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Patricia Gómez, consellera de Salut de la CAIB: «A partir de abril se acelerará el ritmo de vacunación, cuando aumente la producción»

Tertúlia amb Antoni Bennasar, Pere Riutord, Ramon Colom i, com a convidada especial, Patricia Gómez

Patrícia Gómez, consellera de Salut i Consum del Govern balear, visitó recientemente los estudios televisivos de Salut i Força en Canal 4 TV y dio cuenta de las políticas contra la pandemia de COVID19 en unos momentos en el que frenar nuevas oleadas de contagios con la vacunación y las medidas de control es importante no sólo para salvaguardar la vida y la salud de la gente sino también para reactivar la economía.

P.— A partir de los últimos datos, ¿se puede afirmar que nos encontramos en los inicios de una cuarta ola de pandemia de COVID19 en las Islas Baleares?
R.— Es cierto que conseguimos tumbar la tercera oleada, llegando a una incidencia muy baja, de entre 20 y 30 casos por 100.000 habitantes, con la curva bajando prácticamente del todo. Ahora hay un incremento. Es curioso ver como todo los municipios estaban en ‘verde’, es decir, que tenían menos casos que las semanas anteriores, hasta que de una semana para otra hay cien casos más, de los cuales 91 son de Mallorca, que es la que nos preocupa. En Mallorca también se ve que hay más incidencia en la zona de Inca y pueblos cercanos y en la de Sóller, donde hay una serie de brotes y una serie de casos positivos que no tenemos relacionados con un brote. Esos casos son los que más preocupan a los epidemiólogos porque son capaces de continuar contagiando. Aún es pronto para saber si esto es el inicio de una cuarta oleada, pero sí se ve una tendencia que está en toda España. Muchas CCAA están subiendo lentamente en número de casos y también es preocupante la situación de algunos países de Europa.

P.— ¿Le preocupa que tras la Semana Santa se produzca un repunte similar al que se dio tras las Navidades?
R.— Ese es el miedo que tenemos presente y para evitarlo hay que trabajar aprendiendo de los errores que hemos cometido. En Mallorca ya se había producido un repunte a principios del mes de diciembre y ya había implantadas medidas muy duras. Recuerdo que el 30 de diciembre analizamos la situación de Ibiza en un Consell de Govern. Tenía una incidencia acumulada a 14 días (IA14) de 70 casos por 100.000 habitantes, que a finales de enero llegaba a más de 2.000. No se pusieron a finales de diciembre medidas más restrictivas porque pensamos que con una IA14 de 70 ya eran suficientes las que se habían dado. La variante británica [que es un 75% más contagiosa] sube su incidencia cada semana: en España es de un 50% pero en Baleares supera el 80% de los casos y ya es la predominante. La variante británica es mucho más transmisible y provoca más ingresos hospitalarios entre las personas mayores. Nuestro reto es mantener la seguridad y vacunar al máximo posible de personas mayores, que son las más vulnerables en estos momentos.

P.— ¿Está cumpliendo la vacunación el ritmo calculado por el Govern o está siendo más lento?
R.— Está siendo más lento porque las previsiones de las compañías farmacéuticas era que se iban a entregar más vacunas de las que se están entregando. Y eso, además del parón de una semana sin vacunar por la suspensión temporal que se hizo sobre las vacunas de AstraZeneca. A las farmacéuticas les está costando adaptar su capacidad de producción a los contratos con los que se han comprometido con la Unión Europea y eso está afectando a toda Europa, no solo a Baleares. Luego, el reparto lo hace el Gobierno de España en función de la población. Nosotros seguimos pidiendo más vacunas. Querríamos vacunar más rápido, pero hay esa dificultad en la capacidad de producción de las vacunas por parte de algunas compañías, que dicen que se comenzará solventar a partir de abril, de modo que en mayo haya mucha más producción y lleguen muchas más vacunas.

P.— ¿Cuál es la situación de la presión hospitalaria y hasta qué punto podría aumentarla una reactivación del aumento de casos?
R.— En estos momentos ha bajado mucho la presión asistencial por el COVID19 tanto en planta como en UCI. En UCI aún estamos en el entorno del 10%, algo que con criterios del Ministerio de Sanidad nos sitúa en un Nivel 3 de alerta. Nosotros aplicamos ahora medidas de Nivel 2, aunque en lo que a las UCIs se refiere estaríamos en Nivel 3. También es cierto que esa ocupación se basa en un denominador más bajo: tenemos menos camas de UCI reservadas a pacientes de COVID19. La ocupación de UCI es el indicador que tarda más en reducirse porque cuando un paciente entra en Cuidados Intensivos está una media de tres semanas. Los hospitales iniciaron ya hace semanas la desescalada. Todos los hospitales hacen ya Cirugía Mayor Ambulatoria [sin ingreso, pero compleja] al 100% y están recuperando el resto de la actividad quirúrgica.

