Imagen de la página web del ISCIII https://www.isciii.es/Noticias/Noticias/Paginas/Noticias/EstudioPlasmaConvalecienteFondoCOVID.aspx
Una investigación española, liderada por un equipo del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, en Madrid, y financiada con el Fondo COVID del ISCIII, ha analizado el uso de plasma procedente de personas convalecientes de la infección por SARS-CoV-2 para tratar a determinados pacientes ingresados con COVID-19, según informa el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) en su página web.
Los resultados, que acaban de ser publicados en la revista internacional Journal of Clinical Investigation, surgen de un ensayo clínico multicéntrico en el que han participado 350 pacientes de 27 hospitales españoles y apuntan a un efecto favorable del plasma ya que parece evitar la necesidad de ventilación mecánica y reduce el riesgo de fallecimiento en algunos pacientes.
El uso de plasma procedente de donaciones de convalecientes de infecciones utilizado como tratamiento de esa misma infección en otros pacientes no es nuevo. Este posible tratamiento consiste en una transfusión al infectado con plasma de la sangre de pacientes que han pasado el COVID-19, siempre según informa el ISCIII.
Desde el punto de vista biológico se sustenta en la ‘transmisión de anticuerpos’ desde aquellas infectados que se han recuperado de la enfermedad a los pacientes que comienzan a padecerla. Hasta la fecha, los diferentes ensayos clínicos no han conseguido identificar al grupo que podría beneficiarse de este tratamiento.
El estudio ahora publicado, en el que diferentes grupos de investigación del Centro Nacional de Microbiología del ISCIII han colaborado estrechamente con los investigadores de los diferentes hospitales, identifica los grupos en los que este tratamiento podría resultar beneficioso, es decir, en pacientes ingresados en los primeros días desde el inicio de los síntomas.
También deberían cumplir el requisito de no haber desarrollado anticuerpos. En este subgrupo, siempre que se utilice antes de que desarrollen enfermedad grave, permite evitar el empeoramiento, la necesidad de intubar y reducir su riesgo de fallecimiento. Los resultados de mejora aparecen ya a los 14 días del tratamiento y alcanzan la significación estadística a los 28 días.
En concreto, el tratamiento reduce en más de 50% la necesidad de ventilación mecánica o el fallecimiento (8,4% de pacientes del grupo plasma en las categorías de gravedad antes mencionada frente a un 17,0% en el grupo control a los 28 días). Esta mejoría se inicia ya a los 14 días (11.7% en el grupo de tratamiento frente al 16,4% del grupo sin plasma).
Cristina Avendaño-Solá y Rafael Duarte, principales autores de la investigación, consideran que los resultados son importantes por dos razones: permiten identificar el grupo de pacientes en quienes el uso precoz de plasma cambia de forma relevante el pronóstico de la enfermedad, y permite dirigir de forma segura la utilización de esta alternativa terapéutica.
Esta terapia, recuerdan, no es efectiva ni recomendable para todos los infectados. Avendaño y Duarte apuntan que no se debe utilizar el plasma de forma indiscriminada, máxime cuando la probabilidad de enfermedad grave tras la infección ha descendido drásticamente tras la vacunación.
Los datos hasta ahora obtenidos señalan que en pacientes inmunosuprimidos y con dificultades para desarrollar su propia respuesta inmunitaria tras la vacuna o la infección natural, y que tienen un peor pronóstico, el plasma sí podría ser beneficioso. Con estos resultados, se añade información valiosa en torno a uno de los posibles tratamientos para el COVID-19.
Los autores recuerdan que, tras cierto entusiasmo inicial por el uso de plasma, la confianza se enfrió tras varios estudios que no encontraron evidencia de eficacia del plasma en los pacientes con COVID evolucionado. Una vez confirmado que no es útil para casos avanzados, la investigación y uso del plasma se está centrando en determinados pacientes en las fases precoces.
La investigación va en la línea de lo planteado en el diseño del estudio español y para quienes además del plasma, también se están estudiando antivirales y varios anticuerpos monoclonales específicos contra el SARS-CoV-2. Otra de las vías de estudio son las características del plasma que se administra.
Los autores de la investigación explican que el conocimiento actual deja claro que el plasma que se utilice como posible terapia no debe provenir de una recolección indiscriminada de convalecientes, y que es fundamental asegurar determinadas características. Por ejemplo, debe contener unas concentraciones adecuadas de anticuerpos neutralizantes.
Otra característica interesante del plasma es su capacidad neutralizante frente a la variante del virus causante de enfermedad en el paciente a quien se administra, si el plasma se ha obtenido de donantes que acaben de superar la enfermedad en la misma área geográfica en la que está el paciente.
Esta posible ventaja del plasma se extiende a nuevas variantes que pudieran escaparse de la inmunidad desarrollada por la población frente a variantes previas, sea mediante vacunación o tras infección natural. Con respecto al futuro a corto plazo sobre el posible uso de plasma de personas convalecientes, los autores de este trabajo destacan los esfuerzos de los miles de donantes.
Este esfuerzo ha permitido disponer del plasma utilizado en este estudio, pacientes y familias así como los investigadores. Hay diversas iniciativas internacionales, en las que participa el ensayo español, que van a poner en común los datos generados por estos ensayos clínicos y reanalizarlos con el objetivo de determinar cuestiones como la utilidad en diversos grupos de pacientes:
Estos grupos incluirán a pacientes inmunosuprimidos, con marcadores de mal pronóstico en cuanto a su propia respuesta inmunitaria y en fases precoces de la enfermedad.
– Referencia del artículo: Cristina Avendaño-Solá, José Luis Bueno, Rafael F. Duarte et al. A multicenter randomized open-label clinical trial for convalescent plasma in patients hospitalized with COVID-19 pneumonia. J Clin Invest. 2021. https://doi.org/10.1172/JCI152740.