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Pedir perdón

Joan Carles March
Profesor de la Escuela
Andaluza de Salud Pública
Pedir perdón es un paso imprescindible para restablecer la relación de una persona con la sociedad. Es un gesto de humildad que nos hace ganar.

Todos cometemos errores y nos equivocamos. A veces cuando esto sucede nos damos cuenta rápidamente: alguna gente cuenta con un mecanismo de evaluación que pone en marcha casi de manera automática y que nos insta a pedir perdón.

A veces, nuestros fallos perjudican a las personas que queremos, por contradictorio que pueda parecer.

Quién no ha herido alguna vez con un comentario fuera de tono, con una acusación infundada, ha juzgado a alguien sin el tener menor derecho a hacerlo o ha pagado un enfado consigo mismo con la primera persona que ha encontrado.

Pedir perdón tiene mucho valor y es un paso necesario para reconstruir la confianza perdida.

Aunque pedir perdón, sin más, no vale mucho. Es un alivio para la persona que lo expresa e incluso puede tener un efecto paliativo para quien lo recibe, pero no repara el daño; lo importante es corregir y revertir el error, y si se ha perjudicado a personas, compensarlas.

Si de verdad queremos que nos perdonen, no basta con un escueto «lo siento» por WhatsApp, con unas excusas rápidas antes de cambiar de tema. Para que el ofendido las acepte, tus disculpas deben ser más elaboradas y contener elementos concretos.

Así, una buena disculpa tiene tres partes

Si quieres aprender a pedir perdón de la manera correcta, debes saber que hacerlo bien consta de 3 partes que no se pueden suprimir. Cada una de ellas tiene su importancia.

1. Lo siento.- Cuando uno pide disculpas le dice a la otra persona que haberla herido de alguna forma nos ha hecho daño a nosotros también, que no es lo que queríamos que pasara y que si pudiéramos volver atrás lo haríamos de otra forma.

Con esta parte, de alguna manera abrimos el canal empático con la otra persona y preparamos un canal de diálogo en el que los principales protagonistas sean los sentimientos.

Si conseguimos esto, vamos a poder acceder a lo más profundo de la herida que hemos causado y curarla desde lo más profundo

2. Ha sido mi culpa.- Cuando pedimos disculpas asumimos la responsabilidad de lo que ha pasado.

Asumimos que hemos sido nosotros y no otra persona la que carga con la responsabilidad de lo que ha pasado. Esta parte, refleja la madurez de la persona que se disculpa y a la apersona que la recibe le trasmite confianza.

3. ¿Cómo hago para corregirlo?.- A veces el daño que hemos hecho no se puede reparar de manera inmediata pero muchas veces no sabemos cómo hacerlo.

Restituir voluntariamente a la persona dañada o mostrar la voluntad de hacerlo le mostrara que le damos toda la importancia que merece.

Muchas veces sólo es tiempo, la persona dañada necesita saber que la disculpa que estamos haciendo no es un mero trámite o una manera de echar tierra sobre el asunto y considerarlo cuanto antes agua pasada.

Si nuestro perdón contiene estas tres partes tendremos muchas más posibilidades de que sea efectivo y de que la persona que lo recibe entienda y se se sienta reconfortada por lo que queremos trasmitir. En ocasiones, las palabras las lanzamos porque hemos aprendido a decirlas así. “Lo siento” es muy utilizada y termina perdiendo su sentido.

Pedir perdón de la manera adecuada le hará saber a la persona a la que va dirigido que en verdad lo sentimos, que se lo decimos de corazón y de que estamos dispuestos a no volver a hacer lo mismo.

Un gesto de humildad. Necesario para cualquier persona. Necesario en salud.

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