JUAN RIERA ROCA
La tesis doctoral de Juan Llorens Terrasa Navarro, realizada en la Universitat de les Illes Balears (UIB) ha investigado cómo los cambios asociados al envejecimiento interfieren en la respuesta al dolor crónico. El investigador ha indagado en la plasticidad neuronal, una habilidad del sistema nervioso central que le permite responder a estímulos intrínsecos o extrínsecos.
Los cambios plásticos que generan esas respuestas son esenciales para el desarrollo normal de los circuitos cerebrales, ya que generan diferencias en estos circuitos, que dotan a los seres vivos de su individualidad. Sin embargo, la neuroplasticidad puede interferir negativamente en la función correcta del cerebro y en el comportamiento.
Este proceso se conoce como plasticidad mal adaptativa y se refiere a los cambios plásticos en el sistema nervioso central que obstaculizan una función cerebral óptima. Llorens ha explorado los cambios plásticos asociados al envejecimiento y una técnica neuromoduladores para revertir los cambios plásticos mal adaptativos causados por el dolor crónico.
Los objetivos de la tesis fueron examinar el deterioro de los procesos inhibitorios de la información somatosensorial irrelevante en el envejecimiento y modular la actividad sensoriomotora utilizando un entrenamiento en neuroretroalimentació de seis sesiones y explorar los cambios plásticos asociados a las cortezas motora y somatosensorial.
El estudio de la actividad encefalográfico como en la metabólica se llevó a cabo tanto en participantes sanos y en pacientes con fibromialgia. Para alcanzar estos objetivos, se llevaron a cabo tres estudios. En el primero, se exploró el deterioro del bloqueo selectivo de respuesta sensorial asociado al envejecimiento a partir de potenciales evocados somatosensoriales .
Éstos estaban derivados de un paradigma de estimulación táctil repetitiva en un grupo de adultos sanos jóvenes y en un grupo de personas mayores sanas. Se vio un deterioro en la eficiencia de los mecanismos inhibitorios en respuesta a estimulación irrelevante durante la evaluación cognitiva (procesos atencionales y de memoria) de la estimulación somatosensorial a las personas mayores.
De manera contraria, los resultados reflejaron una conservación del control inhibitorio durante la codificación temprana de los estímulos táctiles repetitivos en el envejecimiento.
El segundo estudio demostró que las participantes sanas entrenadas con neuroretroalimentació fueron capaces de automodular su actividad sensoriomotora y mostraron una mejora satisfactoria en la tarea y una conectividad funcional aumentada entre áreas motoras y somatosensoriales durante el reposo.
En el tercer estudio, sólo la mitad de las pacientes con fibromialgia fueron capaces de obtener un rendimiento óptimo durante la tarea (buenas respondedores), mientras que el resto de pacientes tuvieron unos resultados conductuales poco satisfactorios (malas respondedores).
Los buenos respondedores del entrenamiento en neuroretroalimentación incrementaron tanto la modulación de la actividad sensoriomotora como la conectividad funcional de áreas motoras y somatosensoriales. Además, los buenos respondedores se caracterizaron por un bajo impacto de los síntomas del dolor y de la fibromialgia, así como mejores niveles de calidad de vida, comparadas con las malas respondedores. Y, aún más: los buenos respondedores redujeron significativamente su nivel de dolor después del entrenamiento.
En conclusión, esta tesis doctoral aporta información nueva sobre la plasticidad mal adaptativa, como los correlatos neuronales del deterioro de la inhibición somatosensorial provocados por el envejecimiento, y el poder neuromodulador de la neuroretroalimentació para revertir los cambios plásticos somatomotors relacionados con el dolor crónico y para proporcionar un alivio del dolor de estas personas.