El 21 de noviembre del año 2.000 fue el día del asesinato del que fue ministro de sanidad del Gobierno de España, Ernest Lluch. Hace 20 años. Lo recuerdo como si hubiera pasado hace mucho menos tiempo. Y Ernest Lluch fue sin duda un gran ministro. La Reforma Lluch, recogida en la Ley General de Sanidad de 1986 y en otras medidas importantes, incluidos los procesos de transferencias a las Comunidades Autónomas, supuso un impulso para la mejora de la atención sanitaria, consolidando y generalizando el derecho a la sanidad pública de calidad. Ernest Lluch era una persona activa e innovadora por lo que no es extraño que hiciera en su época esta ley que hoy sigue marcando al sistema sanitario, a pesar de la necesidad de mejoras que todos pensamos que tiene el sistema español. Y que representaba esa ley? Esta ley aumentó la cobertura hasta un 99,5% de la población, reconociendo el derecho a la atención sanitaria pública completa a 8 millones de personas que hasta entonces no estaban cubiertas por el sistema sanitario. Para ello se incrementó el gasto sanitario público en relación con el PIB del 4,4% al 5,2% y se alcanzó un 78% de financiación pública sobre el total de gasto sanitario. Además, se definieron y aumentaron las prestaciones sanitarias, sobre todo las referidas a la atención primaria, la atención a los problemas de salud mental, la planificación familiar y los trasplantes, configurando una atención sanitaria completa y de calidad, equiparable a las de los países de nuestro entorno. Los resultados positivos se reflejaron tanto a nivel de satisfacción subjetiva como en los indicadores sanitarios objetivos. Conviene destacar, además, cambios en dos variables organizativas. El de la atención primaria fue un aspecto importante y novedoso de la reforma, con la creación de los Equipos de Atención Primaria y la puesta en marcha de Centros de Salud, el nuevo enfoque de la Medicina Familiar y Comunitaria, el nuevo papel de la enfermería, la introducción de la historia clínica y las actividades de prevención de la enfermedad y promoción de la salud.
Otra característica importante fue la descentralización de la asistencia sanitaria, impulsando la creación y consolidación de los Servicios Autonómicos de Salud, y transfiriendo las competencias de gestión para adaptar el modelo sanitario al Estado de las Autonomías, configurando el Consejo Interterritorial como órgano de coordinación del Sistema Nacional de Salud.
Esta Reforma tuvo que enfrentar duras presiones, ya que se intentó movilizar a los profesionales sanitarios y a la opinión pública contra la Ley General de Sanidad y lo que esta suponía, la universalización de una atención sanitaria de calidad.
Pero la Ley salió adelante y el Sistema Nacional de Salud español es hoy un buen sistema, por cobertura, equidad, prestaciones de calidad efectivas y eficientes, aunque la pandemia lo haya puesto en entredicho, debido al austericidio que se hizo hace 10 años. Y a pesar de ello, España tiene una esperanza de vida muy elevada.
Un ejemplo paradigmático de esa época de Ernest Lluch es el sistema español de trasplantes, por ser el primero del mundo, tanto por donaciones como por órganos trasplantados. Es un modelo descentralizado y coordinado que funciona en toda España y que se moviliza todos los días, a cualquier hora, en múltiples centros sanitarios, con cientos de profesionales altamente cualificados. Otra de las claves de nuestro buen funcionamiento es la excelente formación de los profesionales sanitarios a través del sistema MIR de especialidades, y un buen nivel de investigación en ciencias de la salud.
A pesar de todo lo comentado y lo que debería pensar Ernest Lluch, el sistema sanitario público está cuestionado.Y a pesar d ela pandemia, a pesar de los errores existentes en el sistema sanitario español, nos hacen falta, y seguro que Ernest Lluch lo habría ya puesto en marcha, una agencia de Salud Pública que nos ayudaría a enfrentar esta pandemia y a trabajar en red con los profesionales y las áreas de salud pública de las CCAA.
Mucho por mejorar. Y ministros por recordar. Gracias Ernest.