De los autores de “te encierro en tu casa y después te la expropio”, estrenamos su peor secuela, “encima contagias”, una nueva forma de incriminación, la manera de evitar sus responsabilidades recurriendo únicamente al viejo truco del encierro. Estaríamos buenos que las exponenciales tasas alemanas no tuvieran un origen en la cepa Santanyí, estaríamos buenos que al final la cepa brasileña no tuviera su origen en Cas Concos, que no fuéramos para nuestros gestores unos mandriles de roca, unos pringados que además de ruina y desprecio recogen el cacahuete alemán infectando la mano que le da de comer.
La guiremia es el proceso de no haber entendido el verdadero sentido de la pandemia, el hecho de ahogar cualquier tipo de relación personal y comercial en nuestras islas por minúscula que fuera (Madrid), y abrir la puerta después y de repente a lo masivo, algo, por cierto, de lo que serás debidamente culpabilizado.
Mientras nuestras autoridades siguen entreteniéndote con expropiaciones, con que Sánchez te regala mentiras valoradas en 900 millones de euros para empresas (y autónomos) que repartidas no tocan, siendo falsas, ni a 7000 euros, mientras llega todo eso, tú no te estás preguntando quién de tu familia sigue sin vacunar. Mientras la guiremia sigue su curso hacia ti, inexplicable e indefectible, ahora siguen entreteniéndote con la noticia de controles aeroportuarios masivos a todos los visitantes, con el descojono de controles en los hoteles. Y mientras pasa la guiremia, con controles aleatorios y temporales, selectivos para estas semanas de honor a nuestra Santa paciencia, te preguntas dónde estará tu dosis.
La guiremia es la nueva modalidad política en la que mientras tú eres responsable, mientras cumples con las directrices absurdas y acientíficas que te imponen con una tasa de contagio nula, mientras gestionas tu vida y tu ruina de la mejor manera posible con todo tipo de restricciones, los otros, los guiris, los que llegan, lo hacen sin controles, sin limitaciones de convivientes y con las tasas de contagio que sueñas en tus peores pesadillas. Y lo hacen en virtud de unas autoridades sanitarias que, además de acojonadas, además de únicamente haber encontrado el atajo a su nula gestión mediante una herramienta llamada cautiverio, te insultan tratándote como un apestado.
La guiremia es la pionera forma de este govern de progreso de acometer la inmunización turística, la vacunación del rebaño por contagio directo alemán-balear y sin agujas ni viales que tengas que pagar de tu propio bolsillo, nuestra verdadera aportación a la pandemia.
La guiremia es recordar aquellos insultos de la enfermera y directora general Maria Antonia Font, cuando los sanitarios éramos responsables del contagio por no sabernos poner un EPI.
No preguntes si ha llegado la cuarta ola, la cuarta ola eres tú.