El Colegio Oficial de Enfermería de las Islas Baleares (COIBA) considera imprescindible reforzar las plantillas y aumentar el ratio de enfermeras para poder atender mejor las necesidades de la población, señalaron ayer fuentes colegiales coincidiendo con el Día Internacional de la Enfermera, que conmemora el nacimiento de la enfermera Florence Nightingale, el 12 de mayo de 1820.
Baleares cuenta actualmente con 5,5 enfermeras por cada mil habitantes, un ratio muy lejana de otras comunidades autónomas como Navarra (8,6) y también de la media de la OCDE que se sitúa alrededor de 10,2. La situación en Atención Primaria, o en las residencias de personas mayores o con discapacidad es aún más complicada.
El incremento en el número de enfermeras es más necesario en Baleares que en otros lugares, no sólo porque el actual ratio es muy baja, sino también por las características de la población, muy afectada por el incremento de la cronicidad y otros determinantes socioeconómicos. Baleares ya partía de una situación difícil pero la pandemia lo ha complicado todo aún más.
«La capacidad de adaptación de las enfermeras a la situación de pandemia ha sido admirable», destacan desde el COIBA. Y añaden: «Los profesionales se encontraron de un día para otro con un cambio radical en la forma de trabajar, tanto en los hospitales como Atención Primaria, y por supuesto a las residencias, en la gestión de casos o en los domicilios».
Durante el último año, las enfermeras han estado al lado de los pacientes en todo momento, desde los conocimientos basados en la evidencia científica, acompañándolos para que no se encontraran tan sólo en los momentos difíciles. Las enfermeras han sido imprescindibles en la reorganización asistencial, en los circuitos y pruebas COVID.
También lo han sido y lo siguen siendo -enfatizan desde del COIBA- en el rastreo, en las residencias, en los cuidados en UCI, y por supuesto ahora en la campaña de vacunación: «La dura realidad de la pandemia que obligó a reorganizar los sistemas asistenciales de todo el mundo, paró de golpe muchos de los programas que desarrollaban las enfermeras»
Otros programas se mantuvieron, pero con cambio: «Cuando se tuvo que detener la actividad quirúrgica no urgente, las consultas y gabinetes, se reubicaron las enfermeras a otras unidades, como urgencias, UCI, hospitalización COVID. En los Centros de salud se tuvieron que suspender las actividades de prevención y de promoción de la salud, y muchas otras de acompañamiento».
Las matronas tuvieron que empezar a organizar las actividades de educación maternal por videoconferencia. Las visitas a domicilio se tuvieron que hacer de otra manera. En estos momentos, poco a poco se han ido recuperando las funciones que se dejaron de lado, pero aún queda mucho por hacer. Y para hacerlo son necesarias más enfermeras. concluye la valoración colegial.