Juan Riera Roca /
La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) está apostando por el desarrollo de las llamadas nanomedicinas para el tratamiento del cáncer pediátrico. Se trata de una suerte de quiomioterapia mucho más selectiva y menos lesiva para estos pacientes. Desde la AECC se insta a apoyar estas investigaciones asociándose o con donativos.
María Blanco Prieto, investigadora y codirectora de un estudio sobre el uso de nanomedicinas en cáncer pediátrico, explica que «al contrario que la quimioterapia, que mata células sanas y enfermas al mismo tiempo, con las nanopartículas intentamos que acaben sólo con las enfermas».
Esta novedad ―añade la investigadora― «es algo especialmente importante en niños para su crecimiento y desarrollo correcto», ya que «es duro trabajar investigando el cáncer infantil pero a la vez es muy gratificante conseguir cualquier tipo de avance». El estudio de las nanomedicinas es otro de los proyectos auspiciados por la AECC.
La nanomedicina es la aplicación de la nanotecnología en el campo de la medicina, incluyendo de igual modo la futura aplicación de la nanotecnología molecular, y es empleada para mejorar la calidad de vida de los seres humanos, combatiendo las enfermedades de una forma innovadora.
Los problemas actuales para la nanomedicina involucran la comprensión de las consecuencias de la toxicidad y el impacto ambiental de materiales a nanoescala. El término nanomedicina se originó con las concepciones de la visión de Eric Drexler acerca de robots nanomecánicos y sus aplicaciones potenciales en medicina.
Dicho término ha sido definido de distintas maneras en la literatura, algunos de estos conceptos lo suficientemente amplios como para incluir todas las área de la nanotecnología médica, sin embargo la mayoría se enfocados en el control y manipulación de procesos a nivel celular en la nanoescala, aplicado al diagnóstico y tratamiento.
Algunos desarrollos en la biomedicina a nivel nanoscópico tienen el potencial de crear nuevas generaciones de implantes médicos que estén diseñados para interactuar con el cuerpo, que monitoreen la composición química de las sangre y, si es necesario, liberen ciertos medicamentos.
Actualmente se están desarrollando huesos, cartílagos y pieles artificiales que además de no ser rechazados por el organismo, buscan ayudar a algunas partes del cuerpo humano a regenerase. Existen además nuevos sistemas para diagnóstico, imagenología y regeneración; de esta manera se pretende que se mitiguen los efectos secundarios de los actuales sistemas y/o procedimientos.