La incidencia del COVID19 en Baleares sigue disparada, un día más, en el que los servicios epidemiológicos han registrado un volumen de 860 nuevos contagios. Esto supone 142 personas infectadas más que las registradas la víspera y configura una meseta que se sostiene en el número medio de nuevos casos, pero que está muy por encima de lo que debería ser una situación de normalidad y se instala en el alto riesgo de contagio comunitario.
Otro indicador que hasta hace pocos días aparecía a cero es el de los nuevos fallecimientos. Sin embargo, hoy hay que lamentar la muerte de otra persona, víctima del COVID19 y ya son 857 en las Islas Baleares desde que comenzó la pandemia. No es de extrañar que el índice de positividad alcance el 13,2%, muy lejos del 5% que la OMS señala que no hay que superar y de estar por debajo del 3% a lo que habría que tender.
Con estos incrementos explosivos y diarios del número de contagiados era de esperar lo que está sucediendo, que la presión hospitalaria siga en aumento y con ello esté cada vez más cerca del riesgo de saturación, aunque en este caso el número de pacientes que requieren ingreso hospitalario, aunque es similar al de otras oleadas de la pandemia, es sobre una base de contagiados muchísimo superior que en las anteriores olas.
La mayoría de los nuevos casos son por el momento jóvenes que resisten mejor la infección, no presentando más allá de síntomas leves o ningún tipo de síntoma, pese que también se han registrado ingresos hospitalarios de pacientes jóvenes y alguno de ellos ha tenido que pasar por la UCI. En estos momentos hay 298 pacientes con COVID hospitalizados en planta y 53 en UCI, lo que supone un 19% de este recurso, 9 puntos por encima del 10% de ocupación de este recurso que no habría que superar.