimientos para hacer como que no saben qué hacer, una barra libre de requisitos y méritos que terminará en el idioma en el que nuestra predicción cumplida y por otras corrupciones dejó a los mismos – y anteriores del PP- en los juzgados de vía Alemania.
El judicial es el verdadero dialecto de la consellería de Salut, la lengua del imperio de la incompetencia de nombrar a quien no sirve ni para contratar silencio. Mientras tanto, que la muda de Patricia siga tomando el sol.