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El consumo de drogas psicoestimulantes durante la adolescencia puede conllevar al desarrollo de comorbilidades psiquiátricas en la edad adulta

JUAN RIERA ROCA / La tesis doctoral de Rubén Garcia Cabrerizo ha puesto de manifiesto que el consumo de psicoestimulantes durante la adolescencia puede conllevar al desarrollo de comorbilidades psiquiátricas en la edad adulta por desregulaciones en la neurogénesis en el hipocampo.

La literatura científica sugiere que cuanto más temprano es el inicio en el consumo de drogas más probable es la progresión hacia el abuso y la adicción. Los psicoestimulantes o los derivados anfetamínicos (cocaína, MDMA, metanfetamina y d-anfetamina), son unas de las drogas más consumidas.

Su consumo se inicia durante la adolescencia. Numerosos estudios han demostrado diferencias en los efectos inducidos por las drogas de abuso dependiendo de la edad en la que se inicia el consumo. La adolescencia está considerada como una etapa de cambios comportamentales y moleculares.

Ello hace éste sea un periodo de especial susceptibilidad a los efectos neuroquímicos producidos por las drogas de abuso. Durante la adolescencia se ha observado un incremento de los efectos placenteros inducidos por las drogas y una disminución de los efectos negativos durante la abstinencia.

Esta falsa apariencia de mejor tolerancia podría ser una de las causas principales que potencian su consumo. El primer objetivo de la tesis doctoral de Rubén García Cabrerizo, defendida en la UIB se centró en comparar los efectos neurotóxicos diferenciales.

Es decir, estudiar la neurogénesis hipocampal y marcadores de neuroplasticidad) inducidos por diversas drogas psicoestimulantes (cocaína, MDMA, metanfetamina y d-anfetamina) administradas a distintas edades durante la adolescencia.

Los resultados obtenidos en el primer objetivo demostraron un efecto neurotóxico diferencial inducido por las drogas de estudio (cocaína vs. derivados anfetamínicos) dependiendo de la edad de administración. Se observó una mayor vulnerabilidad durante la adolescencia temprana-media.

Esta mayor vulnerabilidad se expresa en el estudio del nuevo doctor tras la administración de cocaína en dos regiones cerebrales, mostrando un incremento de marcadores apoptóticos en el hipocampo y desregulaciones de los receptores cannabinoides en la corteza prefrontal.

Por otro lado, se observó una mayor vulnerabilidad durante la adolescencia tardía tras la administración de los derivados anfetamínicos (MDMA, metanfetamina y d-anfetamina) mostrando reducciones en la proliferación y supervivencia celular en el giro dentado del hipocampo.

El segundo objetivo evaluó los efectos negativos a largo plazo (durante la abstinencia forzada en la etapa adulta) inducidos tras la administración de cocaína o metanfetamina durante la ventana de mayor vulnerabilidad adolescente, según han informado fuentes de la Universitat de les Illes Balears.

Los resultados demostraron un efecto duradero de las consecuencias negativas inducidas tras la administración de cocaína y metanfetamina durante sus respectivos periodos de vulnerabilidad adolecente, según han indicado estas mismas fuentes cercanas a la investigación.

Estos resultados sugieren que la administración de cocaína o metanfetamina durante la adolescencia aumenta la susceptibilidad a sufrir comorbilidades psiquiátricas en la etapa adulta (p. ej., incremento del fenotipo prodepresivo), así como ocasiona adaptaciones neuronales duraderas.

Este último sería el caso de la disminución de la neurogénesis. Estas consecuencias persisten hasta la etapa adulta, pudiendo ser en parte responsables de las recaídas al consumo, que es otra de las evidencias que ha fijado la investigación de la tesis doctoral desarrollada por Rubén Garcia Cabrerizo.

El fenotipo prodepresivo observado en la etapa adulta tras la administración de metanfetamina en la adolescencia precede a un incremento en el consumo voluntario de la droga, demostrando mayores índices de recaída y un claro fenotipo proadictivo.

Por otro lado, se observó una mayor vulnerabilidad durante la adolescencia tardía tras la administración de los derivados anfetamínicos (MDMA, metanfetamina y d-anfetamina) mostrándose reducciones en la proliferación y supervivencia celular en el giro dentado del hipocampo.

El último objetivo analizó los posibles efectos beneficiosos de un tratamiento antidepresivo no farmacológico, como es el shock electroconvulsivo, para mejorar las consecuencias negativas a largo plazo inducidas tras la administración de metanfetamina durante el periodo de vulnerabilidad adolescente.

La aplicación del shock electroconvulsivo fue capaz de mejorar estas consecuencias negativas. Los resultados sugieren un potencial terapéutico de este tratamiento antidepresivo previniendo los efectos neurotóxicos inducidos por la metanfetamina sobre la neurogénesis hipocampal.

En conclusión, García Cabrerizo pone de manifiesto que la adolescencia es un periodo de gran vulnerabilidad a los efectos neurotóxicos inducidos por las drogas psicoestimulantes, lo que conlleva al desarrollo de futuras comorbilidades psiquiátricas en la etapa adulta que pueden mejorar con tratamientos como el shock electroconvulsivo.

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