P.- ¿Cómo afronta el PP estos comicios?
R.- Con ilusión y mucha fuerza, la que nos proporcionan las últimas encuestas, porque la verdad es que Tezanos se ha pasado tanto con la cocina que se le ha quemado el bistec. Nuestra meta es realizar una campaña con propuestas en positivo que pongan en valor la experiencia del PP en la gestión de las instituciones.
P.- Sin embargo, su ámbito ideológico está más atomizado que nunca…
R.- Es cierto que se presentan otras opciones, pero ninguna de ellas tiene el bagaje del PP en cuanto a experiencia de gestión. Es un escenario que ya ocurre en otros países europeos, aunque aquí ha llegado más tarde.
P.- Más ofertas políticas en el ámbito de la derecha, ¿significa que existe descontento del votante tradicional del PP con su partido?
R.- Hay descontento del votante del PP, eso es cierto. Pero, sobre todo, hay descontento con la política en general. Todos hemos de hacer autocrítica en este sentido, y entender que las propuestas populistas nacen de una visión de la política de trazo grueso que luego, en muchos casos, resulta inaplicable. Hay que gobernar desde el corazón, pero también desde la cabeza.
P.- Exponga algunas propuestas concretas del programa…
R.- Por ejemplo, la ley que permitirá que en España se abra una empresa en tan solo cinco días, como sucede en otros países europeos. En cuestiones fiscales, proponemos una reducción de impuestos de 16.000 millones de euros, así como la eliminación de cargas impositivas como las que afectan a las sucesiones o al patrimonio. Y también queremos libertad para las familias, para que decidan dónde y en qué lengua educan a sus hijos. Como madre, no quiero que nadie tome esta decisión por mí.
P.- El PP ya prometió antes una reducción de impuestos, y luego no lo cumplió…
R.- Estoy de acuerdo en que ese compromiso no se llevó a cabo, pero ni mucho menos se trató de un engaño. Sucedió que nos encontramos con un país que estaba a punto de ser intervenido. Al final no fue así, gracias al temple de Rajoy, pero es verdad que a consecuencia de ello no pudimos bajar los impuestos, y que tuvimos que pedir un esfuerzo extra a los españoles.
P.- Balears sigue siendo una comunidad muy mal financiada. ¿Podrá paliarse este problema en la próxima legislatura?
R.- Para el PP este es un tema de Estado, más allá del color político. Tras nueve meses con Pedro Sánchez en el gobierno, la reforma del sistema de financiación se ha aparcado, y a ello se suma que el sistema actual, que proviene de la época de Zapatero, se pactó a escondidas con Catalunya y aquí solo nos han llegado las migajas. Si Sánchez continúa en la Moncloa, la situación no cambiará, porque tendrá que gobernar de la mano de los independentistas, y estos le pasarán la factura.
P.- ¿Cuál es la idea general que el PP defiende en materia de políticas de salud?
R.- Queremos un sistema público de salud que sea sostenible. E insistimos mucho en ello porque, en su momento, nos encontramos con un sistema quebrado. Hay que instaurar una tarjeta sanitaria única para todas las comunidades, porque no es de recibo que si eres de Balears y estás en Madrid o Valencia no puedas sacar medicamentos de una farmacia porque no eres residente. A la vez, pretendemos avanzar hacia un modelo sanitario en que el paciente sea el protagonista.
P.- ¿Qué hay que hacer para fidelizar a los profesionales sanitarios de Balears?
R.- Pablo Casado se ha comprometido a mejorar el complemento de insularidad para paliar las dificultades con que Balears se encuentra a la hora de atraer profesionales y mantenerlos. Esta rotación es mala para el sistema. También hay que quitar barreras, como la del decreto del catalán o Armengolazo, como me gusta llamarlo. Por supuesto que hay que arbitrar mecanismos para que los profesionales que ejercen en las islas se familiaricen con nuestra lengua, pero Armengol ha creado un problema donde antes no existía.
P.- Sin embargo, ahora hay más personal sanitario en Balears que hace cuatro años…
R.- ¡Solo faltaría que no fuera así! El Govern actual dispone de cuatro mil millones de euros más para gestionar. Y, sin embargo, ese dinero no se ha traducido en una mejor atención para los pacientes. Le pondré un ejemplo: las listas de espera para practicar una mamografía en el Hospital de Manacor. No se le puede decir a una mujer con un posible diagnóstico de cáncer de mama que ha continuar esperando y luego proclamar que eres el gobierno más social de la historia. Hacer eso, es reírse de la gente.
P.- ¿Cuál es su visión sobre el proyecto de Son Dureta?
R.- Son Dureta ha sido el gran vodevil de esta legislatura. Todos los partidos compartimos la necesidad de llevar adelante una estrategia de cronicidad, pero el Govern se ha limitado, en el caso de Son Dureta, a anunciar el proyecto seis o siete veces. Es puro marketing. Fíjese que cuando el Ejecutivo, o su presidenta, se han metido en algún embrollo, como el caso contratos o la falta de acuerdo con el REB, la reacción ha sido anunciar de nuevo la actuación de Son Dureta.
P.- ¿Es partidario el PP de recentralizar las competencias sanitarias?
R.- No, porque eso sería dar pasos atrás. Nuestra apuesta es gestionar mejor las políticas de salud. Resulta inaceptable que en España haya 17 sistemas sanitarios distintos, o que vayamos al pediatra y nos digan que no hay vacunas. Por cierto, la pediatría es una de las especialidades con más déficit de profesionales en Balears.
P.- ¿Contempla que el pacto de Andalucía se repita en el Gobierno de España tras las elecciones generales?
R.- Ese pacto se fraguó en un contexto muy concreto, que no necesariamente podrá repetirse tras el 28 de abril. Quiero decir que dividir el voto de centro derecha entre tres formaciones no asegura, ni mucho menos, que Pablo Casado sea el próximo presidente del Gobierno. A Sánchez le interesa divulgar este mensaje, porque sabe que la división del electorado de nuestro ámbito ideológico favorece sus expectativas.
Entrevista a Marga Prohens, candidata del Partit Popular de les Illes Balears al Congrés de Diputats. Programa Salut i Força a Canal 4 Ràdio, dirigit i presentat per Joan Calafat (12/04/2019).