JUAN RIERA ROCA / El Hospital Mateu Orfila ha acogido recientemente la presentación de los primeros datos del proyecto «Cambreres de pis i salut» (ITS’17-096), financiado con el impuesto de turismo sostenible para el periodo 2018-2020. El informe revela que estas profesionales ven su trabajo «estresante, poco valorado, insuficientemente recompensado y físicamente duro».
Se han hecho un estudio cualitativo sobre las opiniones y las experiencias de camareras de piso y otro sobre sus problemas de salud. El acto ha servido para difundir los resultados obtenidos hasta ahora, para presentar el programa de intervención diseñado desde la atención primaria para mejorar la calidad de vida de las camareras de piso y para debatir sus aspectos principales.
En cuanto al estado de salud, un 40 % indicó que es malo o muy malo, un porcentaje que llega al 48,2 % en Menorca. En relación con el dolor, entre el 20 % y el 30 % declararon que lo sufren de forma crónica en la región lumbar, en las muñecas, en las manos y en la región cervical, pero entre el 30 % y el 40 % indicaron que lo han sufrido a menudo durante la última temporada de trabajo.
El gerente del Área de Salud de Menorca, Romà Julià, abrió el acto y dio paso a las intervenciones de los ponentes: Joan Llobera, investigador principal del proyecto y jefe de la Unidad de Investigación del Gabinete Técnico de la Gerencia de Atención Primaria de Mallorca; Maties Torrent, técnico de salud pública del Área de Salud de Menorca, y Joana Moll, enfermera responsable del proyecto en la isla.
Entre los resultados cualitativos, cabe destacar que las camareras de piso expresaron que los gusta su trabajo y que valoran positivamente el horario, la relación con las compañeras y la satisfacción con el trabajo bien hecho; como principal aspecto negativo apuntaron las condiciones en que trabajan: lo definieron como estresante, poco valorado, insuficientemente recompensado y físicamente duro.
También manifestaron que han percibido que en los últimos años ha mejorado la prevención de los riesgos laborales, pero que la carga de trabajo ha aumentado. Aseguraron que «se están dejando la salud» y que el trabajo es la causa principal de sus problemas de salud. En estos casos, la principal estrategia consiste en visitar la consulta de medicina de familia, aunque algunas opinaron que se prescriben medicamentos en vez de tratar las causas del dolor, lo cual estimula la automedicación.
Además, consideraron que reciben una respuesta tardía a los problemas osteomusculares y que las medidas terapéuticas son insuficientes. En el ámbito laboral reclamaron disminuir la carga de trabajo, que se les reconozcan las enfermedades profesionales y que se anticipe la edad de jubilación. En cuanto al estudio descriptivo, se llevó a cabo en las cuatro islas, en un total de 39 centros de salud y unidades básicas de salud (2 de Menorca).
Fueron entrevistadas 89 camareras de piso de Menorca de un total de 1.043, todas mujeres, hecho que refleja la feminización de este colectivo. En el momento de la entrevista tenían una media de edad de 43,3 años y habían trabajado durante 10,7 años, de media. Las características de las camareras de piso de Menorca son similares a las del resto de entrevistadas.
Así mismo, indicaron que se ocupan cada día de 18,1 habitaciones y de 44,6 camas, de promedio (15,2 y 40,6 en Menorca, respectivamente). Y declararon que hacen 5,1 salidas todos los días y trabajan 42,1 horas semanales, de media, 2 más que en el conjunto de las islas. En cuanto a los estilos de vida, hay que destacar que solo el 43% hace suficiente actividad física (en cambio, en Menorca el porcentaje es del 57,6%), que el 38,3% sigue la dieta mediterránea (el 40% en Menorca) y que el 30,7% se declara fumadora activa (el 30,1% en Menorca).
Casi la mitad de las entrevistadas apuntaron que durante los últimos siete días habían sufrido dolor en la región lumbar, más del 40 % en la zona cervical y entre el 30 % y el 35 % en las muñecas, las manos y los hombros. En referencia a la medicación, el 54,6 % contestaron que durante 2018 habían tomado analgésicos (el 44,7 % en Menorca) y que casi el 20 % los tenían prescritos en el verano de 2018 (el 15,3 % en Menorca).
Cabe destacar que casi una cuarta parte de las camareras de piso entrevistadas estuvieron de baja laboral una vez como mínimo durante el año 2018; concretamente en Menorca lo estuvieron el 25,9 %. La satisfacción con la atención que recibieron en el centro de salud respectivo es alta: más del 80 % declararon que el médico o médica de familia les había facilitado información de forma que la pudieran entender, que se preocupaba por escucharlas y entenderlas, y consideraban que el tiempo que les había dedicado era adecuado. En Menorca los resultados fueron similares.
En cuanto a la prevención de los riesgos laborales, más del 80 % de las entrevistadas afirmaron que conocen sus métodos y que siempre asisten a los cursos de formación; más del 60 % consideró que la formación y la información que reciben en dichos cursos es adecuada.
Sobre la disponibilidad de equipos de protección individual, cabe destacar que más del 90 % disponían de guantes, pero el porcentaje que los usaba no llegaba al 70 %; en el caso de la mascarilla, disponían de ella dos terceras partes de las entrevistadas, pero solo alrededor de un tercio declaraba que la usa; más del 80 % afirmaba que llevan zapatos antideslizantes y poco más del 40 % disponía de gafas de protección, pero no llegaba al 20 % el número de las que las usan.
En el estudio cualitativo, entre las razones que aportaron las camareras de piso para no usar los diferentes equipos de protección individual destacan las relacionadas con el ritmo del trabajo: dado que tienen tal carga de trabajo no pueden dedicar tiempo a ponérselos y quitárselos. No obstante, más de dos terceras partes consideraban que el equipo de protección individual de que disponían era adecuado o muy adecuado. Y en las cuestiones sobre la adecuación del material de trabajo a su puesto de trabajo, entre el 40 % y el 50 % indicaron que el peso del carro Y la facilidad para desplazarlo no eran nada adecuados.
Hay que tener en cuenta que, dado que las camareras de piso son un colectivo formado básicamente por mujeres, además del trabajo también son habitualmente las responsables de las tareas domésticas y de cuidado. En este sentido, más del 55 % de las entrevistadas indicaron que les resulta bastante difícil o muy difícil combinar el trabajo con las responsabilidades domésticas; además, un tercio afirmaron que muy a menudo se sienten agobiadas por las tareas que deben hacer normalmente.
Durante la sesión también se ha presentado lo programa intervención, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de las camareras de piso. La intervención tiene lugar en 34 centros de salud de las cuatro islas (el CS Canal Salat y el CS Verge del Toro serán centros intervención y el CS Dalt Sant Joan y el CS Es Banyer, centros control) y se centra en trabajar la mejora de la dieta y de la actividad física y en estrategias de afrontamiento del estrés y del dolor crónico.
Durante los meses de noviembre y diciembre de 2019 se llevó a cabo una prueba piloto del programa; en Menorca, la prueba tuvo lugar en el CS Canal Salat, en la que participaron una decena de camareras, que valoraron positivamente la intervención. Enfermeros y enfermeras, fisioterapeutas y psicólogos y psicólogas se encargarán de impartir las sesiones a lo largo de 8-10 semanas, entre los meses de enero y marzo de este año.
Se hicieron 6 grupos focales con 34 profesionales (1 de ellos en Menorca) y 10 entrevistas a informantes clave (1 en Menorca), que incluían a camareras de piso sindicadas y asociadas, una médica de atención primaria, una gobernanta, responsables de salud laboral y recursos humanos de hoteles, y una médica de inspección, entre otros.