P.- ¿Qué supone para usted, a nivel personal y político, su elección como presidente del Parlament?
R.- Implica un paso importante después de muchos años de dedicarme a la política y, antes de ello, a la medicina. He sido director general, conseller, y, esta pasada legislatura, vicepresidente del Parlament, siempre en la línea de dedicación al servicio público. Ahora ha surgido la oportunidad de extender esta aportación a la presidencia de la Cámara autonómica durante estos próximos cuatro años, por parte de un gobierno de coalición que es el reflejo de la voluntad de los electores en las urnas.
P.- ¿Qué aspectos considera que caracterizarán esta nueva legislatura?
R.- Cada legislatura es diferente de la anterior y esta, en concreto, es particularmente diferente. Nunca en la historia del Parlament habían convivido ocho grupos parlamentarios, que, además, representan un amplio abanico ideológico. Por otro lado, más de la mitad de los diputados lo son por primera vez, y, además, tendremos la ocasión de aplicar un nuevo reglamento que surgió durante la anterior legislatura y en cuya elaboración tuve la satisfacción de participar activamente, coordinando la ponencia que dio lugar a esta normativa.
P.- ¿Qué nuevos elementos introduce el reglamento recientemente aprobado?
R.- Básicamente, su aplicación supondrá adaptar el Parlament a los nuevos tiempos, haciendo factible una mayor apertura al conjunto de la sociedad y al resto de instituciones, incorporando las posibilidades que otorgan las nuevas tecnologías, y arbitrando alternativas que eviten determinadas situaciones como las que acontecieron en el período anterior y que no deberían volver a suceder.
P.- ¿A qué situaciones se refiere?
R.- Como es bien sabido, surgieron a lo largo de la legislatura problemas o controversias con algunos diputados que abandonaron sus respectivos grupos parlamentarios. Si esto ocurre de nuevo en estos cuatro años, la solución que se b r i n d a r á por parte de la Cámara será muy diferente, ya que, a partir de ahora, este representante será considerado un diputado no adscrito, y, por tanto, las condiciones en las que ejercerá su labor diferirán respecto a la que llevan a cabo el resto de diputados. En cualquier caso, el reglamento depara otras novedades, igualmente importantes….
P.- Por ejemplo…
R.- Un aspecto trascendental es la oportunidad que se ofrece a las entidades y al movimiento asociativo en general para que expresen sus opiniones y presenten incluso enmiendas que después los grupos parlamentarios puedan defender como propuestas propias. Además, existirá la opción de que en cada sesión plenaria las entidades plateen preguntas a la presidenta del Govern o bien a otros miembros del Ejecutivo, que serán formuladas por un diputado. Al mismo tiempo, es importante el esfuerzo que se ha hecho para que el reglamento confiera mayor agilidad a las sesiones , agilizan – do los debates y haciendo valer las opciones que hoy en día nos ofrecen las nuevas tecnologías.
P.- Esto último favorecerá, seguramente, el proceso de descentralización del Parlament…
R.- Así es, porque los diputados de Menorca, Eivissa y Formentera, a través del uso de videoconferencias y del voto telemático, podrán, por ejemplo, tomar parte en la deliberación que se produzca en algunas comisiones sin necesidad de desplazarse a Mallorca. En un territorio pluriinsular como es el nuestro esta posibilidad es más que necesaria.
P.- Más allá de la aplicación del nuevo reglamento, ¿con qué talante plantea afrontar esta nueva etapa al frente del Parlament?
R.- Quien me conoce sabe que soy una persona que no me escondo a la hora de tomar decisiones. Creo que el Parlament ha de favorecer el intercambio de opiniones y puntos de vista con la expectativa de llegar a consensos siempre que ello sea posible, o, al menos, lograr el acuerdo más amplio posible de la Cámara. Ahora bien, hay una serie de normas, reflejadas en el reglamento, que como presidente no dudaré en aplicar, porque es mi obligación. Me refiero, fundamentalmente, a la formalidad y el decoro que ha de presidir la relación entre los parlamentarios de los diferentes grupos. Pienso que ningún diputado ha de acudir al Parlament con la pretensión de comportarse desde su escaño como no lo haría en la calle.
P.- ¿Forma parte también de los retos que usted se ha planteado incrementar el conocimiento que la sociedad tiene de las funciones del Parlament?
R.- Desde luego. Hay que resaltar el valor y la contribución de la Cámara ante el conjunto de la sociedad, y contamos con cuatro años por delante para conseguirlo. Hay que explicar qué tipo de trabajo desarrollamos en el Parlament, y dejar claro que su función no es la misma que la que ejerce el Govern.
P.- Como en todo Parlament, hay grupos con una representación más amplia, y otros con una menor presencia de diputados. ¿Cuál será su actitud hacia las minorías?
R.- Trataré de favorecer su labor, porque si están ahí es porque hay ciudadanos que les han otorgado su confianza y eso me merece el más profundo de los respetos. Ahora bien, estas minorías también deberán aceptar que la Cámara es el reflejo de la representación proporcional que los electores han otorgado legítimamente y, entender, por ejemplo, que si se pone en marcha una comisión, su participación responderá a ese criterio de proporcionalidad, a partir del cual serán otras formaciones las que detentarán la mayoría. La labor del presidente, en este sentido, es la de repartir las cartas por igual para todos, pero administrando de una forma adecuada y equitativa el criterio de proporcionalidad del que le hablaba.
P.- ¿Supone una complicación presidir un Parlament con un número tan elevado de grupos?
R.- Más que una complicación, es una realidad. Hay gente estos días que me ha dicho que estaré divertido, y yo les respondo lo que estaré es entretenido. No es exactamente lo mismo. ¿Qué quiere decir ello? Pues que se deberá debatir más que en otras legislaturas, que no es conveniente recurrir exclusivamente a las votaciones frías, que se deben facilitar a los grupos todas las explicaciones necesarias y, por supuesto, al mismo tiempo, que se ha de recordar a cada partido cuál es la representación que le han otorgado los electores.
P.- Esta nueva etapa al frente del Parlament, ¿supone la culminación de su trayectoria política?
R.- No lo sé, sinceramente. Tengo claro que ya peino canas, eso es verdad. Cada uno de nosotros cargamos en la espalda una mochila que es personal e intransferible y en la que vamos introduciendo, paulatinamente, nuestro bagaje. Creo que mi mochila está ya bastante llena, pero me considero una persona activa y con ganas de hacer cosas, y mientras cuenten conmigo, seguiré colaborando en aquello que pueda. Y si no es así, regresaré a la medicina.
P.- Ya que hace esta referencia a su condición de médico, ¿añora la consulta?
R.- Claro que sí. No podría ser de otra manera. Tenemos la suerte de contar en Balears con unos extraordinarios profesionales de Atención Primaria, tanto enfermeras, como pediatras o médicos de familia, y guardo un recuerdo imborrable de esos años. De tanto en tanto, coincido con antiguos pacientes que me demuestran su estima y aprecio. Eso es muy reconfortante.