Si la tasa de positividad (porcentaje de pruebas PCR positivas en un día o periodo estudiado) tuviera valor de encuesta, se podría decir que en las últimas 24 horas más del 10% de la población de Baleares está infectada del coronavirus SARS-CoV-2; el 10,80%, concretamente.
Ese 10,8% es, además, bastante más ya del doble del 5% que la OMS señala que no hay que superar para evitar el alto riesgo y más del triple del 3% que la OMS señala como tendencia que se ha de mantener para que una pandemia cómo está esté más o menos controlada.
Si a ello sumamos que desde el jueves 31 de diciembre el número de muertos de la lista general se ha incrementado de 470 a 476 y el de ancianos fallecidos (que por alguna razón se cuentan por separado) de 215 a 217 se ve claramente que este es uno de los peores momentos.
En los hospitales la presión asistencial sigue siendo altísima. 323 ingresados en planta y 89 en UCI (cinco más que la víspera). En total, el número de casos activos totales desde el inicio de la pandemia se eleva ya a 36.597, de los cuales 8.523 están activos en estos momentos.
Otras cifras de las que ha ofrecido hoy el Govern balear parecen más halagüeñas, pero no lo son. El número de nuevos contagios registrado en las últimas 24 horas ha caído hasta 262, es decir, 283 menos que ayer, es decir, que el año comenzó con 565 nuevos casos de COVID19.
Pero es que la cifra recogida de ayer a hoy por Epidemiología (262 nuevos casos) muy probablemente sufra lo que se ha dado en llamar “efecto fin de semana”, es decir, notificaciones más lentas por los festivos y que en dos días, seguramente, haya un susto importante.