Ocho de cada diez pacientes trasplantados que se contagian de COVID19 superan la infección. Ésta es la principal conclusión de un estudio liderado por la Organización Nacional del Trasplante de España (ONT) y en el que ha participado toda la Red de Donación y Trasplante española y cuyos datos han permitido elaborar recomendaciones.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista Transplantation, analiza el impacto del SARS-CoV-2 en 1.634 pacientes trasplantados de órganos que desarrollaron la enfermedad en 2020. Mientras que en la primera ola (antes del 13 de julio) la mortalidad fue del 26%, en la segunda (después del 13 de julio) se redujo hasta un 17%.
Los ingresos hospitalarios también se redujeron considerablemente: del 87% en las primeras semanas de la pandemia, al 58% tras el mes de julio. Son tres los factores determinantes en el riesgo para estos pacientes: el tipo de trasplante, su edad, y la adquisición intra-hospitalaria de la infección, según el estudio.
La supervivencia de los pacientes trasplantados de órganos que desarrollaron COVID19 ha sido mayor en la segunda ola de la pandemia en comparación con la primera. Así se concluye de un estudio liderado por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y en el que ha participado la Red de Donación y Trasplante española.
La Red de Donación y Trasplante española ha trabajado intensamente para mantener la actividad y velar por los pacientes en lista de espera durante la pandemia, y se ha volcado en generar evidencia sobre el impacto de la infección causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 en los pacientes trasplantados.
El estudio ha contado con la asesoría del Grupo de Estudio de Infección en el Trasplante y el Huésped Inmunocomprometido (GESITRA-IC) perteneciente a la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). Sus resultados se acaban de publicar en la reputada revista científica Transplantation.
Bajo el título “COVID-19 en pacientes trasplantados de órganos sólidos en España en 2020: ¿Doblegando la ola?” se analiza la repercusión de la COVID19 en 1.634 pacientes trasplantados de órganos que desarrollaron la enfermedad a lo largo del pasado año y se compara la evolución de 690 casos diagnosticados durante la primera ola.
Esta comparación se hace con respecto a 944 diagnosticados durante la segunda ola (después del 13 de julio). Los resultados muestran que la infección no impacta de forma tan importante en los pacientes trasplantados como se creía en un primer momento y que puso en alarma a este sector de pacientes y de profesionales que los atienden.
Los resultados de la comparación estudiada señal que la mortalidad en pacientes trasplantados que desarrollan COVID19 que se observó durante la primera ola (26%) se redujo a un 17% durante la segunda, lo que refleja que el 83% de estos pacientes superan la enfermedad, según expresan fuentes cercanas a los autores del estudio.
«La tasa el segundo periodo es más real que la que inicialmente se describió. Una gran noticia para los pacientes trasplantados», afirma Beatriz Domínguez-Gil, directora general de la ONT. En este análisis también se aprecia la reducción de hospitalizaciones (de 87% a 58%) y del síndrome de distrés respiratorio agudo (de 34% a 21%).
«La reducción en la letalidad está motivada en gran medida por la mayor capacidad del sistema sanitario para diagnosticar casos asintomáticos o con sintomatología leve en el segundo periodo, que no detectábamos en marzo o abril», añade Mario Fernández-Ruiz, presidente de GESITRA-IC y coautor del estudio.
Para evaluar si la mortalidad realmente había disminuido a lo largo del tiempo, se compararon casos con un nivel de gravedad similar en las dos olas. No se observaron diferencias en mortalidad entre las dos olas cuando el análisis se efectuó específicamente en los pacientes que requirieron ingreso hospitalario.
La mortalidad fue similar fue en ambos periodos cuando el análisis se limitó a los pacientes en UCI. La mayor mortalidad del COVID19 en pacientes trasplantados se debe en gran medida al perfil demográfico. La letalidad en trasplantados con COVID19 en 2020 se reduce a un 12% cuando se ajusta por edad y sexo de la población general.
Los autores también han podido identificar algunos factores que influyen en una evolución desfavorable de la infección en estos pacientes: es mayor en los receptores de un trasplante pulmonar que en los de otro tipo de injertos. Como en la población general, la edad del paciente también es muy relevante.
Los trasplantados mayores de 60 años en el momento de la infección tienen una peor evolución. Por último, la tercera circunstancia que determina la afectación del COVID19 en los pacientes trasplantados es el carácter nosocomial de la infección, por lo que su situación se agrava si el contagio se produce en un centro hospitalario.
El análisis también describe los cambios que se han producido en el manejo de la infección en estos pacientes. El uso de fármacos con supuesto efecto antiviral, postulado durante las primeras semanas de la pandemia, se ha abandonado casi por completo, ya que no han demostrado eficacia en los últimos ensayos clínicos.
Ha sido menos frecuente, por otra parte, el ajuste de fármacos inmunodepresores en la segunda que en la primera ola. El uso de corticoides, como la dexametasona, que sí ha demostrado eficacia en pacientes que requieren oxigenoterapia o ventilación mecánica invasiva, se ha utilizado en más del 40% de los de las dos olas.
La adquisición de toda esta información ha sido clave para la elaboración de recomendaciones específicas que garanticen la seguridad de los pacientes trasplantados, así como de los que permanecen en lista de espera. Por ello, y valorando todo este conocimiento, todos ellos han sido priorizados en la Estrategia Nacional de Vacunación frente al COVID19 diseñada por el Ministerio de Sanidad, con el objetivo de proteger a este grupo de pacientes, especialmente vulnerable frente a esta infección.