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Médicos internistas del Hospital de Son Espases siguen la evolución de los pacientes quirúrgicos mayores y/o pluripatológicos cronificados para detectar y atajar complicaciones


JUAN RIERA ROCA / Cuando un anciano tiene que entrar en el quirófano se ve abocada a una hospitalización en la que puede ver descompensadas otras dolencias. No son raros los casos en los que tras una cirugía un paciente añoso se complica con enfermedades inesperadas y muere. En Son Espases han dado nuevos pasos para evitarlo.

La doctora Malena Femenias, especialista en Medicina Interna, en colaboración con el doctor Alberto Pou, es la responsable en el Hospital Universitario de Son Espases de Unidad de Interconsultas y Asistencia Compartida, un novedoso enfoque para velar por la salud de los pacientes quirúrgicos añosos y/o crónicos.

Cuando uno de estos pacientes, en una edad avanzada o aún no muy mayor pero sí con problemas de salud crucificados requiere una intervención quirúrgica tendrá un mayor riesgo de complicaciones posteriores, máxime si tiene las dos características, es decir, la edad avanzada y dolencias cronificadas.

Este equipo médico que desde la Medicina Interna trabaja en coordinación con otros especialistas del hospital, vigila las constantes de estos pacientes cuando salen del quirófano, de modo que detecta complicaciones o señales de que van a producirse de un modo precoz, reduciendo la morbilidad y acortando la recuperación.

«Durante los últimos años ―explica la doctora Femenias― se han desarrollado avances que permiten que pacientes añosos sean operados cuando antes se hubiera desechado esa posibilidad por los riesgos que conllevarían esas intervenciones», de modo que se ha multiplicado el número de mayores operados.

En estas nuevas circunstancias «los servicios quirúrgicos necesitan de los especialistas clínicos y de los de Medicina Interna para detectar posibles complicaciones tras las intervenciones quirúrgicas, algo que antes hacía el internista de guardia pero que ahora se refuerza con el proceso de las interconsultas», añade.

La colaboración entre espacialidades quirúrgicas y médicas en la atención a estos pacientes añosos o crónicos se ha visto reforzada los actuales procedimientos, especialmente en lo que se refiere a la garantía del seguimiento paciente, del que se responsabiliza un mismo médico, lo que da una garantía de continuidad.

La doctora Femenias lo explica con un ejemplo frecuente: «Las fracturas de cadera suelen darse en personas mayores que además sufren varias enfermedades crónicas. Sería el caso de una mujer de 82 años con hipertensión arterial y diabetes que sufre una fractura y a la que hay que operar lo antes posible.»

«Una enferma en estas condiciones, o en otras frecuentes a esas edades y con pluripatologías cronificadas ―continúa la doctora― pueden presentar tras la cirugía una anemia o una fibrilación auricular y eso es algo que podemos prever viendo cada día las constantes de cada uno de esos pacientes tras la cirugía.»

La especialista comprueba los análisis de cada uno de esos pacientes, controla que no tengan problemas urinarios que pudieran derivar en una infección, actúa y pide más pruebas si detecta anomalías alarmantes, prescribe hierro, diuréticos… «Esto era más difícil que se detectara antes de estos procedimientos¬», dice.

Y añade: «Era más difícil que detectara estas señales de alarma el cirujano traumatológico que había realizado la intervención de la fractura de cadera cuando pasaba consulta tras la operación. Y ahora, cuando además vamos los internistas, se reducen en gran medida esas complicaciones y efectos secundarios.»

Un caso ―por seguir con el ejemplo― de una paciente anciana y/o pluripatológica cronificada puede estar ya en situación a recibir el alta a los cuatro cinco días, cuando antes lo normal era que tuviera que pasar mucho más tiempo hospitalizada. Se reducen las complicaciones y con ello la mortalidad y la estancia».

«El 60% de los pacientes añosos que se interviene en Son Espases presenta alguna comorbilidad significativa ―explica la doctora Malena Femenias― y son intervenidos por cirujanos cada vez más especializados, que precisan por esa elevada especialización el apoyo de los especialistas en Medicina Interna.»

Una profesional como la doctora Femenias, en este cometido concreto, atiende cada día una media de 18 a 20 pacientes de estas características y en un año realiza una media de 500 primeras consultas dentro de este mismo ámbito. El servicio está aún en desarrollo en el Hospital de Son Espases, con muy buenos resultados.

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