No nos habíamos enterado todavía de cómo estaba la economía porque andábamos perdiendo el tiempo en el me quiere/no me quiere del tal Sánchez, enredaos con lo que diría Francina del otro o en el lío de lo que estaría pensando el criapollos comisionado de Antich. Mientras la peña jugaba al socialismo de las corridas de toros del si/no, llegó algo de repente y se nos enfrió la economía a todos. Que Dios nos pille ahorrados.
Llegó la frigoría al verano cuando escribimos hace tiempo sobre unos erróneos presupuestos insulares expansivos, sobre la orgía de manejarnos con los presupuestos Rajoy/2018, o con que –en el mejor del peor de los casos, los nuevos presupuestos y siendo Sánchez el investido- no se harán afectivos antes del frívolo febrero del año 2020, mes de hielo.
Llegan los recortes sanitarios mientras llega el calor a la silla sanitaria que le tiene leyendo en la sala de espera de ese centro público deudor. Llegan tranquilos, sin demasiada verbena de verano. Llegan sabiendo que somos la comunidad autónoma en la que más aumentado el gasto sanitario, sabiendo que ya superamos a Cataluña en porcentaje y que –como buenos carpantas y rojos- hemos vuelto a incumplir el techo de gasto.
Los que saben de esto, o sea, los que con su aplicación en el móvil abren la cuenta del banco para saber cómo viene la canícula del verano, entienden que todo regresa, que el fantasma de los números llega tarde o temprano a hacerte suyo. No hubiéramos imaginado que todo aquel adagio del budismo, de la lucha de opuestos, del frío/calor, iría por ahí. Si tienes calor, chaval, es que se te están enfriando los números.
Llegan los ajustes a la sanidad balear y es precisamente el sinoneado de Sánchez el que nos lo pide mientras ajusta sus viejas cuentas políticas con Francina-presidenta.
No hay presupuestos Sánchez recordando que la razón de la convocatoria de las elecciones de Sánchez fue que Sánchez no tenía presupuestos generales, y aquí lo que debiera haber sido un gasto del 2,4 por ciento se nos ha convertido sudando sudando en más del triple, en el 7,1. Quién nos iba a venir a decir que los toros -que el luto y los cuernos con su alegría- nos lo traerían los números que se traen entre manos los odios socialistas.
Llegan los recortes a la sanidad balear mientras te abanicas en la colonia olorosa de lo que los rojos llaman “ajustes”, que siempre hay un ajuste para un recorte en este roto descosido. Siempre hay una forma veraniega de llamarle a la cosa de tal otra para que no te enteres de que vuelves a estar jodido, de que empiezas otra crisis que todos te ocultarán excepto tu app bancaria. Consuélate, empiezas a enfriarte.