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Las intérpretes de Son Espases guían a los pacientes extranjeros y a sus familias en los momentos críticos

JUAN RIERA ROCA / Si una enfermedad repentina o un accidente suponen un trauma emocional muy fuerte, cuando el paciente o el accidentado (y su familia) son extranjeros y no hablan español o catalán, el problema emocional e incluso el diagnóstico y la puesta en marcha de tratamientos se complican mucho. Para solucionar este problema Son Espases cuenta con un equipo de intérpretes.

Elena Adela Rojas es una de estas interpretes ―cuatro trabajadoras fijas, con un refuerzo de una en temporada alta― cuya misión va mucho más allá de traducir idiomas «ya que nuestro trabajo es de mediación personal entre los profesionales del hospital, el paciente y sus familiares, para que la comunicación sea fluida con el personal médico, de enfermería y de administración.

«Nuestra tarea es la de interpretar la información clínica para el paciente y su familia, pero también ofrecemos un apoyo logístico, en caso de que sea necesario, tratando con los turoperadores, las agencias de viajes y los consulados, en los procesos derivados de la enfermedad y en las repatriaciones. Si es necesario también hablamos con la Policía» explica Elena Adela.

Las intérpretes tienen un papel determinante en el acompañamiento familiar del paciente, sobre todo cuando esos familiares llegan del extranjero, sin conocimientos de las lenguas oficiales y con el impacto emocional que supone la crisis de salud que está atravesando su ser querido: «En esos casos les hacemos la acogida, los guiamos en lo necesario, les facilitamos la documentación…»

Otra de las tareas de las intérpretes puede ser la mediación social, ya que en ocasiones se encuentran con pacientes que tienen necesidades de este tipo ―extranjeros ya mayores que pese a llevar mucho tiempo en Mallorca no hablan los idiomas oficiales― y a los que hay que hacer las entrevistas con las que luego hacen su labor los trabajadores sociales que los atenderán.

Todas estas mediaciones se realizan normalmente en lenguas de gran uso internacional, como es fundamentalmente el inglés, seguido del alemán y el francés y en menor medida del italiano. «Cada vez se pide más el árabe. Se dispone del este servicio en la sanidad pública balear, pero la intérprete de árabe no se encuentra físicamente en el hospital», explica Elena Adela Rojas.

Este trabajo incluye una determinante participación en problemas tan actuales como la violencia ejercida por demasiados accidentados o enfermos que presentan una actitud inestable y violenta: «En esos casos, si el paciente no habla los idiomas oficiales y aún no ejerce la violencia, nos llaman para que hagamos una contención verbal. Saber lo que pasa y a dónde va suele calmarle.»

En otros casos llega al hospital un joven con politraumatismos graves a consecuencia de un caso de ‘balconing’. El papel de las intérpretes en muchos de esos casos también es crucial: «A veces hay que hacer un trabajo de investigación, ya que el paciente llega en un estado en el que no puede comunicarse y pasa directamente a la UCI, sin que se conozcan muchos datos de él.»

«Entonces ―continúa Adela― hay que hacer una investigación: llamar al hotel, a la agencia de viajes, localizar a la familia en sus países y darles la información necesaria para que vengan a Palma lo antes posible. Luego, cuando llegan al hospital se los acoge y se les guía, se les presenta a los profesionales médicos y, si estos no hablan su idioma, se con la interpretación.»

Este acompañamiento se produce durante todo el proceso, hasta el alta del paciente o, si fuera necesario, hasta la repatriación y durante el seguimiento hospitalario. Todo este trabajo supone una tarea de formación continuada que estas profesionales tienen muy en cuenta. Por una parte está el estudio de los idiomas con la mejora del vocabulario que ha de ser constante.

Pero otra parte ―explica Elena Adela Rojas― también es muy importante la experiencia que se recoge día a día y la ayuda que les da el hospital con acciones formativas. Hay que tener en cuenta que no se trata solo de hablar correctamente una serie de lenguas extranjeras, sino de entender muchos términos técnicos sanitarios y asumir las emociones en momentos de gran tensión.

Estas trabajadoras están en el Hospital Universitario cinco días a la semana en turnos de mañana o de tarde y luego, los fines de semana, en turnos de guardia en Urgencias. Su papel es imprescindible en una sociedad como la balear en la que se da un componente de presencia extranjera muy importante durante todo el año, aunque más aún durante los meses de temporada alta turística.

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