P.— ¿Presenta la vacuna de AstraZeneca un margen suficiente de seguridad para la población de entre 60 y 69 años que hasta el momento había quedado al margen de este fármaco?
R.— Yo respondería con un “¡sí!” rotundo. Es una vacuna que han aprobado 50 agencias del medicamento de todo el mundo, lo que significa que ha pasado una serie de pruebas de seguridad. La Agencia Europea del Medicamento [EMA, por sus siglas en inglés] es muy garantista. Ese garantismo es uno de los motivos por los cuales se paró la vacunación hace unas semanas y que una vez se han hecho las comprobaciones pertinentes se ha dado luz verde a que se continúe utilizando. El beneficio es muy superior al riesgo, con ésta y con cualquiera de las vacunas que se han aprobado. Si hasta ahora no la habíamos utilizado con mayores de 60 años ha sido porque dentro del ensayo clínico que se había hecho no se habían incluido muchas personas de ese rango de edad. Lo mismo pasó con la vacuna de Jhonson & Jhonson en los EEUU, mientras que en los ensayos europeos sí que han incorporado a sujetos de estas edades y mayores.

P.— Justo hace un par de días la Comissió de Salut Pública ha autorizado a administrar esta vacuna a las personas de entre 60 y 69 años. ¿Qué supondrá este cambio? ¿Tiene motivos para sentirse segura esta población?

R.— Le diré que AstraZeneca ha presentado recientemente resultados que indican que se puede usar esa vacuna a partir de los 60 años y con personas mayores, con muy buenos resultados. Yo siempre digo que tenemos dos campañas de vacunación, una con Pfizer (de Moderna nos llegan muy pocas vacunas) y la otra con AstraZeneca y son dos campañas diferentes, que no se pueden comparar. La de Pfizer la utilizamos con las personas más mayores de Baleares, que son dos de 112 años y de ahí para abajo. Ahora estamos vacunando en el entorno de los 80 años y continuaremos vacunando a edades inferiores. Esperamos que esta semana acaben de ser vacunados todos los mayores de 80 años de Baleares. Y de ahí seguiremos, hacia edades inferiores, a medida que vayan llegando vacunas. El cambio en la estrategia que permite dispensar AstraZeneca a personas de entre 60-69 años nos permitirá aligerar en la vacunación a la población de más edad y eso es fundamental porque sabemos que cuanto más edad, más riesgo de desarrollar complicaciones con el COVID19.

P.— ¿Cree que la telemedicina será una de las características de la sanidad del futuro?
R.— Estoy segura de que sí, pero se ha de dirigir a aquellos grupos de población que realmente es lo que necesita. Y ese grupo no incluye solamente a las personas mayores. Las consultas telemáticas y telefónicas creo que son muy útiles para gente joven, en general, con problemas que se puedan consultar. Por eso ese tipo de consulta se ha de mantener, pero se ha de recuperar la presencial. Otra cosa que hay que hacer es fomentar las visitas domiciliarias, de las que se han hecho muchas durante el último año, incrementándose, sobre todo, por parte de las enfermeras de los centros de salud. Nuestra estrategia de cronicidad y de proximidad, es otra de las acciones que queremos fomentar.

P.— El Govern ha anunciado compensaciones económicas para los profesionales especialmente implicados en el COVID19.
R.— Estamos aún negociando con los sindicatos, que lo han recibido positivamente. Hay que pensar en medidas que no comprometan un gasto por años consecutivos. Es cierto que gratificar todo ese esfuerzo es una cuestión de justicia, pero encontrar la fórmula y la cantidad y que realmente sea una compensación válida nos ha costado un poco más. Ahora todo está pendiente de la negociación en la Mesa del Empleado Público, donde hay otros colectivos que reivindican otras medidas y donde es necesario encontrar un equilibrio. Hemos pensado en que dado que se paga una productividad variable en función del complemento de objetivos se podría incrementar la partida que tenemos para ello, que solo es de tres millones de euros, a una cantidad significativa. Hemos visto que algunas CCAA han hecho como una “paga COVID”. Es cierto que si son pequeñas cantidades, es más ofensivo que productivo. Hemos de ver hasta dónde podemos llegar y compensar a aquellos que han estado más cerca de la primera línea.

