JUAN RIERA ROCA / La tesis doctoral de Carlos Barceló Seguí investiga los Culicoides que actúan como vectores de transmisión del virus de la lengua azul y los factores ambientales asociados a la actividad de estas especies de insectos, concretamente de la familia de los artrópodos.
Las enfermedades transmitidas por artrópodos, como los insectos, han aumentado considerablemente en varias partes del mundo debido al cambio climático y otros factores antropogénicos. Las hembras de varias especies del género Culicoides son dípteros que se alimentan de sangre de rumiantes como la vaca, la oveja o el ciervo.
Estos insectos pueden transmitir patógenos, como el virus de la lengua azul (VLB), la peste equina africana o el virus de Schmallenberg. La enfermedad del virus de la lengua azul, fue descubierta en Sudáfrica entre los años 1781 y 1784 por el biólogo francés François Levaillant.
El virus fue detectado por primera vez en España en 1956, y entre los años 2000 y 2004 la enfermedad llegó a Mallorca y Menorca, donde provocó la muerte de unos 10.000 animales domésticos. Actualmente, continúan apareciendo casos de lengua azul en España, concretamente al sur de la península Ibérica.
Hay cinco especies que pueden transmitir el virus: Culicoides obsoletus, C. imicola, C. pulicaris y C. Newstead. La tesis doctoral de Carlos Barceló Seguí, defendida en la UIB, ha estudiado la dinámica poblacional y fenología de especies de Culicoides vectores del virus de la lengua azul en España y determinar los factores ambientales.
Entre los resultados obtenidos, Barceló ha observado que la abundancia semanal de las hembras en estado de «padres» (PF) (las que se han alimentado de sangre infectada y han podido replicar el virus a niveles transmisibles) fue siempre más elevada en verano y, excepto en el caso de la C. imicola, abril y julio.
Esto tiene una relación directa con la población capaz de transmitir el virus de la lengua azul los meses siguientes. También se demostró que en las provincias del norte de España, el C. imicola no está presente, mientras que la especie C. obsoletus fue la mayoritaria en estas provincias.
Además, ha encontrado otras regiones en que hubo periodos del año durante los cuales no se capturó ningún individuo, lo que hay que tener en cuenta a la hora de calcular el periodo estacionalmente libre de vectores. Estos resultados tienen mucho interés para poder comprender mejor los períodos de bajo y elevado riesgo de transmisión del virus de la lengua azul en España.
Respecto de los factores ambientales implicados, el investigador observó que los lugares y años con inviernos cálidos seguidos por zonas poco elevadas respecto del nivel del mar y una elevada densidad anual de Culicoides hembras adultas dieron lugar a una aparición más temprana y períodos de actividad más largos de estos insectos.
También observó preferencias concretas para cada especie, como en el caso de la C. obsoletus, que tuvo un periodo de actividad más prolongado en zonas que gozan de más horas de sol y temperaturas más cálidas en primavera y en otoño, así como de otros con precipitaciones abundantes y una población muy numerosa de ganado vacuno.
Estos resultados demostraron las diferencias ecológicas, biológicas y estacionales entre estas cuatro especies en España, lo cual es muy importante para determinar las zonas con las condiciones ambientales adecuadas para cada especie y evaluar el riesgo de aparición de brotes de virus de la lengua azul.
Durante el estudio de la Bionomía en condiciones de laboratorio, Barceló observó que las hembras grávidas (con el abdomen lleno de huevos) de C. imicola y C. obsoletus recolectadas en el campo sobrevivieron mucho mejor en condiciones de laboratorio.
Por otra parte, las especies C. paolae y C. circumscriptus parecieron ser las más adecuadas para la cría en condiciones de laboratorio debido a las elevadas tasas de oviposición, un ciclo de vida corto, una supervivencia elevada de la fase adulta y porcentaje elevado de hembras en la progenie.
Respecto de las diferentes temperaturas empleadas en el laboratorio, los resultados mostraron que la especie C. obsoletus tiene su óptimo desarrollo a 18ºC, mientras que las C. circumscriptus y C. paolae parecen mostrar preferencia por temperaturas más elevadas.
Estos hallazgos han contribuido al conocimiento de los parámetros bionómicos básicos de las especies de Culicoides vectores y no vectores. Entender los requerimientos de las diferentes especies optimizando los resultados puede ser interesante a la hora de prever los efectos del cambio climático sobre estas especies, además de determinar las condiciones de cría.
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Puro valor de artículo, ,ás información así haría falta