Vacunación de directivos: tres preguntas y una única evidencia
El asunto de la vacunación de cargos directivos y responsables hospitalarios de la sanidad balear tiene todos los visos de la típica tormenta en un vaso de agua a las que tan aficionados somos por estos lares. La cuestión, en realidad, se responde formulando tres sencillas preguntas. En primer lugar, ¿están desarrollando sus funciones estos directivos en primera línea de la pandemia? La respuesta parece evidente: sí, en todos los casos, un sí rotundo y sin matizaciones. Porque todos y cada uno de estos responsables no responden, ydifícilmente podría serde otra manera, al perfil que en muchas ocasiones la opinión pública atribuye a un directivo en otros sectores de actividad.
Nada tiene que ver, por poner un ejemplo, la labor que desarrolla un determinado dirigente en una planta textil, en una fábrica de automóviles, en un establecimiento turístico, con la que lleva a cabo un directivo hospitalario. El trabajo de éste último exige poco despacho y mucho recorrido a través de pasillos, estancias y habitaciones de clínicas y dependencias sanitarias, comprobando de primera mano que el protocolo que se aplica a los pacientes es el adecuado, y que los médicos y elresto del personal despliegan con efectividad las labores que les han sido encomendadas. Por tanto, si nos ceñimos a la coyuntura concreta de la Covid, también estos responsables se hallan continuamente expuestos a los contagios, y sería ya no difícil, sino absolutamente inviable, salvaguardar la propagación de las infecciones en un entorno hospitalario si se obvia la imperiosa necesidad de proteger a estas personas frente al virus.
Una segunda pregunta: la relación de trabajo y colaboración entre estos directivos y los profesionales que están a sus órdenes, ¿se desarrolla en compartimentos estancos o bajo formato exclusivamente telemático? O, formulado de otra manera, ¿están estos directivos protegidos en todo momento dentro de una burbuja que impide cualquier posibilidad de transmisión? También la respuesta a estas preguntas resulta obvia: por supuesto que no. Muy al contrario, estos responsables se ven obligados, en un contexto de crisis sanitaria y asistencial como el que nos afecta, a permanecerlas 24 horas en contacto, muchas veces físico y directo, con todos y cada uno de los miembros de la plantilla que lideran, incluidos, portanto, los médicos, enfermeras y el resto del personal que interrelaciona de forma permanente con los pacientes afectados por la Covid. Y, para terminar, una tercera y definitiva cuestión: tras constatartodas las evidencias anteriormente expuestas, ¿puede alguien en susano juicio atribuir a los directivos que han procedido a vacunarse contra el coronavirus, un comportamiento inapropiado o inadecuado? Más bien, la actitud inapropiada e inadecuada surge por parte de quienes se encargan de deformarlos hechos hasta convertirlos en irreconocibles.