P.— ¿Qué análisis hace del comportamiento de los ciudadanos en esta fase de la pandemia en lo que se refiere a las medidas sanitarias y de prevención?
R.— Ha sido ejemplar. Durante esta tercera ola hemos tenido unas incidencias muy elevadas que se han logrado disminuir y no solamente ha sido por tomar medidas, sino porque se han cumplido. Hace tiempo que digo que me gustaría no tomar más medidas y que cada uno sepa lo que ha de hacer, vaya a donde vaya y haga lo que haga, aunque eso es muy difícil… significaría que ya nadie fuma, que todo el mundo se autocuida y eso es algo que ni es siempre posible ni sabemos hacerlo. Pero la respuesta de la gente ha sido muy elevada, porque de otro modo no hubiera sido posible rebajar la incidencia a menos de 50 casos por 100.000 habitantes, como hemos llegado a estar hace poco.

P.— ¿Dónde cree usted que se encuentra el equilibrio, en esta pandemia, en la dicotomía de economía y salud?
R.— Es una pregunta compleja. Desde el sistema sanitario somos muy proteccionistas. La mayoría de los profesionales sanitarios estaría de acuerdo en poner más medidas restrictivas porque han vivido los efectos de la pandemia muy en primera línea, viendo sufrir y morir a muchas personas. También es cierto lo que me dicen desde los sectores económicos, que se puede enfermar de muchas otras cosas y la ansiedad y la depresión también son enfermedades, así como son perjudiciales las situaciones delicadas que generan las faltas de recursos. Creo que este Govern y el Gobierno de España han sido solidarios y que son importantes las muchas ayudas que se están ofreciendo y que ojalá fueran muchas más. Esos 900 millones que pueden venir para paliar los efectos de la pandemia es un acierto porque hay mucha gente sufriendo. Por todo ello es importante que cuando tenemos la situación mínima o máximamente controlada se hacen intentos para reactivar al máximo la economía, se reabren los comercios más horas, más tiempo… Y está claro que tenemos una dependencia muy grande del turismo y eso hace que nuestra situación sea peor que la de otras CCAA.

P.— ¿Valora usted positivamente el clima de colaboración entre el Gobierno central y las autonomías que se refleja en los cada vez más frecuentes consejos interterritoriales de salud?
R.— Sí. Es un juego de equilibrios, pero debo decir que habitualmente todas las comunidades autónomas apoyan las medidas que se proponen desde el Ministerio de Sanidad aunque puede haber alguna comunidad que vaya en solitario. Estamos viviendo una situación que es muy parecida en todas las comunidades autónomas y todos nos sentimos muy identificados con cualquier otra comunidad autónoma; ahora estamos un poco más arriba, ahora bajamos. Unos ponen unas medidas y ves que funcionan y entonces las pones tú. Es una relación muy solidaria, del mismo modo que nos telefonearnos entre nosotros para compartir experiencias.

P.— ¿Cómo está viviendo a nivel personal el desgaste que está suponiendo esta pandemia para la Conselleria de Salud como máximo responsable de las políticas sanitarias de esta comunidad?
R.— La verdad es que no tengo demasiado tiempo para pensar en mí misma y no lo pienso, ya que tengo asumido que desde hace más de un año trabajo muchas horas. Me levanto a las 6 y me voy a acostar cuando puedo. Ya digo que lo tengo asumido. Si tengo unas horas durante el fin de semana para ir a dar un paseo por la montaña, pues lo agradezco. Y ya está, no pido mucho más. Todo mi tipo está siguiendo un ritmo muy intenso. Precisamente lo comentaba con un diputado en el Parlament. Supongo que cuando esto pare nos vendrá de todo y sufriremos las consecuencias de este sobreesfuerzo. Pero también estamos convencidos de que es lo que tenemos que hacer, que es el momento de dar cualquier hora del día y de salir de esta situación.

«Creo que cuando tengamos a los mayores de 70 años vacunados será suficiente para mantener un equilibrio en el sistema sanitario»

Tras la entrevista con Joan Calafat llegó el turno de los contertulios habituales del programa, en esta ocasión Pere Riutord, médico dentista, doctor en Medicina, investigador, profesor y académico, y Antoni Bennasar, médico traumatólogo, expresidente del Colegio de Médicos de Baleares (COMIB) y actual director del Patronato Científico de la institución y Ramon Colom, farmacéutico comunitario y tesorero del Colegio Oficial de Farmacéuticos de las Islas Baleares. Éstas fueron algunas de sus aportaciones, hechas siempre a título personal:

