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Carlos León, director general de DSLEGAL: «Ante la subida de los baremos el médico tiene que asegurar el mayor capital que le sea posible»

Joan Calafat / Juan Riera Roca / El abogado Carlos Enrique León Retuerto es el director general del despacho DSLegal, especialistas en la defensa de los profesionales sanitarios y derecho del seguro, con más de 15 años de experiencia en la defensa de la responsabilidad civil profesional. León es, además, profesor de la Universidad Alcalá, Cátedra de Derecho y Salud de la Facultad de Medicina. Su testimonio es de especial hincapié en estos momentos, en los que los se han disparado baremos en base a los cuales se indemnizan los actos médicos sabidos, y en los que ni todos los médicos ni todas las aseguradoras han aún asumido la gravedad d este nuevo escenario.

P.― ¿En qué consiste el baremo de daño corporal de los accidentes de tráfico y cómo afecta a los profesionales sanitarios y sus responsabilidades en caso de lesiones o muerte durante sus actos médicos?
R.― El comúnmente llamado baremo de daños de tráfico, es el sistema obligatorio para el juez a la hora de establecer la indemnización que pueda corresponder a la víctima en el caso de un accidente de tráfico. En este ámbito parece justo y da seguridad jurídica. El problema, es cuando se utiliza dicho sistema como sistema orientativo para las indemnizaciones de responsabilidad civil de los médicos, sin tener en cuenta otras variables, o peor, cuando por parte de los abogados de paciente se utiliza aquello que les interesa pero descartan o desechan aquello que no les conviene alegando que son orientativos pero no de obligado cumplimiento. En los siniestros de tráfico es evidente que la víctima sufre una lesión que no debería de haber sufrido, pero en el caso de la responsabilidad civil médica, normalmente este daño se produce como consecuencia de una intervención necesaria e indicada sin la cual el paciente no solo empeoraría, sino que podría llegar a morir. Sin embargo esa situación parece que es olvidada en los juzgados.

P.― ¿Y no existe un baremo de daños por responsabilidad civil médica?
R.―
No. Desde hace más de 10 sigue años el proyecto está guardado en un cajón. No tengo muy claro porqué aún no se ha dado respuesta a esta petición, que siempre queda enterrada o pospuesta. Mientras tanto, los únicos perjudicados son nuestros profesionales sanitarios que ven cómo se les aplica a ellos una ley la de tráfico, algo totalmente injusto en su ámbito. Mientras que el seguro obligatorio de un auto cubre los 70 millones de euros, cada médico es quien que suscribe su propio capital de cobertura muchos de ellos inferior a 1.000.000 de euros, y por desgracia las aseguradora ésta no suelen ofertar capitales ser nunca mayores de 2,5 millones. Hoy existen reclamaciones por encima de los 4 millones y no existe aseguradora que de cobertura al profesional sanitario por esas cantidades.

P.― ¿Cómo afecta el nuevo baremo de tráfico al profesional sanitario, cree que alguien pensó en nuestra red sanitaria cuando se realizó?
R.―
No, nadie pensó en los profesionales sanitarios, se les dejo como en muchas otras ocasiones abandonados y desprotegidos, de nuevo en el centro de la diana y perseguidos. No se han dado cuenta nuestros legisladores que esta reforma del baremo de tráfico, no puso límites a nuevas revisiones de otras valoraciones, que en el plano de la medicina se convierte el ejercicio profesional en un verdadero trabajo de riesgo.

