JUAN RIERA ROCA / El Comité de innovación de la Fundación Idis analiza los beneficios de la prevención secundaria en la enfermedad cardiovascular. El avance de la biotecnología, que ha permitido desarrollar tratamientos adaptados a la especificidad de patologías concretas, ha supuesto un cambio de paradigma en medicina.
La enfermedad cardiovascular que se asocia a lípidos (elevación del LDL) es una de las patologías que pueden verse beneficiadas, ya que se ha estudiado cómo los tratamientos biológicos hipolipemiantes pueden ser eficaces en la prevención de eventos cardiovasculares en pacientes de riesgo, especialmente en aquellos con infarto de miocardio previo.
Sobre los riesgos de estos pacientes y los beneficios de su adecuado tratamiento para prevención de nuevos episodios se ha hablado durante la reunión del Comité de Innovación del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS) que ha contado con la colaboración de la compañía biotecnológica Amgen.
La prevención secundaria sigue siendo, tal como se expuso en la reunión, una asignatura pendiente en nuestro país y ejemplo de ello es el seguimiento de los programas de rehabilitación cardíaca: solo el 15% de los pacientes que ha sufrido un evento cardiovascular sigue algún programa de rehabilitación cardíaca en España.
Se trata éste de un dato poco optimista si se tiene en cuenta la influencia de la prevención de episodios cardiovasculares en el ahorro de recursos, evitando, entre otros, costes muy relevantes en hospitalización (entre 5.600 y 7.200 euros por episodio), además del coste personal para el paciente, que no es fácil de cuantificar.
Junto a la rehabilitación cardíaca, es clave la instauración de un tratamiento adecuado y es en este aspecto donde la terapia biológica con inhibidores de la PCSK9 (proproteína convertasa subtilisina/kexina tipo 9) ha mostrado su eficacia cuando la enfermedad se asocia a hipercolesterolemia y, sobre todo, cuando existe un infarto de miocardio previo.
De ahí la importancia de la selección adecuada de los pacientes candidatos a recibir este tipo de tratamientos con el fin de que el beneficio sea el máximo, ya que en estos pacientes las tasas de reducción de LDL rondan el 80%. El círculo del abordaje del paciente cardíaco no quedaría cerrado si no se atiende a otras estrategias como la involucración de los propios pacientes en la gestión de su propio proceso.
Hacer a las personas corresponsables de su patología cuando se trata de procesos crónicos, tal como señaló la doctora Almudena Castro, jefa de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca y riesgo cardiovascular del Hospital Universitario La Paz de Madrid, tiene unos muy buenos resultados que avalan el mantenimiento y desarrollo de programas que incluyen este objetivo.