El director del Instituto de Salud Carlos III (ISCII), Cristóbal Belda ha presentado los resultados del estudio CIBERES-UCI-COVID, uno de los proyectos más destacados del Fondo COVID que, desde abril de 2020 ha financiado 129 investigaciones sobre SARS-CoV-2 y COVID-19. Este mes se concluye el estudio entre 2020 y 2021 a más de 6.000 ingresados por COVID-19 en 69 UCIs españolas.
Con la coordinación del CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) del ISCIII, se ha estudiado la relación entre la detección del SARS-CoV-2 en la sangre de los pacientes y la gravedad de la enfermedad: “Tanto la presencia del virus, detectado mediante búsqueda de mRNA y antígenos en sangre, como la ausencia de anticuerpos, son factores que permiten predecir la gravedad».
Tener este conocimiento permite, junto a las características clínicas que acompañan al COVID-19 (edad, otras enfermedades, etc.), “mejorar la capacidad para manejar y tratar la enfermedad en los pacientes graves”, afirmó Belda. CIBERES-UCI-COVID también ha aportado claves para tratar de personalizar las terapias contra el COVID-19.
Estos avances afectan tanto a los tratamientos actualmente disponibles –corticoides, por ejemplo- como con opciones que en un futuro podrían ser útiles para tratar la enfermedad, como fármacos antivirales y anticuerpos monoclonales. El Sistema Nacional de Salud dispone de la tecnología necesaria para identificar estos marcadores de gravedad y optimizar el manejo de los pacientes.
Otros resultados de este proyecto han permitido saber que, pasado un año del alta hospitalaria, han fallecido en torno al 1% de los pacientes con COVID-19 que habían estado en UCI. Además, la mortalidad de estos pacientes ingresados en cuidados intensivos se ha situado en un 31%.
El proyecto CIBERES-UCI-COVID está liderado por el jefe de grupo del CIBERES en el Hospital Clínic de Barcelona, Antoni Torres, apoyado por el Dr. Ferrán Barbé, Director del CIBERES, así como por el Dr. Jesús Bermejo, del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca.
El proyecto, gestionado por el ISCIII, recibió una financiación de 1.75 millones de €. Ha contado con el apoyo de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca y la participación del Barcelona Supercomputing Centre (BSC).