La Naturaleza frente a lo natural, la Naturaleza frente a nuestra naturaleza intentando dejar claro que una cosa es ser y otra pretenderlo. La primera no necesita pensar para ser mientras que nosotros pensamos sin ser, construimos e inventamos cosas y razones creyendo que somos capaces de ponerla a nuestro servicio buscando preguntas sin preguntas, o lo que es lo mismo, sin que puedan existir las respuestas.
El hombre es el único ser vivo con la facultad de poderse hacer preguntas, y eso le consuela cuando no es capaz de llegar a entender que pocas cosas tienen una respuesta que no haya sido inventada por él.
Cuando voy a algunos sitios me preguntan por la muerte queriendo preguntarme por el muerto, pero conocer algo del muerto, algunos de sus mapas y algunas de sus lagunas no permite saber mucho más de la muerte.
Cuando me preguntan por la muerte respondo con un espejo, dejo que seas tú quien me responda con algo que es sólo tuyo, el único patrimonio que nadie podrá prostituir, lo poco puro que te queda, aunque se cuele de repente como el ladrón en la noche, que decía aquel.
Me preguntas por el muerto y te respondo con el espejo en el que te reflejas, porque la muerte siempre repentina del que quieres no es un shock ni una conmoción, es simplemente el momento en el que más cerca estás de ti mism@.
Dice el budismo que cuando más cerca estás de la iluminación es cuando escuchas sin entender, cuando lo aburrido de un mantra te sostiene en un lugar en el que no se piensa, durante el orgasmo, o la meditación. Ese es el mismo lugar que el de la muerte, ese es el lugar desde donde se construye y desde donde nace el verdadero cielo o el verdadero infierno para los otros. Si sonríes está en el lado de lo eterno, acabas de mandar a alguien al cielo. Si te entristeces porque fue infeliz a quien recuerdas le espera el infierno más terrible.
Todo en ti, lo uno y lo otro. Todos los cielos y todos los infiernos.
El agua como símbolo de la depuración nos trae la desolación del cambio, la respuesta sin preguntas y el dolor de lo repentino, de lo que no esperas. El agua y el fuego que han depurado a la humanidad y la han convertido en un silogismo de razones nos han traído caos y dolor y muertos.
No hemos dudado ni un segundo de que en este mismo instante todos nos estamos muriendo, pero cuánto nos cuesta entender que somos de la misma naturaleza que el agua, que somos agua en el agua.
Memoria para el agua de los que se han ido, y un brindis de fuerza para los que ensalzarán los huesos de los humildes.