Juan Riera Roca /
Ayer se constituyó el jurado encargado de seleccionar el proyecto ganador del nuevo Son Dureta. Este jurado abrió las dos propuestas presentadas en el concurso de ideas y dispone de un plazo de un mes para escoger el proyecto ganador del complejo sociosanitario.
Está presidido por el secretario general del Ibsalut, Manuel Palomino, y lo integran seis miembros del Servicio (dos de la Dirección Asistencial y cuatro de la oficina técnica); uno de la Dirección General de Arquitectura del Govern, dos del Ayuntamiento de Palma y dos del Colegio Oficial de Arquitectos de Balears.
El Govern ha apostado por la atención a los pacientes crónicos. En el marco de esta política, la recuperación de Son Dureta es un elemento clave. Por ello el Govern inició las negociaciones con la Tesorería de la Seguridad Social, titular de los edificios, para obtener el permiso e iniciar el nuevo proyecto.
A principios de 2017, el Govern anunció la decisión de convertir Son Dureta en un espacio destinado a atender la cronicidad, tanto desde la vertiente sanitaria como de la social. Una vez que la Tesorería General de la Seguridad Social concedió la autorización definitiva se inició el plan de usos.
Este año se han licitado las obras de derribo de algunos edificios del antiguo hospital: el pabellón B (edificio materno-infantil), el pabellón K (edificio de consultas), el pabellón E (edificio de vestuarios y cocina), además de algunas pequeñas edificaciones auxiliares.
Se prevé que la demolición de los edificios se haga efectiva a principios de 2019. Paralelamente, también se licitó el concurso de ideas para seleccionar el proyecto arquitectónico y hoy se abren las dos propuestas presentadas; en el plazo de un mes se escogerá el proyecto arquitectónico definitivo.
El nuevo complejo sociosanitario que se construirá en el recinto de Son Dureta ofrecerá 542 camas hospitalarias en habitaciones diseñadas especialmente para garantizar el bienestar de los pacientes durante estancias que podrán ir desde 30 días hasta 3 meses, por término medio.
Durante esas estancias los pacientes recibirán tratamientos y cuidados dirigidos especialmente a estabilizar la enfermedad, a rehabilitar al paciente y a recuperar su autonomía personal, diferentes a los que se les dispensarían en un hospital tradicional, más dedicado a solventar una crisis aguda de salud.
El plan funcional elaborado por el Ibsalut prevé remodelar el edificio semicircular para ingresos de estancia media (edificio A) y construir un edificio nuevo de estancia larga (edificio B). Los dos bloques albergarán todo un conjunto de servicios especialmente dirigidos a pacientes crónicos.
Estos pacientes no requieren tratamientos invasivos ni de alta tecnología (como son los que se ofrecen en un hospital tradicional o ‘de agudos’) ya que obtienen más beneficio de cuidados y servicios de rehabilitación y estimulación cognitiva que les permiten recuperar autonomía personal y calidad de vida.
El edificio A tendrá una superficie 33.000 m2 y un coste estimado de 50 millones de euros, y albergará un centro de estancia media con 300 camas en habitaciones dobles de uso individual y con baño adaptado. Además, a la unidad de hospitalización habrá una sala para pacientes y familiares.
Estará destinado a la convalecencia de pacientes, generalmente con alguna enfermedad crónica, que necesitan tratamiento, cuidados y/o rehabilitación en un centro de estancia media como consecuencia de una descompensación o bien después de una intervención traumatológica o neurorrehabilitación.
También está previsto atender pacientes con enfermedad respiratoria crónica avanzada que hayan sufrido una descompensación y necesiten cuidados o rehabilitación en un centro de estancia media y pacientes crónicos y/o oncológicos que requieran estar ingresados para controlar sus síntomas.
Las 300 habitaciones del edificio A se distribuirán así:
Unidad de Convalecencia y Subagudos (120 camas)
Unidad de Ingreso Directo desde la atención primaria para pacientes crónicos avanzados (60 camas)
Unidad de Rehabilitación de Ortogeriatría (30 camas)
Unidad de Neurorrehabilitación (30 camas)
Unidad de Curas Paliativas (30 camas)
Unidad de Respiratorios Crónicos (30 camas)
El edificio albergará un hospital de día; la Unidad de Demencia con Trastorno de Conducta, para pacientes con demencia asociada a patologías como el Parkinson o la enfermedad de Huntingto que necesiten estar ingresados para controlar su enfermedad; la Fundación Banco de Sangre y Tejidos; un espacio destinado a las asociaciones y otros servicios.
El edificio B, de nueva construcción, tendrá una superficie de 35.000 m2 y un coste estimado de 55 millones de €, y albergará un centro de cuidados especiales de estancia larga para pacientes crónicos y gran dependencia que necesiten estar ingresados para recibir cuidados complejos continuados.
Dispondrá de 242 camas para los pacientes y familiares, de acuerdo con la estancia media, que oscilará entre dos y tres meses. Las unidades de hospitalización serán de habitaciones dobles con uso individual y baño adaptado y en cada una habrá una sala común para pacientes y familiares.
También habrá una unidad de estimulación cognitiva; un área ambulatoria con consultas externas; un espacio de rehabilitación y un hospital de día evaluador y terapéutico para pacientes con problemas de movilidad y/o autonomía que puedan beneficiarse de una atención ambulatoria para recuperación funcional.
Además de los recursos destinados a atender las necesidades de los pacientes crónicos, el proyecto incluye dentro del edificio B un centro de salud, que atenderá a una población estimada de 20.000 y el Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP), que prestará asistencia a ciento veinte mil personas.
El centro de salud dispondrá, entre otros, de 14 consultas de medicina familiar y comunitaria, 12 consultas de enfermería familiar y comunitaria, 3 consultas de pediatría, 3 consultas de enfermería pediátrica, una sala de cirugía menor y una unidad de atención a la mujer.
Junto a este nuevo edificio, que dispondrá de dos plantas subterráneas de aparcamiento gratuito con unas 560 plazas, está previsto un pasillo de zona verde, de unos 50 metros de ancho, que conectará directamente con el bosque de Bellver desde la calle de Andrea Doria.