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La única medida que ha demostrado ser efectiva para reducir el impacto de la gripe es la vacunación anual, según los médicos reunidos en el 40º Congreso de la SEMERGEN

JUAN RIERA ROCA / La gripe es una enfermedad estacional, con un patrón de incidencia muy similar año tras año. Habitualmente el umbral de incidencia (es decir, el momento en el que podemos considerar que comienza la epidemia) se supera en las últimas semanas del año (semana 50-52), esto es, alrededor de Navidad, con una onda de intensidad variable que suele durar entre 8-12 semanas.
“No se pueden hacer previsiones para la temporada 2018-2019, ya que el virus de la gripe es imprevisible. En todo caso, y sin poder aventurar la intensidad de la onda epidémica, lo que sí que esperamos es que vuelva con fuerza por Navidad”, asegura el Dr. Manuel García Cenoz, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública del Servicio de Epidemiología y Prevención Sanitaria del Instituto de Salud Pública de Navarra, quien participa en una mesa que tiene lugar en el Congreso Nacional de SEMERGEN y que tiene por título “La gripe siempre vuelve a casa por Navidad”.

Según el moderador de esta sesión, “solamente siendo conscientes de la carga de enfermedad que supone la gripe y el impacto que tiene en el sistema sanitario seremos capaces de mejorar en las estrategias de prevención”, declara Jesús San Román Montero, profesor en la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid).

La gripe, aunque habitualmente es una enfermedad leve, puede manifestarse de forma grave en determinados grupos de población. Existe una herramienta fundamental de prevención como es la vacunación, “de ahí la necesidad de concienciar de ello a los profesionales sanitarios, para conseguir una alta cobertura de vacunación tanto en este colectivo como en sus pacientes”, indica el Dr. García Cenoz, quien recuerda que “la única medida que ha demostrado ser efectiva para reducir el impacto de la enfermedad es la vacunación anual”.

En palabras de la Dra. Esther Redondo Margüello, coordinadora del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de SEMERGEN, “tenemos vacunas seguras y efectivas para prevenir la enfermedad, y sabemos que estar vacunado se asocia claramente con un menor riesgo de enfermedad”; aun en las temporadas en las que la efectividad vacunal es menor, añade, “el beneficio sigue siendo elevado y la repercusión en términos de salud pública alta”.  Además, continúa explicando, “tenemos múltiples opciones de vacunación y hoy podemos hacer prácticamente una ‘vacunación antigripal a la carta´ en función de las necesidades del paciente”.

A pesar de todo ello, las coberturas vacunales frente a gripe se mantienen en niveles bajos en nuestro país: “no llegan al 56%, y eso en el grupo donde la cobertura es más alta, que es el de mayores de 65 años; sin duda, muy lejos del 75% mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud”, informa la Dra. Redondo.

Según los expertos, la vacunación antigripal resulta de especial interés para las personas más vulnerables a sufrir complicaciones asociadas a la gripe (ancianos, personas con enfermedades crónicas…), así como para aquellos colectivos que pueden ser fuente de transmisión. Entre estos, resulta especialmente trascendental la vacunación del personal sanitario, al ser trabajadores especialmente expuestos a la infección y que puede ser fuente de transmisión a pacientes susceptibles y vulnerables.

También se plantea como crucial la vacunación en la mujer embarazada, independientemente del mes de gestación, al tener mayor riesgo de sufrir complicaciones de gestación derivadas de la gripe. “La vacunación en este colectivo protege a la madre, al feto y al recién nacido en los primeros meses de vida”, señala el Dr. García Cenoz.

Por todo ello, se anima a que los equipos de Atención Primaria sean proactivos en las políticas de vacunación. Y es que la mayor parte de los casos de gripe se manejan en el ámbito de la Atención Primaria, por ello el médico de Familia es clave en la prevención de la infección, mediante la educación sanitaria sobre las medidas higiénicas de control de la transmisión.

“Su papel es fundamental, para resolver las dudas que pudieran plantear sus pacientes sobre la vacunación así como vacunándose ellos. El profesional convencido de la importancia de la vacunación será un profesional que se vacuna y que recomienda la vacunación a sus pacientes”, afirma el Dr. García Cenoz.

