Juan Riera Roca /
Tras el «balconing», probablemente uno de los riesgos inherentes al hecho de ser turista en nuestras Islas es —aunque por diferentes causas entre ambos fenómenos— el ahogamiento: Muchas son las personas que no conocen el mar y sus corrientes y las precauciones (estar sobrio, no empachado, no insolado) antes de zambullirse.
Baleares es ya la sexta comunidad con más muertes por ahogamiento en 2018, con 16 víctimas en el escaso mes y medio de temporada alta y las pocas semanas que en este año han permitido acercarse al mar. En Baleares se registran el 8,7 por ciento ahogados de España, según la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.
La mayoría de los ahogados en nuestras Islas cumplen el siguiente perfil: persona de más de 65 años que desconoce completamente las características y riesgos del mar balear y que se introduce desde la playa a horas extremas, es decir, con las primeras y las últimas luces, y que se confía en unas fuerzas que luego le fallan.
La REFESS informa que julio es el mes con más muertes por ahogamiento desde agosto del año pasado, con 58 víctimas en todo el país, así como también el periodo con más fallecidos por ahogamientos en espacios acuáticos en 2018, donde se producen accidentes —según otras fuentes— especialmente con niños.
Según los datos de esta federación, el perfil de la persona ahogada, es un hombre (77%) español (72%) de 65 o más años (41,9%) accidentado en una playa (44%), en cualquier caso en un espacio acuático sin vigilancia o servicio de socorrismo (89%), y entre las 10.00 y las 20.00 horas (67,9 por ciento).
Estos datos —según el análisis de otras fuentes— se particularizan en Baleares, donde la mayoría de los ahogados en las playas son extranjeros y donde la mayoría de ahogados en piscinas son niños de muy corta edad que cayeron agua cuando sus padres los perdieron de vista, cosa que sucede por el ocio o por procesos de facturación.