ANTONI BENNÀSSAR.— ¿Cuándo se toman medidas como el cierre del interior de los establecimientos de hostelería, que son duras, se hace avalados por números que lo justifiquen, se ha demostrado que en esos ambientes aumentan los contagios?
PATRÍCIA GÓMEZ.— El grupo de expertos ha hecho una revisión sistemática de todos los artículos científicos publicados que relacionan un incremento del aumento de los contagios con la apertura de los interiores de los establecimientos de restauración. El segundo origen de ese incremento está en los gimnasios, porque son espacios cerrados en los que en ocasiones no se da toda la ventilación necesaria y, sobre todo, donde la gente se quita la mascarilla. Ahora, con esta cepa británica que es mucho más transmisible, lo que vemos es que en un núcleo familiar en el que antes se contagiaban uno o dos de sus integrantes, ahora se contagian todos. En la Mesa de Diálogo Social [donde el Govern trata con los implicados las nuevas medidas restrictivas] ponemos en común estas revisiones científicas porque necesitamos mostrar estos argumentos. Nature, que es la revista científica que tiene mayor impacto en todo el mundo, publicó un artículo en el que relaciona directamente el incremento de casos con la reapertura de la restauración interior. Por nuestra forma de ser mediterránea tal vez tenemos la percepción cuando se abren las terrazas de que las cosas van mejor y de que nos podemos relajar. Y cuando abrimos el interior de los restaurantes, ya nos acabamos de relajar del todo. Es normal. Llevamos un año de medidas muy duras y todos estamos muy cansados. Lo cierto es que hay multitud de estudios que relacionan el incremento de los casos con el interior de la restauración. Lo siguiente son los gimnasios y la movilidad. Hemos de intentar que las medidas vayan dirigidas hacia donde los expertos nos señalan que hay más riesgo.

PERE RIUTORD.— Creo que algo que preocupa mucho es la reapertura internacional de Baleares a la llegada de extranjeros. ¿Cómo se deciden estas medidas?
PATRÍCIA GÓMEZ.— La llegada de visitantes internacionales depende del Gobierno de España y también de la Unión Europea. En el Espacio Schengen hay libertad de movimientos y aunque los países pueden poner las normas de entrada no pueden prohibir esa entrada. Por mucho que quisiésemos no podríamos impedir que viniesen extranjeros a Baleares. Las medidas las tendría que imponer el Gobierno de España, como lo ha hecho, impidiendo que lleguen vuelos de Sudáfrica, de Brasil o del Reino Unido, excepto para hacer escalas o retorno de residentes. Sí que pudimos aumentar la petición inicial de PCRs de 150 a casos por 100.000 habitantes (en el lugar de origen) a directamente exigirla a cualquiera que venga desde otra autonomía a Baleares. Lo mismo se le pidió al Gobierno de España y lo ha hecho. Se les pide PCR a los viajeros de los países que están no a cien casos, sino en ‘rojo’ o en ‘naranja’, tiene obligación de venir con PCR negativa de origen. También hemos solicitado que los controles no sean aleatorios, sino uno a uno. Que la PCR sea negativa no es una medida cien por cien segura, pero ya es una medida más de seguridad. Estas competencias nacionales son complicadas de explicar y de defender porque la población hace comparaciones.

RAMON COLOM.— ¿No cree usted que hasta que no tengamos el 70% de la población vacunada tendríamos que asumir una serie de medidas contundentes, ya que lo que parece es que damos un paso adelante y dos atrás cada vez?
R.— Es verdad que hemos cifrado ese 70% de vacunados para alcanzar la inmunidad de grupo, pero también es cierto que no sabemos cómo se comporta la pandemia en cada momento. Tenemos una idea de lo que puede pasar pero nunca es una seguridad de lo que pasará. En enero teníamos 100 residentes de geriátricos hospitalizadas. Ya hace varias semanas que tenemos cero casos en esas residencias con algo más del 90% de vacunados en ese ámbito. El equilibrio de poder mantener una parte de la economía en marcha, imprescindible para poder continuar una vida normal, que es lo que todos deseamos, ¿Dónde está, en el 70% de la población vacunada o será suficiente con que lo estén los mayores de 70 años? Creo que cuando tengamos a todos los mayores de 70 años vacunados, más toda la población residencial será suficiente para mantener un equilibrio en el sistema sanitario, que es lo importante, y no solo para atender el COVID sino el resto de problemas de salud. No sabemos cuál será el efecto de la vacunación porque es la primera vez que vacunamos. Por otra parte, cada vez aparecen más vacunas. Hace un año no soñábamos poder estar vacunando ya, con lo difícil que es aprobar un medicamento. Comenzamos a vacunar el 27 de diciembre, con menos dosis de las que nos gustaría tener, sí, pero todo eso tenemos ya avanzado, como el ‘cero contagios’ en las residencias, algo que creo que es un éxito social y de los científicos que se han dedicado a eso. Hay que recordar que en Baleares la mortalidad entre pacientes COVID de residencias ha sido de un 18%.

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