En esta misma línea argumental, el Prof. Jesús Mª San Román afirma que “el médico de Atención Primaria constituye una pieza esencial, no solamente en el Sistema de Vigilancia Epidemiológica, sino también en la eficiencia de las estrategias de prevención”. El Centro Nacional de Epidemiología dispone de una red centinela de más de 800 médicos, incluyendo médicos de Atención Primaria y pediatras, “pero no basta solamente con la detección y generación de datos que permita orientarnos en la epidemia de gripe de cada temporada”. El papel del médico de Atención Primaria va más allá, “siendo esencial a la hora de trasladar a cada paciente la estrategia más adecuada de prevención”.

La incidencia de la gripe es variable y la intensidad de la onda epidémica depende de diferentes factores, como el tipo de virus que circula cada temporada, la concordancia de éste con alguno de los virus incluidos en la vacuna, así como del porcentaje de personas que cada año son vacunadas.

Según los datos de Vigilancia Epidemiológica de la gripe del Instituto de Salud Carlos III, en los últimos años la incidencia de la gripe ha oscilado entre 1.600 y 2.700 casos por 100.000 habitantes, lo que supondría entre 700.000 y 1.000.000 síndromes gripales anuales; en concreto, como apunta el Prof. San Román, “la tasa global de incidencia acumulada de gripe se situó en 2.313 casos por 100.000 habitantes en toda la temporada 17-18”.

Además, en muchas ocasiones se infraestima el impacto de esta enfermedad en los pacientes y en el sistema sanitario. “Solo en España entre 8.000 y 14.000 muertes anuales están asociadas con la gripe, y hay 1,3 millones de consultas médicas por gripe al año y 140.000 visitas a urgencias hospitalarias”, destaca la Dra. Esther Redondo, quien señala que este año ya se han registrado más de 51.000 hospitalizaciones por gripe en España.

en concreto, según amplia la información el Prof. San Román, “el diagnóstico de gripe está presente en un número elevado de ingresos hospitalarios”. No está de más recordar estas cifras cuando se cumple un siglo de la epidemia de gripe de 1918. La temporada de gripe 2017-2018 se caracterizó por llegar pronto (el umbral se superó en la semana 50) y con una intensidad moderada, aunque en el grupo de las personas mayores fue alta, con un importante número de ingresos hospitalarios. El virus que circuló mayoritariamente fue el virus de la gripe B y la vacuna tuvo una efectividad moderada.

Un problema constante en la lucha frente a la gripe es la supervivencia de muchos mitos. “Existen muchos errores en torno a esta enfermedad y, sobre todo, en relación a la vacuna”, asume el Dr. García Cenoz. En relación con la infección, se debe saber que no todos los catarros, o resfriados típicos de la época invernal, son gripe. Ésta es una enfermedad con unos criterios diagnósticos perfectamente establecidos, que la diferencian de otras infecciones respiratorias. Además, se suele pensar que la gripe es una enfermedad leve, pero puede provocar complicaciones importantes en determinadas poblaciones, que pueden ser origen de ingreso hospitalario e incluso causa de muerte.

En lo que se refiere a la vacunación, el Dr. García Cenoz denuncia “la frecuencia con la que se comenta que ‘la vacuna me ha producido gripe’, cuando todo el mundo debería saber que una vacuna como la de la gripe es IMPOSIBLE que de lugar a la enfermedad”. Distinto es, matiza, “que al no ser 100% efectiva (su efectividad puede oscilar entre un 50-60%), es posible que algunas personas que se vacunen no queden protegidas y, consecuentemente, enfermen”. Pero, a pesar de que esta limitada eficacia, “la vacuna antigripal es capaz de evitar formas graves que pudieran requerir ingreso sanitario, o incluso puede evitar fallecimientos asociados a esta enfermedad”, resalta este experto.

Respecto a la seguridad de estas vacunas, la Dra. Esther Redondo insiste en que todas las vacunas antigripales disponibles frente a la gripe en España para la temporada 2018-2019 son inactivadas, “por lo cual es imposible que puedan producir la enfermedad”; además, añade, “cada temporada se administran el mundo más de 300 millones de dosis de vacuna antigripal y los efectos adversos graves reportados son extremadamente infrecuentes”.

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