P.― ¿Hasta ese punto?
R.―
Sí. Y no solo por tener en sus manos la vida de los pacientes, sino porque ahora los profesionales pueden ver comprometido sus patrimonios. Cualquier daño es objeto de reclamación, pero en el caso de los profesionales sanitarios muchos corren riesgos con la muerte y con grandes invalidados. Les afecta a sus obligaciones legales y profesionales. Es una nueva carga, por cuanto que no solo tienen que proceder a contratar más capitales en sus seguros, sino que además deberán pagar más por sus seguros. Afecta a la seguridad jurídica y personal, pues las aseguradoras vienen y van, las CCAA ni tan siquiera cubren todo el espectro de responsabilidades que deberían de cubrir. En ocasiones los capitales son insuficientes y los limites muy bajos. Muchos médicos, enfermeras y otros profesionales son auténticos desconocedores de la situación hasta que un día se encuentran con una reclamación. Me sorprende que colegios profesionales no hayan puesto “el grito en el cielo” en protección de sus colegiados o que en algún caso se quiera hacer negocio de este desconocimiento o de esta situación.

P.― Siguiendo el hilo de su respuesta ¿cuál es el incremento de estas reclamaciones por el efecto del nuevo baremo?
R.―
Pues el incremento en el sector del automóvil es pequeño, de un 15 a 20%, lo que es lógico, ya que solamente el 5% de los siniestros generan muertes o grandes invalideces. Por lo tanto, en el reparto que se hace este impacto es mínimo, pensemos que somos millones de conductores. Sin embargo en el profesional sanitario, el impacto es sustancial; en las muertes hablamos de incrementos del 300% a 400%, sobre cantidades que actualmente rondan los 500.000 a 800.000€ y que pueden ser mayores. En grandes inválidos las diferencias pueden ser mayores, pero la variabilidad de la indemnización radica en la edad del paciente, es decir, cuando más joven sea mayor será indemnización. Me refiero a indemnizaciones que pueden ir desde 1,8 hasta los 4 millones de €, aunque como es un baremo orientativo no hay quien duda en reclamar en algún caso hasta 8 millones de €.

P.― ¿Cuáles son las especialidades más afectadas?
R.―
Todas aquellas que estén en contacto con niños podrán tener que afrontar las indemnizaciones más altas. Hablamos de ginecológicos y matronas, pero no podemos olvidarnos de que todas las especialidades pueden trabajar con niños tienen un potencial riesgo, como es el caso de pediatras, anestesistas, cirujanos pediátricos, médicos de atención primaria si no hay pediatras, urgencias, enfermería de niños, alergólogos, odontólogos, y un largo etcétera.

P.― ¿Cuál es, entonces, el capital que debería de tener suscrito el médico?
R.―
Personalmente creo que aquel que le permita dormir tranquilo en caso de una reclamación. Lo más importante es saber que si un día llega la reclamación y todo sale mal siempre tendré el seguro suficiente para que lo pague. Pues incluso habiéndose hecho todo medicamente bien las cosas pueden salir mal en un juicio y haber una condena. Cuando nos formulan esta pregunta propongo siempre el mismo ejercicio: ¿Cuál es el paciente de menor edad que ha llegado a valorar o tratar? ¿En su especialidad, cuál es la peor lesión que se puede producir? A partir de aquí se procede hacer el cálculo conforme al famoso baremo, siendo la tónica general que se sugiera contratar lo máximo que le permitan las aseguradoras.

P.― ¿Pero no todas las especialidades tienen el mismo riesgo, quien pone una inyección, por ejemplo, pone una sonda o prescribe medicación, o un alergólogo… tendrán el mismo riesgo?
R.―
Quizás no tengan las mismas posibilidades de sufrirlo pero el riesgo de que la cantidad que le reclaman pueda ser tan elevada, existe. Banalizar o decir eso de que “a mí nunca me pasará” creo que es un riesgo que ningún profesional debería de correr.

P.― ¿Se han tenido que enfrentar con casos muy graves y hasta cierto punto inesperadas por el profesional?
R.―
Por desgracia hemos tenido fascitis necrotizantes por inyecciones de efectos devastadores; sentencias por no haber sido informado el paciente de los efectos adversos de la medicación; muertes o invalideces por reacciones anafilácticas en alergología; caídas con hematoma subdural en una prueba. Salió también en prensa cómo trasladando una paciente en camilla por el celador se cerró el ascensor y la degolló. Lo normal es que no pase nada… ¿Pero, y si pasa?

