JUAN RIERA ROCA
Con motivo del Día Mundial del Niño Prematuro, el Hospital Universitario Son Llàtzer ha activado el proyecto «Una sonrisa-un vínculo» y ha organizado actividades para reconocer, difundir y garantizar los derechos del prematuro y de su familia y colaborar en la reducción de la prematuridad y sus consecuencias.
Cada año se registran al menos 15 millones de partos prematuros. La jornada tiene el objetivo de dar visibilidad e informar sobre la importancia del cuidado de los niños nacidos antes de la semana 37 de la gestación, según han informado fuentes del hospital.
«El recién nacido prematuro tiene derecho a recibir atención adecuada a sus necesidades, considerando sus semanas de gestación, su peso al nacer y sus características individuales. Cada paso en su tratamiento debe ser dado con visión de futuro», según la Dra. Filgueira, neonatóloga del hospital.
La especialista añade que «según el tercer punto del Decálogo de derechos del niño prematuro, avalado por la OMS y Unicef y en esta visión, desde el presente con mirada al futuro desarrollo, queremos hacer especial mención al impacto que la pandemia ha tenido sobre el cuidado y la atención de los niños más frágiles».
La Unidad de Neonatología ha puesto en marcha «Una sonrisa-un vínculo», dar a los padres de los niños prematuros ingresados una mascarilla que permita verles el rostro. Esta iniciativa ha sido posible gracias a la colaboración de la Federación AICE (Asociaciones de Implantados Cocleares de España).
Afirma la neonatóloga que «con la situación de emergencia sanitaria, se ha tenido que limitar el aforo de personas, se ha instaurado la obligatoriedad de llevar mascarilla, restringir el acceso a los abuelos, etc. Es importante, por tanto, tener en cuenta todos estos factores cuando trabajamos con niños»
Sobre todo considerando que se trata de niños en pleno desarrollo «cuyo principal vínculo comunicativo, el rostro, la expresión facial, se ve ocluida por una mascarilla, lo que los aboca a una escasa conexión emocional con sus cuidadores principales aspecto que nos preocupa».
Sigue explicando la Dra. Filgueria que «la importancia de la mirada en el desarrollo tiene un carácter tanto emocional como intelectual: posee un significado especial en el establecimiento de vínculos tempranos y desempeña un papel en el proceso de obtención de información acerca del mundo y las emociones».
Además, «cuando un bebé mira a los ojos y el rostro de sus padres, asocia entre comida y quién la da, voces y personas, sonrisa y lo que significa estar alegre o sentirse querido». Este hito del desarrollo contribuye saber calmarse y controlarse, implicarse y relacionarse con los demás y comunicarse».
Todos los miembros de la Unidad de Neonatología de Son Llàtzer trabajan con el propósito de brindar a los recién nacidos pretérmino un cuidado seguro y de calidad que incluya estas medidas. Tal conducta tiene en cuenta que el futuro de estos niños es una prioridad.
Los expertos recuerdan que la protección de su desarrollo neurológico resulta imprescindible. Sin embargo, solo será posible alcanzar estos fines con el cuidado centrado en la familia, la presencia permanente de los padres y su participación en el cuidado, ya que su papel es único e irremplazable.
El año pasado nacieron en Son Llàtzer 146 prematuros —un 25% menores de 32 semanas (<1500 grs. de peso)— un 5% de todos los nacimientos. Entre las iniciativas organizadas por Neonatología, explica Elena Torrens, supervisora de la Unidad, está el registro de las huellas de los bebés.
Estas huellas —que se regalan a los padres— es una iniciativa que se suma a la elaboración de felicitaciones para poner en las incubadoras y en las cunas, la confección de una tarta de pañales y colgar calcetines de niños prematuros nacidos en la Unidad aportados por algunos padres.