Juan Riera Roca /
A finales de octubre el Teatre Xesc Forteça de Palma y el Centro de exposiciones, situado en el claustro del antiguo Hospital Militar, acogerán un congreso y una exhibición con el propósito de contribuir a cumplir un objetivo histórico y de justicia: dar visibilidad al trabajo y la presencia social de las enfermeras a lo largo de los tiempos, una figura que durante siglos ha sido devaluada por el fenómeno secular de la discriminación de género.
Del 29 al 31 de octubre Baleares acogerá el XVI Congreso nacional y el XI internacional de Historia de la Enfermería, que se desarrollará bajo el lema «Poder e influencia de las enfermeras en la Historia», organizado por el Colegio Oficial de Enfermería de las Islas Baleares (COIBA), y el Departamento y Facultad de Enfermería y Fisioterapia de la UIB, contando con el apoyo del Govern, el Ayuntamiento, el Consell de Mallorca y Defensa.
La enfermera y profesora Gloria Gallego —que, junto con la presidenta del COIBA, Rosa María Hernández— es la copresidenta y organizadora del congreso, explicó a esta revista que los contenidos del congreso se han estructurado en torno a una serie de líneas que tienen por objetivo rescatar del olvido el papel de las enfermeras y su importancia en el devenir de la Historia en general y de la balear en particular.
«En las mesas redondas —explica Gloria Gallego— revisaremos el poder e influencia social que han tenido las enfermeras a lo largo de la Historia, profundizando en los hechos que han impedido la visibilidad de su acción; también estudiaremos la evolución de la formación enfermera, desde una ocupación que se aprendía por repetición, de la mano de otra persona más experta, a la profesión universitaria que es hoy».
«Estudiaremos también —añade Gallego— las relaciones de las enfermeras con otras disciplinas profesionales y el patrimonio cultural heredado del pasado, bienes arquitectónicos, materiales, pinturas, fotografías, que se expondrán desde el 26 de octubre en el Centro de Cultura e Historia Militar de Baleares, por lo que hago un llamamiento a quien pueda aportar cualquier material, especialmente fotografías.»
Un quinto apartado del congreso —que se verá reflejado en una exposición en el Centro de Historia Militar, será el papel de las enfermeras en las guerras. El congreso contará con expertas de la talla de Christine Hallet, científica social británica y presidenta de la Asociación Europea de Historia de la Enfermería o Sioban Nelson, vicerrectora de la Universidad de Toronto, referente en Enfermería.
La enfermera, doctora y profesora universitaria Rosamaría Alberdi, desarrollará una intervención sobre el poder e influencia profesional de las de las enfermeras. «En esta profesión —recuerda la doctora Gallego, en alusión a ese contenido— el 85% siguen siendo mujeres y ello ha supuesto históricamente un hándicap por motivos de género que tenemos que superar».
En este sentido, la historiadora y enfermera destacó cómo la enfermería, como ocupación asalariada, nace por delegación de los hombres que acompañados de sus esposas fueron contratados en hospitales medievales para funciones de cuidados. Esas mujeres, que de otro modo no habrían accedido a esa ocupación, al faltar ellos, heredaron el empleo de sus parejas y sentaron las bases de una profesión —los cuidados— que es hoy uno de los pilares de la sanidad.
Ejemplo —recuerda la enfermera e historiadora— de facetas olvidadas y relacionadas con la enfermería, es el papel de las nodrizas, ahora desaparecidas, que en tiempos de necesidad se encargaban de alimentar a los niños abandonados en los centros asistenciales que eran asignados a mujeres de la Part Forana de Mallorca que los criaban en sus casas durante dos o tres años a cambio de un salario.
O el caso de las comadronas «cuando los partos eran algo que se vivía en el domicilio y de sus manos» o el de las religiosas enfermeras «de las que muchas personas mayores aún se acordarán porque acudían a los domicilios de los enfermos, les prestaban asistencia, los velaban, o los practicantes, ahora desaparecidos. Todos ellos fueron grupos que precedieron a las enfermeras actuales ».
Gloria Gallego lamenta que la feminización de la profesión enfermera haya tenido como losa la discriminación de género: «Parece que las mujeres tengamos en exclusiva el ‘gen de los cuidados’. Sería bueno que más hombres se dedicaran a la enfermería, porque están igual de capacitados –hay muchos ejemplos-, pero tenemos un rechazo general a aceptar en igualdad el cuidado. No hay más que ver quien cuida a los mayores, los enfermos o los hijos de una familia. Si los varones en general aceptaran el cuidado de los suyos con la misma intensidad que lo hacen las mujeres, muchas profesionales –enfermeras o no- tendrían mayores oportunidades y la sociedad sería más justa».
Documentos:
Programa provisional del congreso: PROGRAMA PROVISIONAL
Presentación de la exposición: Presentación Exposición Enfermeras en la memoria