P.― ¿Qué pasa si la condena es superior a la cobertura suscrita?
R.―
Antes me detendría en qué pasa si la reclamación es superior al capital suscrito. Pues lo primero que pasa es que a la inseguridad que genera cualquier reclamación, ahora se suma la inseguridad de no tener dinero para cubrir la condena. Empieza un largo periplo de preocupaciones, ves que todos tus ahorros, toda la seguridad de tu familia y todo tu futuro se pone en juego por haber intentado ayudar a otra persona. Pensemos que el procedimiento penal dura en caso de juicio una media de 6/8 años y el procedimiento civil 2/3 años .Te acuerdas de aquel que te dijo que no era necesario asegurar tanto capital, o que te ofrecía un producto mucho más barato que ya no sirve de nada. Después llega la sentencia, si hemos superado la misma, el alivio es máximo, pero el desgaste de ese profesional ha sido excesivo y quizás no solo hayamos hecho que durante ese tiempo haya realizado una medicina a la defensiva, es decir, peor medicina, sino que hayamos truncado su vida profesional y personal. Si la condena es superior, por desgracia el profesional deberá de hacer frente a la cantidad de su bolsillo, y si no tiene ahorros se procederían a los embargos.

P.― ¿Y los seguros qué piensan de estos cambios?
R.―
Pues ante la nueva situación de cambios, unos huyen despavoridos y aterrorizados. Zurich es una de las compañías que ha dejado este sector. Estuvo en Mallorca y Barcelona como pólizas ofrecidas desde esos colegios de médicos y de la sanidad pública y el resultado fue pésimo. QBE fue la asegurador de Madrid y también cerró esta línea de negocio. Otros ven una oportunidad de encontrar un hueco en el mercado. Nuevos agentes que nunca han estado en España o que no han invertido en este ramo se incorporan al “terreno de juego”, aunque no se sabe es si con la estructura o con los medios suficientes. Yo pondría especial precaución con aseguradoras que no tienen su sede en España. O las que intentan hacer cartera a base de prácticas abusivas, o low cost, es decir con primas bajas y en las que la letra pequeña dice que pierdes cobertura. Otros “experimentan” con los profesionales.

P.― Qué panorama…
R.―
Hay que decir que otros grupos y compañías hacen una apuesta verdadera por el profesional sanitario. Destacan Uniteco Profesional / Seguros Bilbao, que lleva más de 45 años en el sector apostando en nuevas coberturas, MAPFRE especializada en hospitales y AMA vinculada a los colegios profesionales y distintos sectores profesionales. Estas compañías, lejos de irse, siguen manteniéndose a pesar de las dificultades, procurando mantenerse fiel a su vocación. Incluso Uniteco y AMA incluso han decido cruzar el chaco y pasar a Latinoamerica a defender su colectivo.

P.― Los médicos de la sanidad pública tienen obligación de tener seguros personales?
R.―
No es obligatorio, ahora bien, es quasi obligatorio y por ello mi respuesta final es que sí. Es sorprendente la manipulación que se realiza de los profesionales sanitarios por parte de determinados foros, sectores o ambientes, con el fin de que no salgan a protestar. Posiblemente se le dice que no te preocupes, que tu póliza de salud es un “full equipe” y te cubre todo, pero si rascas un poco ves que nada más lejos de la realidad.

R.― ¿Cómo es eso?
R.―
El principal problema es que cada CCAA tiene su propia póliza, con sus propias condiciones y sus propias leyes de gobernanza, que el profesional desconoce totalmente.
Lo más sorprendente que quizás muchos no saben es que existen franquicias, límites máximos o capital agregado, es decir, la cantidad máxima que está dispuesta a pagar la administración pública ese año por todo tipo de siniestros. Algunas CCAA han estado incluso sin seguro público. Es evidente que aunque la institución pública puede tener un interés indirecto en la defensa del profesional, quien mejor le va a poder defender es un abogado especializado y particular de su póliza.

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