P.- Usted siempre ha dicho que la disfunción eréctil es un marcador de salud, un centinela…
R.- Efectivamente. La disfunción eréctil (DE) es un marcador de salud, y básicamente de salud cardiovascular, ya que se ha demostrado que la mayoría de los casos de DE son orgánicos y la gran mayoría de ellos son por problemas vasculares. Por ello, la hipertensión arterial (HTA) es un elemento a tener muy en cuenta, también en lo que a la DE se refiere, igual que la diabetes, el colesterol, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo.
P.- ¿Y qué enfermedades hay que descartar en esos casos?
R.-Hay que tener en cuenta que presentar una DE puede estar avisando de que en cuatro o cinco años puede presentar un evento grave, por ejemplo, una angina pecho, un infarto de miocardio, una HTA, una diabetes… por ello habrá que comprobar que el paciente que viene por una DE no presenta alguna de esas patologías, y revisar además las funciones renales y hepáticas, las hormonas, testosterona, prolactina, si es un hombre de más de 50 años un PSA para ver cómo está la próstata, etcétera. Es decir, enfermedades que el médico tiene que revisar cuando se le presenta en la consulta un caso de disfunción eréctil para saber si las causas son orgánicas (la mayoría), psicógenas o mixtas.
P.- ¿Cómo se relaciona la DE con la HTA?
R.- La HTA tiene mucho que ver con la DE, en primer lugar, como enfermedad vascular. Y en segundo lugar por fármacos que pueda estar tomando el paciente. Hay fármacos contra la HTA, algunos de los cuales dañan más la esfera sexual, como pueden ser los betabloqueantes (sobre todo los que no son cardio selectivos) y también determinado tipo de diuréticos. Son fármacos estos que se utilizan bastante y que puede suceder que en enfermos de HTA que no tenían disfunción eréctil, se les dan estos fármacos y después de unos meses se quejan de que su respuesta sexual no es la misma que antes.
P.- ¿Tan directa es esta respuesta?
R.- Cuando decimos que la mitad de los hipertensos en un momento determinado pueden tener algún problema de DE no solo es por causa de la propia enfermedad vascular, puede ser también por los tratamientos que los médicos damos a estos pacientes. Por ello hay que optar por tratamientos antihipertensivos, que están disponibles, que son menos lesivos para la esfera sexual del paciente. Hay que tener en cuenta muchos factores. Afortunadamente los médicos de familia están muy bien formados para analizar estos casos de DE y descartar casos de riesgos derivados en el futuro.
P.- ¿Cuál es la razón de que un primer síntoma de enfermedad cardiovascular sea una DE?
R.- Pues que las arterias del pene son las más finas del cuerpo, con un diámetro de solo un milímetro, por lo que primero se ‘atascarán’ éstas que son muy estrechas, antes que las del cerebro -por ejemplo- que son cinco veces más gruesas. Por ello, puede aparecer una DE, cinco años después una angina de pecho y tras cinco años más (siempre que no se trate el paciente) puede presentar un ictus.
P.- ¿Qué otras enfermedades pueden estar relacionadas con la DE?
R.- Ya hemos dicho la diabetes. Pueden estar relacionadas las enfermedades endocrinas, como las disfunciones del tiroides, enfermedades un poco menos frecuentes como el Addison, de Cushing. También las enfermedades neurológicas, las demencias, la esclerosis múltiple pueden cursar con trastornos de la erección, el cáncer en si mismo o por los tratamientos que se le imponen y que pueden lesionar severamente los sistemas vascular y neurológico que propicia la erección.
P.- ¿Y la patología mental?
R.- También. No hay que olvidarlas. La depresión cursa con reducción del deseo sexual. Puede que en esas circunstancias haya además de poca ganas de una actividad sexual, una erección que puede estar alterada. Y eso se produce hasta que con el cumplimiento de los tratamientos mejora la depresión y se recuperan las ganas de mantener relaciones sexuales.
Un problema de músculo
La disfunción eréctil no es solo un problema de músculo, que lo es. Ni solo un problema vascular, que lo es. Ni solo un trastorno de neurológico, que también lo es.Para que el órgano sexual masculino por antonomasia funcione correctamente deben llegar los estímulos de deseo, desde el cerebro a los cuerpos cavernosos, nítidos. La circulación arterio-venosa del musculo dorsal del pene debe activarse sincrónicamente reteniendo la sangre que llega vía arterial en los amplios complejos venosos. Y por último tienen que encontrar el musculo vigoroso, desarrollado, entrenado y capaz de cumplir la función para la que está preparado.
De ahí que la salud neuropsiquiátrica es la base de una erección adecuada. Y esencialmente, la salud vascular. El control de los archiconocidos factores que afectan la circulación de la sangre por el organismo son básicos para que la disfunción tarde en llegar. El sobrepeso, la hipertensión, la hipercolesterolemia, la insuficiencia renal o la diabetes mal controlada, sin olvidar los efectos secundarios de determinadas sustancias farmacológicas, son variables que influyen de forma decisiva para que el factor edad se manifieste de forma definitiva en la presentación de la disfunción eréctil.
En cualquier caso, las medidas psicoterapéuticas, medicamentosas o invasivas contribuyen a mejorar una función que supera con creces lo que anato-fisiológicamente aparenta.
El Dr. Fernando García Romanos i el Dr. Joan Mir parlen sobre hipertensió arterial i la disfunció erèctil, a Salut i Força / Canal 4 TV. Programa dirigit i presentat per Joan Calafat.