Hablar de los complejos de enfermería no es hablar de los complejos de los inclusivos enfermeros/enfermeras de nuestras islas, es hablar de los complejos de su dirigente enfermera para poder recetarse a sí misma una legislatura más de amor y de progreso.
Y llega caliente el plato de la receta enfermera desde la cocina de ese loft de amor que se profesan Julielamoroso y Patriciamor en las distancias cortas de las elecciones, digo entre acto y acto. Llega su mezcla de perfiles genéticos como el perejil de todas las salsas que les permita utilizar lo absurdo para seguir dando de comer al negocio que les permita seguir amando locamente, cual Grecas de la sanidad.
Llega a esta cama de progreso que es su catre el plato en salsa electoral que la enfermera destinaba al final del postre, un recetario que es su mejor fruta de la pasión.
Por fin los enfermeros y enfermeras de esta comunidad -todos socialistamente inclusivos- pueden recetar “pañales”, dedicarte con un abrazo y un t’estim “bolsas de ostomía” o incluso -ojo con la importancia de la medida- prescribirte junto a su nombre en letras de neón prodigiosas “sondas urinarias”. Eso sí, no podrán recetar ni lo que puedan recetar los médicos ni mucho menos todo aquello que antes nadie recetaba.
Nadie duda que una medida electoral de un calado tan profundo sea el plato que nuestraPatri se guardaba para comérselo compulsivamente cuando se jubilara tras esta siesta de cuatro años, el resopón a degustar entre chopped allá en su cocina de Santanyí.
Llega la hora en que la enfermera Gómez tira de recetario para que venga el voto enfermero de la planta, llega sor Patricia con su mejor hábito electoral para prescribirle cosas ridículas a la nefrología en horas bajas de su Juli.
Y como siempre siguen llegando las elecciones, estamos en disposición de informar en absoluta primicia de que los enfermeros y enfermeras de la inclusiva PAtricia podrán recetar también “apósitos absorbentes”, desconociéndose a esta hora si podrán también recetarnos toallitas para el baño, papel albal, o incluso si se podrá llamar al perro labrador de Scottex para comprobar la resistencia natural de la materia. Para mí que el reto era poder absorber los lamparones de las trolas, de los incumplimientos y de todas las ñoñerías del matrimonio musical que nos gobierna.
Era fácil suponer que la excepción de una enfermera dirigendo una consellería se basara en recetas simplistas, en recetar fácil, en tirar de receta.
Era fácil que la cuota de ser mujer en este monstruo de las toallitas que ha sido el gobierno Armengol fuera el requisito y el mérito que mejor le cuadraba a esta formula magistral. Era y ha sido demasiado fácil intentar contentar a su patio, al importante y necesario patio enfermero, con medidas absurdas.
2 comentarios. Dejar nuevo
Me parece una total falta de respeto hacia la profesión enfermera y sus profesionales. Este Sr. Por muy médico forense que sea se lo tiene que hacer mirar.
“Piensa el ladrón que todos son de su condición”. No voy a molestarme en rebatir semejante engendro (no sé si refiriéndome al artículo o a su autor), en cualquier caso, patético. Sr Joan Calafat, qué lástima que albergue usted tanta basura en su revista. Deberemos plantearnos si Salud ediciones es verdaderamente saludable o esa toxicidad contamina.