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El ocio juvenil, un problema para la pandemia

Joan Carles March
Profesor de la Escuela
Andaluza de Salud Pública
Dos situaciones han roto de nuevo el excelente trabajo que ha hecho Baleares en la pandemia.

– Uno, el macrobrote que ha generado que miles de jóvenes de 12 CCAA se hayan contagiado debido a no cumplir con las restricciones e ir a botellones y a conciertos sin cumplir los criterios que deberían haberse tenido en cuenta en tiempos de pandemia.

– Segundo, las reuniones de jóvenes en Sant Joan, sin seguir los criterios básicos de distancia física, mascarillas,…

Por tanto, la realidad del incremento del número de personas contagiadas en Baleares en estos días parece que va ligada al ocio juvenil. Una vez han acabado las actividades lectivas en las enseñanzas medias y en la Universidad, nos encontramos en unas cifras elevadísimas debido al intenso ocio juvenil sin control. Necesitamos controlar los excesos de ocio juvenil ya que si no se hace la situación es susceptible de empeorar mucho más. Por tanto el control del ocio juvenil se ha convertido en una de las necesidades básicas para mejorar la situación y así no entrar en la quinta ola. Aquí tenemos una situación complicada debido a diversos actores.

1. Los/as alumnos/as que han venido de diversas CCAA, muchos de ellos menores de edad aún y sus familiares que se lo han permitido, sabían que iban a Mallorca en busca del Coronavirus después de que durante muchos meses, hubieran trabajado para aprender a no contagiarse y no contagiar a sus familias.

2. La agencia de viajes que ha promovido este atropello sanitario les dio las fechas del viaje cerradas coincidiendo con los exámenes de la evaluación extraordinaria. 3. La empresa de los ferrys que los trajo, sin controles a bordo.

4. Los hoteles que recibieron a los jóvenes bebidos de toda España acumulándolos en las entradas de los mismos y sin controles de los encuentros en las habitaciones.

5. Los conciertos realizados, sin seguir las restricciones que tiene planteadas las autoridades de las Islas.

6. Los botellones realizados por los jóvenes sin ninguna intervención de la policía.

7. La concentración de jóvenes en el hotel covid-19 de Palma por parte de la Dirección General de Salud Pública.

8. La decisión judicial de dejar salir a un grupo de los jóvenes hacia sus CCAA.

9. Y el trabajo del Govern de no controlar esta situación desde el inicio y en los diferentes momentos.

Estos hechos nos demuestran que hemos vuelto a fracasar por culpa por un lado, del individualismo, del egoísmo y de un egocentrismo mal gestionado por parte de algunos jóvenes y sus familiares. Además, hay que tener en cuenta que la falta de controles de los establecimientos del ocio nocturno y de las autoridades es una realidad. También, hay que decir en uno de los casos, el grave papel de la agencia que montó los viajes a los jóvenes y de sus familiares que lo autorizaron. Después de un curso donde el alumnado y el profesorado han actuado de una forma excelente, nueve meses después ha desaparecido esta situación y nos encontramos con unos muy malas cifras debido a la irresponsabilidad de algunos jóvenes, aunque no de todos ni mucho menos.

Ni algunos de los jóvenes en Sant Joan en Menorca ni algunos de los que han venido a Mallorca han actuado correctamente. Necesitamos vacunas para ellos y éllas, sin olvidar a las de la personas de 60/69 años y al profesorado y profesiones esenciales que se pusieron una primera vacuna de Astra Zeneca y un mayor control del ocio juvenil (botellones y ocio nocturno). Lo necesitamos para no mitigar sino suprimir al virus.

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