No nos extenderemos en el manido tema de la gratuidad del parking de Son Espases (al que hay que añadir idéntica medida en el caso de Can Misses), dado que lo hemos tratado con profusión en anteriores ocasiones. Conformémonos con señalar que se trata de un compromiso rubricado y sellado en los pactos que permitieron alcanzar la actual mayoría parlamentaria, y, en este sentido, constituye un compromiso ineludible que el Govern deberá resolver, de una manera u otra.
Ahora bien, con las elecciones casi a la vuelta de la esquina, al Ejecutivo debe preocuparle el desenlace de muchas otras actuaciones. Por su importancia, nos referiremos en esta ocasión a la estrategia de la cronicidad, destinada a favorecer un drástico cambio de rumbo en la política asistencial tal como se ha venido concibiendo hasta ahora, basado en el reconocimiento de una realidad, no por evidente menos necesitada de respuestas: en una población envejecida como la nuestra, la atención médica ya no puede centrarse, casi con absoluta prioridad, en los enfermos agudos.
Esta es la filosofía que subyace en esta actuación, a la que el Govern, a través de la Conselleria de Salut y el Servei de Salut, ha dedicado tiempo y esfuerzos. ¿Serán suficientes? Eso es lo que los electores dilucidarán en mayo, en esta nueva cita con las urnas, porque sin duda alguna el balance que los ciudadanos realicen de la política sanitaria del Ejecutivo tendrá mucho que ver con los aspectos positivos que haya arrojado la estrategia de la cronicidad, y las iniciativas vinculadas a la misma, entre las que ocupa un papel preeminente el futuro del complejo sociosanitario de Son Dureta.