JUAN RIERA ROCA / El grupo de investigación en Análisis por Inyección en Flujo y Análisis de Trazas (FI-TRACE) de la UIB y de la Facultad de Farmacia de la Universidad Carolina de Praga (República Checa), han desarrollado un dispositivo que permite analizar la presencia en el agua de mar de aditivos tóxicos, como los ftalatos y el bisfenol a, que proceden de los microplásticos.
El dispositivo permite simular de manera automatizada la lixiviación, es decir, la liberación de aditivos y plastificantes procedentes de microplásticos, como pueden ser el polietileno y el PVC, en agua de mar. El sistema simula la lixiviación de estos aditivos en un escenario que imita las condiciones reales en que se produce este proceso en el entorno.
El sistema también hace unos análisis continuos de estos contaminantes mediante cromatografía líquida, una técnica para separar físicamente los distintos componentes de la muestra. De este modo, se puede estudiar de manera rápida los riesgos para la cadena trófica que pueden derivarse de la presencia de microplásticos en el mar y su incidencia sobre la salud humana y animal.
La presencia de residuos plásticos en el mar es un problema de graves consecuencias ambientales. Los microplàstics, partículas de menos de 5 mm y normalmente inferiores a 500 micras, proceden de la fragmentación de residuos plásticos y pueden llegar, con las sustancias nocivas que los integran, en la cadena alimentaria y, finalmente, a los humanos.
De hecho, los aditivos con los que se ha probado el dispositivo han sido regulados por las autoridades europeas especialmente en cuanto a los usos relacionados con niños, por su toxicidad.