Se cumplen 4 meses de la reversión del Hospital de Alzira y del Departamento de La Ribera, gestionado con eficiencia durante 20 años por la empresa Ribera Salud. La Generalitat Valenciana se empeñó en prometer en el Pacte del Botànic el rescate del hospital valenciano, obviando todos los informes de la Sindicatura de Comptes, que defendían el ahorro en la gestión. Era una línea roja, porque para Ximo Puig, Mónica Oltra y Carmen Montón esa fórmula de gestión de un hospital público mediante una concesionaria la había inventado el PP. Suficiente motivo para acabar con ese sistema. La ex consellera de Sanitat, Carmen Montón, no tuvo en cuenta los excelentes indicadores de calidad y la elevada satisfacción de los usuarios (superando el 90% como reflejaban las encuestas) que confirmaban el éxito del ‘Modelo Alzira’. Un modelo que el director general, Alberto de Rosa, explica por todo el mundo, entre otros lugares, en la mismísima Universidad de Harvard, donde se ha estudiado como ejemplo a seguir. Montón y su equipo hicieron bandera del rescate con sectarismo e improvisación. Y de esos polvos, llegan estos lodos.
El periódico El Mundo Valencia difundió hace unos días unas conversaciones de la actual gerente del hospital, Isabel González, donde reconocía que el centro está peor que antes del inicio de la reversión, el pasado 1 de abril. Asegura sin tapujos ni rubor alguno que las listas de espera han aumentado pese a que el número de pacientes ha bajado; y el número de profesionales, crecido. ¿Cómo es posible en solo 4 meses? Las palabras que se oyen literalmente en una conversación donde también está el director médico de La Ribera, Miguel Barbero, explican que ahora el centro hospitalario “está peor”. Literal. En concreto, el porcentaje de pacientes que esperan más de 30 días ha aumentado ya que “ahora tenemos un 35,60% y el año pasado eran un 25%”. Las cifras hablan por sí solas. Y eso que el nuevo equipo directivo ha contratado casi medio millar de profesionales más y el propio director médico reconoce que las cifras no engañan, concretamente tilda de “matemáticas”.
4 meses de caos
El balance de los cuatro primeros meses no puede ser peor. A la escabechina de 14 directivos despedidos durante las primeras horas de abril, se sumó que la nueva gerencia y su equipo se reservó una decena de plazas en el parking, que pasó automáticamente a ser público, generando un auténtica competición entre profesionales y pacientes, locos por aparcar para no llegar tarde a su consulta. Aún hoy en día no se respetan las zonas de minusválidos y se estaciona en lugares inapropiados, según reconocen a Salut i Força Comunitat Valenciana algunas fuentes del hospital. La primera nómina ya tuvo problemas con un retraso, anecdótico si se compara con los 500.000 euros de la extra de verano, que los profesionales cobrarán meses más tarde y se les adeuda. Ha habido traslado forzoso de personal subrogado y Montón finalizó su etapa en Micer Mascó colocando a dedo a múltiples cargos en La Ribera con pedigrí y carné socialista. Quo Vadis, La Ribera?